De acuerdo con el Manual ilustrado de enfermedades de la piel del perro y el gato, un callo se define como un área de hiperqueratosis que suele aparecer en los puntos de presión ósea. En este caso, los que se manifiestan en los codos son producto de la fricción constante del miembro anterior con una superficie dura o rugosa.
En términos más prácticos, lo que ocurre es que la piel del codo se endurece para dar protección al hueso de la ulna, con el objetivo de suavizar el impacto en esta área cuando el animal se tumba.
A pesar de que no son un problema grave para nuestra mascota, debemos prestarles atención para evitar el desarrollo de otras patologías. Continúa leyendo estas líneas y conoce las mejores estrategias para prevenir y tratar la formación de callos en los codos.
Principales causas de callos en los codos
Este tipo de problemas se observa en mayor medida en perros de razas grandes como el gran danés, el labrador o el san bernardo. Esto es debido a que, como tienen una mayor peso y tamaño, ejercen más presión sobre los codos al acostarse sobre el suelo. De igual manera, las razas de pelo corto se encuentran más predispuestas a desarrollarlos por el contacto directo de la piel con la superficie.
De acuerdo con lo anterior y teniendo en cuenta otros aspectos clínicos, las principales causas que favorecen la aparición de callos en los perros son las siguientes:
- Dormir o descansar en superficies duras como el cemento, la madera o la baldosa.
- Sobrepeso o delgadez.
- Camas blandas que permiten el contacto de los codos con el suelo.
- Enfermedades articulares que ocasionan que el perro permanezca acostado.
¿Cómo manejarlos?
Teniendo en cuenta que estas lesiones pueden evolucionar hacia problemas de piel más graves como úlceras o piodermas, lo ideal es atenderlos oportunamente. En el siguiente espacio encontrarás los consejos ideales para manejar los callos en tu mascota.
1. Aplicar cremas hidratantes en los codos
Una de las mejores estrategias para el manejo de estos callos son las cremas humectantes. Gracias a estos productos podremos suavizar la piel rugosa y aportar flexibilidad a la zona afectada. Se recomiendan cremas que contengan ácido salicílico, lactato sódico y urea para favorecer a la descamación del estrato córneo formado. Además, si contienen aloe vera y vitamina E evitaremos que la piel se reseque y se agriete.
2. Adecuar un lugar cómodo y blando para el descanso
Como se mencionaba anteriormente, la fricción de los codos con el suelo duro es la principal causa de callos en esta zona. Superficies duras o rugosas como el cemento o la madera propician el desgaste y posterior engrosamiento de la piel.
Para evitarlo, asegúrate que la cama de tu mascota sea lo suficientemente cómoda y blanda para que pueda acostarse. De igual manera, el uso de alfombras en diferentes partes del hogar evitará que los codos de nuestro can estén en contacto directo con el suelo.
3. Evitar el sobrepeso y la delgadez extrema
Según el Manual ilustrado de enfermedades de la piel del perro y el gato, tanto la obesidad como la delgadez son factores de riesgo para el desarrollo de callos. Por una parte, al tener mayor masa corporal, la presión ejercida sobre los codos al momento de acostarse será más intensa.
Por el otro lado, al contar con poca musculatura y poco tejido graso en esta área, el hueso de la ulna estará más expuesto al roce con las superficies duras. Es por esto que debemos procurar porque nuestra mascota conserve un estado físico óptimo llevando una alimentación adecuada.
4. Usar vendajes
Uno de los consejos más prácticos para cuando el callo esté ulcerado es el uso de vendajes. En este caso protegeremos la zona afectada para evitar que siga en contacto con el suelo. De esta manera, impediremos que la lesión aumente o llegue a infectarse. Pueden usarse vendas normales, adhesivas o apósitos.
5. Consultar oportunamente con un veterinario
Si bien es cierto que la mayoría de los casos pueden tratarse en casa, nunca sobra la visión de un profesional. La consulta oportuna permitirá identificar otras probables patologías que estén causando estas lesiones, como la artrosis o el hipotiroidismo.
De igual forma, en casos en que existan complicaciones como úlceras o pioderma, un veterinario sabrá identificarlas para darles el tratamiento adecuado.
Ahora que ya conoces las principales estrategias para evitar y manejar los callos en los codos, es tu deber afianzar estos conocimientos para dar el bienestar que se merece tu mascota. Recuerda siempre pedir la opinión de un profesional en casos complicados y evitar el uso de medicamentos no recetados.
Bibliografía
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