Los murciélagos son los únicos mamíferos que pueden volar. Gracias a esta singular característica han podido asentarse en casi todo el planeta. A pesar de las supersticiones que hay sobre ellos, casi todos se alimentan de fruta o insectos. Te invitamos a descubrir a estos sorprendentes mamíferos.
Generalidades de las especies de murciélagos
Los murciélagos son la segunda familia más grande del reino animal, solo por detrás de los roedores. Se calcula que hay casi 1 200 especies diferentes de murciélagos, aunque el número está en aumento, ya que cada poco tiempo se descubren nuevas especies.
Hay murciélagos en casi todo el planeta: excepto en los polos, se han extendido por todo el mundo. Como cabe esperar en una familia tan grande, esto ha hecho que evolucionen de manera muy diferente: los murciélagos más pequeños apenas pesan unos gramos, mientras que los más grandes alcanzan casi un kilogramo.
1. Murciélago común
Esta es, entre las especies de murciélagos de Europa, la más pequeña: miden apenas seis centímetros de largo y entre 20 y 25 centímetros de envergadura con las alas extendidas. Son de color pardo o grisáceo, a veces casi negros. El vientre tiene un tono más claro.
Tienen las orejas pequeñas y su morro es corto. Hibernan desde el final del otoño hasta la llegada de la primavera. Viven en grandes grupos, tanto mientras están despiertos como durante todo el invierno.
Este tipo de murciélago vive en toda la península ibérica y las islas Baleares, en zonas urbanizadas: son los pequeños murciélagos que se pueden ver al anochecer en las playas o en los pueblos cercanos a los bosques. Se alimentan de pequeños insectos como coleópteros o mosquitos.
2. Zorro volador
En cambio, el zorro volador es una de las especies de murciélagos más grandes que existen. Se alimenta únicamente de fruta y del néctar de las flores, por lo que tiene una importante función polinizadora en su hábitat.
No usa el sistema de ecolocalización, sino que se guía por su vista y olfato, al contrario que muchas otras especies de murciélagos cuya visión apenas les permite distinguir formas borrosas o luz de oscuridad.
Como indica su nombre, su cara recuerda a la de un zorro: tiene el morro alargado y afilado, los ojos grandes en comparación con otros animales de su especie y las orejas triangulares y erguidas. Tiene el cuerpo recubierto de pelo y es de color rojizo.
Vive en algunas islas de Oceanía: la península malaya, Filipinas, Sumatra, Borneo… No se considera en peligro de extinción, aunque hay una pequeña alarma por el descenso de su población y se le está siguiendo de cerca.
3. Vampiro
Los murciélagos vampiro son un suborden dentro de la especie. De estos, solo tres se alimentan únicamente de sangre, a pesar de lo que dicen las leyendas. Físicamente, se diferencian de los murciélagos frugívoros en que tienen el morro corto y chato, y las orejas pequeñas.
Para poder conseguir su singular dieta, son capaces de ver la radiación infrarroja que emiten los cuerpos que contienen sangre y escuchar con claridad la respiración lenta de los animales dormidos: así saben dónde se sitúan las arterias, a las que es más sencillo acceder, y cuándo deben acercarse.
Al contrario que el resto de murciélagos, son de hábitos nocturnos y solo salen cuando está completamente oscuro. Sus presas suelen ser grandes piezas de ganado o aves, y hay una especie que también puede alimentarse de los humanos.
Estas tres especies se extienden por América: solo se pueden encontrar en ciertas partes de México, Chile, Argentina y Brasil. El mayor peligro que representan para el ser humano es la transmisión de parásitos o virus como la rabia, aunque su transmisión es muy poco frecuente.
4. Murciélago nariz de cerdo
Como dice su nombre, el rasgo más distintivo de este animal es su nariz, que recuerda a la de un cerdo. Aquí se terminan las diferencias, ya que este murciélago es muchísimo más pequeño que los cerdos: pesa apenas dos gramos y se le considera uno de los mamíferos más pequeños que existen.
Vive en el oeste de Tailandia y en parte de Birmania, y habita en zonas muy húmedas, como en las cuevas cerca de las orillas de los ríos. Se considera que está en peligro de extinción.
5. Murciélago orejudo meriodional
Esta es otra de las especies de murciélagos que viven en la península ibérica. Sin embargo, su hábitat está en zonas boscosas muy alejadas de las urbanizaciones humanas y en las copas de los árboles.
Como indica su nombre, sus orejas son extraordinariamente largas y, cuando está en reposo, las recoge tras la cabeza. Las orejas son tan grandes que pueden doblar en tamaño a la cabeza. Su cuerpo es de un tamaño mediano: entre tres y seis centímetros de longitud y casi 25 de envergadura, por lo que sus orejas son fácilmente distinguibles.
Los murciélagos suelen aparecer en relatos de terror, pero nada más lejos de la realidad: la inmensa mayoría de ellos se alimentan de frutas o insectos y son inofensivos para el ser humano. Algunos cumplen con una función polinizadora y controladora de plagas de bichos.