Popularmente conocemos como sapo del mar o rape a diversas especies de peces lofiformes pertenecientes a la familia Lophiidae. Por su peculiar aspecto y extraña forma de reproducción, estos animales han ganado mucha popularidad en los últimos años.
A continuación, te presentamos mejor al pez rape, sus características físicas, su hábitat y su estilo de vida.
Pez rape o sapo de mar: taxonomía y aspectos morfológicos
Los rapes conforman un género no muy extenso (Lophius) dentro de la muy poblada familia de los Lophiidae. En este género encontramos a las siguientes especies de rapes:
- Rape común o blanco (Lophius piscatorius);
- Rape negro o rojizo (Lophius budegassa);
- Rape americano (Lophius americanus);
- Rape chino (Lophius litulon);
- Rape liso (Lophius lugubris);
- Rape pescador (Lophius gastrophysus);
- Rape diablo (Lophius vomerinus).
No obstante, también es común ver referencias a todos los peces de la familia Lophiidae como rapes. En este caso, deberíamos considerar que existen más de 100 especies distintos de peces rapes. Aunque suelen ser considerados como rapes auténticos los representantes del género Lophius.
¿Qué son los peces lotiformes?
El orden de los lotiformes (Lophiiformes) engloba una gran variedad que peces teleósteos que se caracterizan por tener la piel desnuda, la boca y la cabeza enormes y aletas sin espinas. Además, las aletas de los peces lotiformes están sostenidas por un brazo corto.
Si observamos un rape común, la especie más reconocida entre los lotiformes, vemos que el resto de su cuerpo parece un apéndice de su cabeza. Ello se debe a la gran diferencia de dimensiones entre su gran cabeza ancha y chata, y su cuerpo notablemente más delgado y pequeño.
En su gran boca, el rape contiene dientes grandes, puntiagudos y afilados que están levemente inclinados hacia el interior. Gracias a su capacidad de distender su mandíbula y su estómago, los sapos de mar pueden tragar presas de hasta el doble de su tamaño.
Hábitat de los peces rapes
La gran mayoría de los peces lutiformes son abisales, o sea, viven en las más densas profundidades del océano. No obstante, los peces rape suelen habitar también en aguas de mediana profundidad, entre los 20 y 1000 metros.
Los rapes prefieren vivir en terrenos arenosos o fangosos medianamente próximos a la costa. No obstante, también pueden encontrarse en regiones rocosas del fondo de los océanos. En general, permanecen gran parte de los días escondidos o semienterrados a la espera de sus presas.
Alimentación y método de caza
Un rasgo muy característico de los peces rape es que llevan colgados una especie de señuelo sobre su cabeza. Se trata de una modificación de los radios espinosos de su aleta dorsal que dan origen a una ramificación.
Los rapes emplean este señuelo para atraer a sus presas, resultando un método de caza muy peculiar entre los peces. En algunos lotiformes abisales, como el Melanocetus johnsonii, esta prolongación está repleta de bacterias lumínicas, gracias a las cuales puede brillar en la oscuridad de las aguas profundas.
La alimentación del rape, un pez carnívoro, se basa en el consumo de cualquier pez que sea atraído por su señuelo luminoso. Además, algunas especies de sapo del mar pueden capturar aves marinas de forma oportuna.
La peculiar reproducción de los peces rape
Uno de los datos más curiosos sobre el pez rape es su peculiar forma de reproducción. Cuando se comenzó a capturar rapes para estudiarlos, los investigadores se sorprendieron al encontrarse solo con hembras. Además, observaron que todas las hembras tenían unos parásitos adheridos a su cuerpo.
La enorme sorpresa llegó cuando se descubrió que estos ‘parásitos’ eran, en realidad, los restos de ceratioidos de los machos. Pero ¿cómo han llegado estos residuos a estar pegados a la hembra?
El aparato digestivo de los rapes machos se va atrofiando rápidamente desde su nacimiento. Por ello, son incapaces de vivir de forma independiente y necesitan encontrar a una hembra para reproducirse rápidamente.
Afortunadamente, los rapes también nacen con un olfato muy desarrollado que les permite distinguir olores en el agua. Gracias a ello, consiguen percibir fácilmente las feromonas que indican la proximidad de una hembra.
Aspecto reproductivo
Al encontrarse con una hembra, el macho se acopla a ella e inmediatamente segrega una enzima para digerir la piel donde toca. A continuación, su boca se fusiona profundamente con la de la hembra hasta alcanzar el nivel de su flujo sanguíneo.
De esta manera, los machos dejan fusionados al cuerpo de las hembras sus gametas sexuales, como un parasito. De esa forma, pueden segregar su semen como una respuesta directa a las hormonas presentes en la sangre de la hembra.
En resumen, los rapes han evolucionado para optimizar al máximo la corta vida de los machos. En lugar de perder tiempo buscando a las hembras en cada periodo de apareamiento, los machos se fusionan oportunamente a ellas y acoplan sus órganos reproductores.
Como resultado del encuentro, siempre que la hembra entre en su periodo fértil será fecundada por el semen del macho, sin depender del encuentro entre ellos.