Si algo se convierte en un problema donde habita un felino, son las uñas del gato. Lo cierto es que para los gatos es indispensable mantenerlas afiladas, y para ello el sofá del salón puede ser una buena lima. Sin embargo, los dueños pueden ofrecer otras opciones igual de atractivas al animal.
Los gatos dan mucho uso a sus uñas. Por ejemplo, para rascarse o trepar y escalar. También son un mecanismo de defensa ante la amenaza de otra especie. Incluso, al clavar las uñas sobre una superficie, el gato estira todo su cuerpo.
Lo ideal ante las temidas uñas del gato, es ofrecerles espacios donde puedan hacer uso de ellas sin dañar nada. Por ejemplo, las estructuras de escalar, un mueble viejo, una cama en desuso.
Las uñas del gato
Aunque se sabe que los gatos utilizan sus uñas principalmente para cazar y defenderse, no es el único uso que tienen. Las uñas de los gatos guardan relación con el equilibrio y movilidad del animal. También las usan para marcar territorio en los primeros meses de vida.
Otro uso que le dan los gatos a sus uñas es para liberar estrés; un felino ansioso rascará continuamente un mueble o juguete. Realmente esto se puede convertir en una comunicación entre la mascota y el dueño, quien podrá comprender las razones del comportamiento de su gato.
En algunos países, la eliminación de las uñas del gato es una intervención bastante frecuente. Hay muchas voces en contra de este tipo de prácticas, pues se dice que es una especie de mutilación a la que se somete al animal. Y estas prácticas, en el futuro, pueden originar problemas para caminar, atrofias musculares y depresión.
Cómo evitar daños por las uñas del gato
- Mantener sus uñas bien cortadas. Este sencillo hábito es muy práctico y fácil de poner en práctica; además de higiénico, ayuda a evitar los daños en el mobiliario.
- Educarlo a rascar un mismo espacio y mismo juguete. Los rascadores o las estructuras de escalar son ideales para que el felino ponga en uso sus uñas. En el caso de las estructuras, les ofrece todas las opciones: trepar, enganchar y rascar.
- Cubrir el mobiliario con protectores. Aunque esta puede ser una opción poco estética o paliativa, resulta efectiva para cuidar los muebles. Es importante asegurarse de que se trate de un protector duradero: los de plástico son más recomendables que los de tela.
- Utilizar repelentes o agua. Algunos dueños eligen utilizar sprays llenos de agua para espantar a sus gatos; también hay repelentes con olores desagradables o que neutralizan su olor. Sin embargo, este tipo de aplicaciones deben realizarse de forma constante para que tengan efecto.
- Anticiparse al marcaje de áreas. Los gatos marcan sus espacios frotando el cuello o cara en las zonas escogidas. En ambas partes el felino segrega un aceite con su olor. Un buen truco para anticiparse a esta forma de ‘marcación’ consiste en frotar los muebles con un producto desagradable para el minino.
El cuidado de las uñas del gato
- Cortar sus uñas. Algunos dueños tienen la valentía de cortar ellos mismos las uñas de sus gatos. En este caso es importante tener en cuenta que se debe utilizar un cortauñas adecuado; el corte de la uña no debe superar la vena interior, ya que el animal sufrirá de gran dolor.
- Mantener hidratadas sus patas. Existen en el mercado gran cantidad de cremas para humedecer las almohadillas de perros y gatos. Esto es importante para evitar resequedad y heridas a causa de ella, sobre todo en el caso de los gatos, que suelen escalar y trepar.
- Garantizar una buena alimentación. Al igual que en los humanos, la alimentación influye en el crecimiento y fortaleza de las uñas.
- Las comidas especiales para gatos poseen los nutrientes necesarios para mantener el pelo y las uñas del animal. Siempre es preferible suministrar este tipo de alimento, a menos que se tenga conocimiento en alimentación complementaria.
- Utilizar uñas de plástico. Una opción que ha ganado popularidad entre los amantes de los gatos son las uñas de plástico. Consisten en forros de plástico flexible que se colocan sobre las uñas; de esta manera, el animal podrá seguir rascando, pero sin causar el daño común a los objetos.