Entre el conejo de campo y el doméstico existen varias diferencias importantes. Desde el tipo de raza y alimentación hasta incluso la esperanza de vida. Esta antigua especie que se comenzó a domesticar durante la Edad Media es una de las predilectas por grandes y pequeños. Es importante conocer un poco más sobre la misma, para de esta forma poderle dar los cuidados más adecuados.
Lo que se debe saber sobre el conejo de campo y el doméstico
El conejo es una de las especies de animales más antiguas y su domesticación comenzó en plena Edad Media. En aquella época, ya los animales eran atrapados y metidos en jaulas y su carne comenzó a hacerse sumamente popular. Sin embargo, el conejo visto como mascota tiene una repercusión mucho más moderna.
Generalmente se define como conejo doméstico a aquellos que son criados en granjas o en cautiverio; en el caso del conejo de campo, se trata de ejemplares libres y silvestres. Éstos últimos suelen tener menos grasa que los primeros por el simple hecho de vivir en libertad.
En los últimos tiempos, el conejo ha ido escalando hasta una posición de mascota; cada vez son más los niños que disfrutan de la compañía de estos curiosos amigos. Entre otras cosas, porque son silenciosos, fáciles de cuidar y pueden llegar a establecer un fuerte vínculo con el dueño.
Diferentes razas de conejos domésticos
Durante los últimos años han surgido una gran cantidad de razas de conejos caseros, algunas en peligro de extinción. Esto se debe en gran parte por la intervención de la mano del hombre, quien ha unido diferentes razas y como consecuencia han nacido conejitos de nuevos linajes.
Conejos enanos
Los conejitos enanos son sumamente populares entre los niños. Tal y como su nombre indica, son enanos, es decir, no crecen prácticamente nada desde que cumplen los dos meses de edad. A la hora de adquirir este tipo de especies, hay que ser precavidos pues en ocasiones se venden como enanos clases de conejos que no lo son.
En estos casos, lo más recomendable es pedir un certificado. Un aspecto que diferencia a los conejitos enanos es que sus orejas suelen ser un poco más pequeñas que la de los habituales, que continúan su crecimiento normal.
Conejo angora
Estos animales se caracterizan por tener un pelaje muy brillante y largo, así como también por la forma puntiaguda de sus orejas. Quien adopte esta raza de conejo debe tener especial cuidado con el pelo, ya que se le pueden formar nudos muy molestos.
Conejo Belier
Estos conejos se diferencian de los demás por sus largas orejas, que caen a ambos lados de su cuerpo. Son una de las razas más tranquilas, por eso son los predilectos para adoptar como mascotas. Con esta raza es fundamental tener especial cuidado con las orejas, ya que son tan largas que pueden lastimarse fácilmente.
Diferencias entre el conejo de campo y el doméstico
Aunque a primera vista puedan parecer relativamente iguales, existen varias diferencias entre el conejo de campo y el doméstico. Una de las principales diferencias es la esperanza de vida; mientras que los conejos silvestres viven entre cinco y siete años, los domésticos pueden vivir hasta 15.
En este sentido, los conejos silvestres suelen sufrir mucho estrés, y esta es una de las principales razones por la que su esperanza de vida es más corta.
En cambio, los domésticos, que suelen estar bien alimentados y desarrollados en ambientes propicios, viven una media de 10 años, pero pueden llegar a vivir incluso hasta 15.
La alimentación del conejo también varía de acuerdo a si es de campo o doméstico. En el caso de los primeros, estos se alimentan de plantas herbáceas, lentejas y guisantes.
Lo más recomendable para alimentar al doméstico es proporcionarle heno y hortalizas; principalmente para favorecer el desgaste natural de los dientes y para mantener lo más saludable posible el aparato digestivo.
Pueden parecerse mucho, pero existen diferencias importantes entre el conejo de campo y el doméstico. Resulta fundamental conocer estas diferencias para poder atenderlos de acuerdo a sus requerimientos.
El cuidado de estos animalitos es bastante simple, si bien es necesario conocer a fondo las necesidades de una de las especies más queridas por el ser humano: buena alimentación, un ambiente adecuado y mucho afecto son las claves para tener una mascota feliz.