¿Por qué los varanos son malas mascotas?

Aun con la escasez de datos independientes y objetivos sobre las necesidades de los varanos comercializados, se conoce que los requerimientos biológicos de estos reptiles son casi imposibles de replicar en un hogar.

Los varanos no se adaptan bien a los terrarios.

Los varanos o lagartos monitores refieren a todo un género de reptiles escamosos, de más de 80 especies, dentro de la clase de los saurópsidos. Los reptiles escamosos (Squamata) incluyen a los lagartos, los camaleones y las iguanas, entre otros.

Estos lagartos monitores habitan en las áreas tropicales y subtropicales de África, Asia y Australia y ocupan una amplia variedad de hábitats. Debido a su imponente porte y sus características llamativas, por desgracia muchos de ellos han sido introducidos a la fuerza en el mercado de animales exóticos. Si quieres saber por qué esto es una mala noticia, continúa leyendo.

Características llamativas de los varanos

Antes de sumergirnos en el mundo del comercio y el mantenimiento en cautiverio de estos animales, Te mostramos algunos datos fascinantes sobre los varanos. No te los pierdas.

La lengua es un rasgo fascinante de los varanos

La mayoría de los lagartos monitores tienen un cuerpo alargado con una cabeza pequeña y puntiaguda. Poseen un cuello largo, patas gruesas y una cola larga y fuerte. Son de tamaños variados, pues dependiendo de la especie, su longitud puede variar de los 20 centímetros a los tres metros.

Una característica sorprendente de los lagartos monitores es su lengua larga, que está profundamente bifurcada en la punta. Este órgano juega un papel importante en la percepción olfativa. Por ello, los varanos sacan repetidamente la lengua, ya que en la punta se recogen partículas de olor del aire o de las superficies.

Desde la lengua, las partículas de olor se transportan al órgano de Jacobson, que está situado en el paladar. El órgano de Jacobson juega un papel primordial en la localización de presas a largas distancias y también en el comportamiento social. Este sistema de detección es tan poderoso en los lagartos monitores que les permite hasta rastrear presas bajo tierra.

Hábitos de alimentación

Casi todos los lagartos monitores son carnívoros. La mayoría de los varanos son hábiles cazadores y buscan presas recorriendo grandes áreas. Comúnmente, se alimentan de insectos y otros invertebrados o vertebrados de tamaño pequeño a mediano. Algunas especies también comen carroña.

Solamente se conocen tres especies Filipinas que comen principalmente frutas.

Un varano juvenil en un terrario.

¿Es cruel tener varanos como «mascotas»?

Los reptiles cada vez son más populares como mascotas. Es importante tener presente que, en su hábitat natural, los reptiles se calientan al sol, se refrescan excavando bajo tierra y trepan a los árboles, según su instinto. No son un ornamento, son animales sensibles que experimentan angustia y trauma cuando se ven cautivos.

Una observación obvia es que algunos reptiles como mascotas sufren de la falta de oportunidades para ejercer su comportamiento natural. En confinamiento, no podrán explorar exuberantes junglas y pantanos ni experimentar la diversidad sensorial con la que están sintonizados.

Los varanos cautivos no pueden esconderse de las amenazas percibidas, regular su temperatura como les gustaría ni elegir su dieta. Aun en los zoológicos, los arreglos generales del alojamiento en cautiverio difieren de los requisitos biológicos específicos de las especies de varanos y esto afecta su bienestar y la esperanza de vida.

En un estudio sobre la longevidad de especies de varanos en zoológicos, se concluyó que sus expectativas de vida en cautiverio eran de menos de la mitad que en la naturaleza. Si esta es la situación en núcleos profesionales, no extraña que el bienestar  de estos animales en instalaciones domésticas sea menor.

Es importante conocer cómo es el comercio de los varanos

Algunos tipos de lagartos monitores son de gran importancia económica para los seres humanos y se cazan para el comercio del cuero y por la carne, especialmente en África y el sudeste asiático. Mientras algunas especies parecen capaces de resistir esta presión de caza, otras altamente comercializadas han sufrido mermas considerables de sus poblaciones.

El comercio de vida silvestre está impulsado principalmente por la demanda de los consumidores. En especial, por parte de los países desarrollados y cada vez más en Asia. En la actualidad, se comercializan más especies para satisfacer la demanda internacional de mascotas que para cualquier otro propósito.

No existen muchos estudios científicos sobre el bienestar de los grandes reptiles como mascotas. Según reportes, en un lapso de 10 años se duplicó la cantidad de serpientes, lagartos, y tortugas en los hogares del Reino Unido. Estos reportes señalan que uno de cada cuatro de estos reptiles mueren durante sus primeros 12 meses en el hogar.

Según los estudios actuales y en comparación con los perros, que logran una longevidad natural en el entorno doméstico, el 75 % de los reptiles mueren durante su primer año en el hogar. Esto subraya la necesidad de educar a la población en lo que a la tenencia responsable de animales exóticos se refiere: no todo vale.

¿Qué instancias vigilan el comercio de reptiles como mascotas?

La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), desde el año 1975, busca prohibir la explotación de animales amenazados en su medio natural. Para este fin, los 143 países que la conforman elaboran lista de especies, cuyo comercio se vigila y reglamenta internacionalmente.

Todas las especies del género Varanus están amparadas por el acuerdo de Washington (CITES). La mayoría se sitúan en el apéndice II, en el que figuran especies que podrían llegar a estar en peligro de extinción y que requieren control estricto de comercio. Es importante señalar que la especie V. komodoensis está en el apéndice I, como especie estrictamente en peligro.

Por otro lado, en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la conservación de la naturaleza (UICN), la especie V. komodoensis está clasificada como en peligro crítico. Un aspecto notable es que, para la mayoría de las especies varanos, no se dispone de información suficiente para establecer su estado en el medio natural.

¿Por qué razones sufre un varano en el hogar?

Es importante conocer que los varanos tienen personalidades complejas y necesidades físicas y sociales específicas. Sin la atención adecuada, muchos sufren graves problemas de salud. Estos son algunos ejemplos de ello:

  • Enfermedad ósea metabólica por deficiencia de calcio.
  • Podredumbre bucal.
  • Enfermedades respiratorias.
  • Abscesos y úlceras.
  • Estrés por el cautiverio.

Hasta ahora, expertos herpetólogos piensan que entre los factores que afectan el bienestar de los varanos como mascotas están los siguientes:

  • La exposición insuficiente a la luz ultravioleta y las deficiencias de calcio asociadas.
  • Dietas nutricionalmente deficientes.
  • Sobrealimentación.
  • Agresión conespecífica.
  • Deshidratación crónica. Esta ha sido asociada a la mortalidad de juveniles, especialmente en especies pertenecientes a los complejos indicus y V. prasinus

El abandono de los varanos

Es bastante común que las personas compren lagartos cuando son muy jóvenes, esto sin tomar en cuenta su longevidad o la talla que pueden llegar a alcanzar. Así, el cuidado de un varano puede ser un descalabro para el presupuesto familiar. Al igual que con las pitones, muchas personas abrumadas por las necesidades del animal terminan abandonándolo.

Por ejemplo, las poblaciones de lagartos en los ecosistemas del sur de Florida en Estados Unidos han aumentado drásticamente en los últimos 50 años. Las especies de lagartos invasoras, como otros reptiles, fueron ingresadas inicialmente en los países como mascotas exóticas.

En la actualidad, algunos gobiernos locales en estos territorios han procurado su exterminio.

Un varano apoyado en una rama.

Siendo tan remotos los territorios de donde provienen muchas especies de varanos, no sorprende que nuestro conocimiento de su biología sea deficiente. Esta carencia presenta desafíos al intentar evaluar el riesgo del comercio de estas especies como mascotas. En la actualidad, esta es una tarea pendiente para científicos y conservacionistas de todo el mundo.

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