¿Cuáles son las enfermedades de las ardillas de Corea?

Las ardillas de Corea son unos de esos roedores que todos los niños quieren tener en casa, pero no es buena idea; si decides adoptar, o ya tienes una, revisa su salud como si de un perro se tratara
¿Cuáles son las enfermedades de las ardillas de Corea?

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 16 abril, 2019

Afortunadamente, la moda de tener ardillas como animales de compañía está disminuyendo. Y más en concreto con respecto las ardillas de Corea, unas de las más bonitas y juguetonas, pero las que peor llevan la vida en cautiverio.

Su peso ronda los 100 gramos, y eso que tiene una cola que mide casi como su cuerpo: la ayuda a equilibrarse. También se conoce como la ardilla listada por las rayas blancas y negras de su lomo, y pueden llegar a vivir entre 8 y 12 años.

A una ardilla no se la puede tratar como a un gato: son animales muy asustadizos y pueden contagiarnos enfermedades con facilidad, sobre todo si las coges directamente de la naturaleza. Si, a pesar de estos datos te sigue apeteciendo tener ardillas de Corea en tu hogar, debes saber qué enfermedades pueden sufrir este tipo de animales:

Enfermedades de las ardillas de Corea

Es difícil no derretirse con estos ejemplares, y es que son el centro de atención de todo parque y uno de los que más le gusta a los niños. Pero lo cierto es que no llevan muy bien las relaciones con los humanos, y las únicas que se te van a acercar es porque están acostumbradas a que les demos comida.

Ardilla de Corea comiendo

Estos roedores son muy sensibles a ciertas enfermedades, por lo que debemos saber reconocerlas y llevar al animal al veterinario para que sea tratado. Las dolencias más típicas de las ardillas de Corea son:

  • Excesivo crecimiento de los dientes: a las ardillas de Corea, como a la mayoría de roedores, les crecen los dientes durante toda la vida. La falta de materiales donde limarse los dientes en cautiverio hace que adquieran un tamaño muy incómodo para el animal. Tanto es así, que les puede llegar a impedir comer con normalidad. Si es el caso de tu ardilla, deberás ir al veterinario para que le recorte los dientes.
  • Alopecia: la pérdida de pelo en roedores es algo más común de lo que parece, y este tipo de ardillas son propensas a padecer problemas de alopecia producida por pequeños parásitos que se alojan en su pelo. En caso de notar una pérdida de pelo importante, acude al veterinario para que lo trate.
  • Neumonía: los roedores son muy sensibles a los bruscos cambios de temperatura, y más aún a los aires acondicionados. Si vives en zonas donde el aire acondicionado es necesario, evita que este le de directamente a la jaula de la ardilla de Corea. En todo caso, una casita en su interior donde se pueda cobijar le permitirá resguardarse de las corrientes de aire.
  • La rabia: este tipo de animales pueden tener la rabia, y lo más preocupante es que nos lo puede contagiar a los humanos. Si has cogido a la ardilla de la naturaleza, es aconsejable hacerle una exhaustiva revisión en el veterinario para evitar disgustos en todo lo posible.
  • Estrés: las ardillas de Corea son roedores extremadamente nerviosos y asustadizos, lo que hace que sean incompatibles con otras mascotas como perros y gatos. Los niños tampoco son buenos amigos de las ardillas, ya que intentarán jugar mucho con ellas y las intimidarán demasiado.

Cómo evitarlo

Lo primero que debes hacer al adquirir una ardilla de Corea para tenerla como animal de compañía es llevarla a que la vea un profesional, para que detecte las posibles enfermedades que pueda tener. Después, es aconsejable llevarla una vez al año a revisión, algo parecido a lo que se hace con otras mascotas como perros o gatos.

Ardilla de Corea en una jaula

La jaula debe ser lo suficientemente grande como para que la ardilla pueda correr y moverse sin problema. En su interior debes meter ramas y objetos con los que pueda jugar, a ser posible de árboles sin mucha resina.

Equipar la jaula con un buen cobijo es esencial para evitar el estrés del animal: puedes meter telas o paja para que ella misma se haga su cama. Esto hará que se adapte con mayor facilidad a su vida en cautiverio, aunque este tipo de animales nunca se sentirán cómodos al 100 % entre rejas.


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