La conjuntivitis en el hámster, también conocida como ojo rosado o pink eye en inglés, es una inflamación de la conjuntiva ocular, una membrana transparente que recubre el párpado y la parte blanca del globo ocular. Existen múltiples causas que pueden propiciar este evento inflamatorio, aunque lo más común es que se deba a agentes bacterianos.
La vida de los hámsteres es corta, pero no por ello hay que desestimar las posibles enfermedades que puedan sufrir. Si quieres saber cómo abordar la conjuntivitis en estos pequeños mamíferos, continúa leyendo.
Causas de la conjuntivitis en el hámster
Tal y como indica la Librería Nacional de Estados Unidos, la mayoría de microorganismos bacterianos aislados de la muestra de la conjuntiva infectada son de los géneros Staphylococcus, Micrococcus y Bacillus. Otros géneros menos frecuentes, pero también patógenos, son Bordetella, Moraxella y Pasteurella, entre otros.
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Aun así, no todos los agentes etiológicos causantes de conjuntivitis son bacterias. Parásitos protozoarios y virus, por ejemplo, también pueden causar la inflamación prolongada de la conjuntiva ocular. Entre otras de las causas comunes de origen no infeccioso, encontramos las siguientes:
- Heridas de mordeduras/peleas con otros integrantes de la jaula.
- Dientes que han crecido de más o maloclusiones dentales.
- Irritación, debida al exceso de polvo en la instalación.
Síntomas
Los síntomas de la conjuntivitis, como podrás imaginar, se localizarán en la zona cefálica del animal. Entre ellos, encontramos los siguientes:
- Una descarga ocular de naturaleza acuosa.
- A lo largo del tiempo, el líquido segregado por los ojos se puede volver purulento.
- Párpados pegajosos.
- Costras en los bordes oculares (legañas).
- Uno o ambos ojos hinchados. En los peores casos, la cara entera puede verse comprometida.
- Una tonalidad rojiza en los bordes oculares.
Si percibes estos síntomas en tu mascota, lo más posible es que presente un cuadro de conjuntivitis infecciosa. En estos casos, es indispensable llevar al animal al veterinario, pues tendrá que obtener muestras de la mucosa ocular del hámster para recoger información sobre el agente etiológico causante de la enfermedad.
Tratamiento de la conjuntivitis en el hámster
Una vez realizado el diagnóstico, el hámster suele requerir un tratamiento a base de antibióticos tanto orales como en forma de gotas oculares. Antes de comenzar con los fármacos, el veterinario suele lavar la zona afectada con una solución salina, que elimina el exceso de pus en el entorno afectado.
Además de todo esto, la conjuntivitis se puede abordar (con mucha precaución) desde casa con un bastoncillo y una solución acuosa. Para ello, se deben seguir los siguientes pasos:
- Coger al hámster de forma gentil pero firme. Si es necesario, hacer caricias en su pelaje por unos pocos minutos antes de continuar con el procedimiento. En muchos casos, el estrés solo empeora el cuadro clínico.
- Hervir un poco de agua y dejar que alcance una temperatura tibia. Tras esto, se debe preparar una gasa aséptica.
- Empapar la gasa con agua tibia y aplicarla sobre la superficie purulenta del animal. Tras unas cuantas pasadas, la costra del ojo debería retirarse y el animal podría volver a abrirlo. Usa dos gasas distintas y evita que el líquido llegue al ojo contrario, pues esto podría propagar la infección.
Es esencial que se tenga mucho cuidado en este proceso pues, si se hace de forma muy brusca, la irritación ocular del hámster puede ir a peor. También es esencial que no se utilice algodón u otros materiales que no sean gasas, pues pueden dejar residuos de tejido dentro del ojo del animal.
Prevención
La mejor prevención para evitar las infecciones en roedores es mantener la jaula siempre limpia, especialmente en el lugar de descanso del animal, donde pasará la mayor parte del tiempo. También es esencial no sobrepoblar una jaula pues, cuantos más animales convivan, más probabilidades habrá de peleas y heridas.
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Los hámsteres son animales territoriales y agresivos, por lo que nunca se recomienda mantener más de uno en el mismo hábitat. Aunque algunos ejemplares pueden ser más sociables y compatibles, la mayoría de los casos terminarán en riñas graves o letales. Además, vivir en conjunto puede provocar periodos de estrés que los hagan más susceptibles a contraer conjuntivitis.
Por último, no hay que subestimar la importancia del sustrato en la instalación. La tierra, la arena y ciertas virutas pueden emitir partículas de polvo que dañan al animal. Lo más recomendable es siempre emplear sustrato a base de maíz —ampliamente comercializado—, pues absorbe bien la orina y no contiene agentes tóxicos.
Como habrás podido leer en estas líneas, la conjuntivitis en el hámster es un evento clínico relativamente común, pues puede producirse por muchísimas causas diferentes. Con una visita al veterinario a tiempo y una correcta higienización desde casa, esta patología puede abordarse de forma rápida y sencilla.
Bibliografía
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