El animal más religioso del mundo

Si existe un animal orador y religioso por excelencia, esa es la mantis. O al menos es lo que su postura habitual nos hace pensar.
El animal más religioso del mundo
Érica Terrón González

Escrito y verificado por la veterinaria Érica Terrón González.

Última actualización: 08 mayo, 2020

La mantis pertenece al orden de los ortópteros, como los saltamontes – de los cuales se alimenta –. Su nombre deriva del griego y significa “profeta” o “adivino”, porque se cree que es el animal más religioso del mundo. Por eso, además de mantis, se las conoce como santateresas o rezadoras. Su postura habitual, al acecho, con el cuerpo erguido y las patas anteriores juntas como si rezase la han hecho merecedora de este nombre.

En esta postura permanece completamente inmóvil con excepción de la cabeza, que mueve en todas direcciones para ver si se acerca alguna posible víctima. Una vez se pone esta a su alcance, la mantis la apresa rápidamente entre las robustas patas anteriores y se la come viva. Y eso ya no nos parece tan católico, ¿no?

La mantis, el animal más religioso

La mantis religiosa o común es la más conocida de las 2450 especies de que consta la familia de mantodeos. Esta especie es bastante abundante en España. Casi todas las mantis tienen el color y la forma apropiados para confundirse con el medio ambiente. Muchas son verdes o pardas, haciendo juego con las hojas vivas o muertas del entorno. Esta necesidad de mímesis se debe a dos razones:

  • No persiguen a sus víctimas, sino que esperan quietas a que estas entren en su radio de acción. Para ello se confunden con el medio.
  • Aunque sus patas anteriores son suficientemente fuertes para apresar a otros insectos, resultan inútiles contra aves y lagartos. Y considerando que se desplazan despacio, necesitan ocultarse para no ser devoradas.

Las mantis poseen dos pares de alas. Las exteriores suelen ser estrechas y coriáceas, y le funcionan como camuflaje y como escudo para las alas traseras, que son más claras y más delicadas.

Morfología

Todas las mantis poseen grandes cabezas triangulares, que se estrechan en el frente en forma de pico, y se ensanchan en la base, por la presencia de grandes ojos. Sus antenas son filiformes y su boca masticadora. Miden entre 8 y 17 centímetros.

El tórax está dividido en 3 porciones articuladas de manera flexible. Esto permite una amplia gama de movimientos, sobre todo de la cabeza y de las extremidades anteriores. Se sirven de esta capacidad para mejorar sus técnicas de acecho y de caza.

Su característica más llamativa es la estructura de sus patas delanteras, notablemente modificadas para la captura de presas. Para ello han desarrollado una serie de pinchos superficiales con los que sostienen de forma segura su comida.

¿De qué se alimenta el animal más religioso?

Las mantis se suelen alimentar de invertebrados, principalmente insectos. Aunque es cierto que algunas especies de mayor tamaño comen ranas, pajarillos y hasta lagartijas. Pero, en cualquier caso, son seres depredadores de presas vivas.

Generalmente permanecen inmóviles, esperando que se acerque su presa, acechándola con movimientos lentos y sigilosos. Y otras veces las persiguen. Tienen incluso una habilidad que les permite atrapar insectos en pleno vuelo.

¿Y quiénes se alimentan de él?

La mantis no está exenta de peligros a pesar de ser una excelente cazadora, pues tiene numerosos depredadores como arañas, sapos, lagartos, serpientes, aves y murciélagos.

Cuando se sienten amenazados se yerguen y extienden sus patas delanteras con las alas abiertas. El abanico de las alas hace que la mantis parezca más grande y más peligrosa. Algunas especies incluso incrementan este efecto con colores y patrones brillantes en sus alas traseras. Si la amenaza persiste, atacan a su depredador.

Durante la reproducción deja de ser el animal más religioso del mundo

La mantis hembra es tan voraz que el macho, para no convertirse en su alimento, debe acercarse a ella adoptando precauciones. En algunos casos ha tardado más de una hora para recorrer 30 centímetros una vez finalizado el cortejo. Después de arrastrarse con tal lentitud, da un salto para agarrarla a fin de aparearse.

Se agarra a su tórax y a sus alas con las patas delanteras. Y luego arquea el abdomen para depositar el esperma en una cámara especial cerca de la punta del abdomen de la hembra.

Si a la hembra le desagrada o le ha visto llegar, se lo come, comenzando por morderle la cabeza. Pese a quedar decapitado, si el macho está ya unido a la hembra, el apareamiento se desarrolla normalmente, porque este se halla regulado por un centro nervioso que facilita la fecundación. Esto sucede en todas las especies y se conoce como canibalismo sexual.

Nota final

Sucede con muchas especies animales, que su aspecto es engañoso, para bien o para mal. Si la postura habitual de la mantis religiosa nos hace pensar que se trata de un animal orador y bondadoso, nos engaña. Se trata de un importante depredador dentro de los insectos, un depredador bastante macabro incluso.

Pero ¿no es eso lo bonito de la naturaleza, que nos sorprenda?


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