Curiosidades del coatí, un simpático de hocico alargado
Su nombre deriva de la lengua nativa guaraní y quiere decir ‘nariz alargada’, ya que sin duda es su principal característica, junto a su larga cola anillada. En este artículo te contaremos las curiosidades del coatí, un pequeño mamífero endémico de América.
Características generales del coatí
Se distribuye desde Estados Unidos hasta Argentina, y prefiere los climas cálidos y templados con densa forestación. El coatí vive principalmente en bosques y selvas, y se puede mover con mucha facilidad tanto en el suelo como en los árboles; para caminar apoyan las patas por completo (es plantígrado) y descansa entre las ramas.
Cuando buscan alimento se desplazan con gran rapidez y mantienen la cola erguida (vertical al suelo); son omnívoros ya que comen tanto insectos como frutas. El hocico les permite conseguir comida más fácilmente: el olfato es su sentido más desarrollado.
Se trata de un ser bastante social que se junta en grupos de hasta 20 individuos; casi siempre son hembras con juveniles, ya que los machos adultos son solitarios. Podemos encontrar dos subespecies de coatí: el sudamericano y el de nariz blanca.
Coatí de cola anillada sudamericano
Su nombre científico es Nasua nasua, y habita en las selvas de centro y Sudamérica. Por supuesto, se caracteriza por su largo hocico y sus garras fuertes y gruesas, similares a las de los osos; la cabeza es delgada, sus orejas y pies son negros.
La piel del coatí sudamericano es parda o negra, el vientre más claro y la cola con ‘anillos’ de dos tonos, con la cual se balancea entre los árboles. Los machos pueden medir unos 70 centímetros más otros 60 centímetros de cola. No pesan más de cuatro kilos, pero las hembras son más delgadas y pequeñas que los machos.
Se conoce a este coatí por su inteligencia, su habilidad para trepar árboles y cavar en busca de alimento, y por elegir sitios elevados para descansar y armar sus nidos. Vive en grupos de hasta 20 individuos, y uno de ellos se encarga de vigilar y alertar sobre los posibles peligros.
Coatí de nariz blanca
La otra subespecie de coatí lleva por nombre científico Nasua narica y se lo conoce como tejón mexicano. Vive de Centroamérica hacia el norte, concretamente en bosques secos y húmedos de México y Estados Unidos.
Es omnívoro ya que se alimenta tanto de frutos como de carroña, huevos, insectos y pequeños vertebrados. Sube a los árboles fácilmente gracias a su larga cola, pero busca comida en el suelo. Entre sus principales depredadores se encuentran las boas y las aves rapaces.
El coatí de nariz blanca es diurno y cada atardecer sube a un árbol específico para descansar; en las zonas donde hay cazadores humanos pueden cambiar sus hábitos y volverse más nocturnos. En cualquier caso, se juntan en grupos de hasta 30 individuos, siempre hembras con sus crías y jóvenes, ya que los machos son solitarios.
Se reproducen entre febrero y marzo, y la gestación tarda alrededor de dos meses y medio. La madre da a luz hasta a siete crías, las cuales son ciegas. Hasta los cuatro meses se alimentan de leche materna y a los dos años los machos deben abandonar el grupo.
Coatí: especie invasora
Son dos los casos más destacados donde el coatí ha sido introducido por el hombre en un hábitat diferente y se ha convertido en un problema. Uno de ellos es en España y el otro en el archipiélago chileno Juan Fernández.
En este último, la idea fue llevarles para que acabaran con una plaga de ratones; sin embargo, terminaron comiéndose a los huevos y polluelos de las aves Fardelas, típicas de la región.
Entre las curiosidades del coatí hay que destacar que, si bien se trata de un animal exótico, algunas personas optan por tenerlo como mascota. Aunque tenga un aspecto ‘tierno’, puede ser bastante agresivo por causas hormonales durante la adultez. Para evitarlo son necesarias la educación y la esterilización.