El tritón ibérico es un pequeño animal de cuerpo alargado y piel húmeda que precisa de agua para sobrevivir. A pesar de que no posee una coloración vistosa, sus características biológicas lo convierten en una especie insignia de su hábitat. De hecho, su presencia o ausencia puede servir para determinar la calidad del cuerpo agua.
Su nombre científico es Lissotriton boscai y forma parte del grupo de los anfibios urodelos, el cual está integrado por los tritones y las salamandras. Ambos son parientes cercanos de las ranas y los sapos, aunque tienen diferencias evidentes. Sigue leyendo este espacio y conoce más acerca del tritón ibérico.
Hábitat y distribución del tritón ibérico
Este anfibio es endémico de la Península Ibérica. Su población suele ser abundante en Portugal, Galicia y Extremadura. Sin embargo, también es posible encontrarlo en algunas zonas de Asturias, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid y Andalucía. Tiene preferencia por zonas montañosas con entre 400 y 1000 metros sobre el nivel del mar, pero se le ha visto incluso a altitudes de casi 1800 metros.
El tritón ibérico puede vivir en una gran variedad de hábitats como bosques, matorrales, zonas de cultivo e incluso áreas costeras. Al ser un organismo acuático, necesita algún cuerpo de agua cristalina con muy poca vegetación. Es más, no precisa que se encuentre a la intemperie, pues algunas cuevas o minas abandonadas que estén inundadas pueden servirle bien para sobrevivir.
Características de la especie
El tritón ibérico tiene un cuerpo alargado y esbelto que asemeja un poco a la apariencia de una lagartija. Alcanza tamaños de entre 6 y 10 centímetros de largo, pero la cola ocupa casi la mitad de dicha longitud. Exhibe un dorso aplanado y su cabeza es más ancha que larga. Sus patas delanteras presentan 4 dedos y las traseras 5 dedos.
La coloración dorsal del tritón puede ser marrón o pardo con un patrón de manchas negras. Mientras que el vientre exhibe tonalidades naranjas o rojizas que son mucho más vistosas, aunque también presenta puntos negros en sus costados. En algunos ejemplares se han observado colores más amarillos o blancos. Sin embargo, estos son excepciones de poblaciones puntuales.
Los tritones no nacen con la apariencia típica de un adulto, sino que pasan por una fase larval. Dicho estado se parece mucho a un pez pequeño de 10 milímetros de longitud con una coloración amarilla. Son por completo acuáticos y presentan branquias para poder respirar bajo el agua. Además, pasan por una metamorfosis, con lo cual terminan de desarrollar sus extremidades y cambian su apariencia por completo.
Comportamiento
En general, los tritones tienen la capacidad de sobrevivir fuera del agua si existe suficiente humedad en el medio, por lo que algunos pasan parte de su vida sobre la tierra. No obstante, el tritón ibérico exhibe un comportamiento más acuático y pocas veces se le suele encontrar fuera de ella.
Los ejemplares que viven en zonas más frías tienden a presentar una dormancia invernal. Con ello sobreviven a las bajas temperaturas y ahorran recursos. Sin embargo, ciertas poblaciones como las que viven en Salamanca están activas todo el año, pues el clima es más cálido y apto para sus actividades diarias.
Defensa del tritón ibérico
La coloración que presenta el tritón ibérico en su vientre tiene una función de defensa especial. Cuando algún ejemplar se enfrenta a un depredador, adopta una postura erguida con la cual sube la cabeza y la cola para mostrar los colores vistosos de su vientre. Esto le permite “decirle” a su cazador que tiene un sabor poco apetecible.
Esta curiosa estrategia se llama reflejo de unken y pretende engañar a su depredador para que desista su ataque. De hecho, se le considera un tipo de defensa innato porque los ejemplares no necesitan aprenderla. Una vez que han pasado por la metamorfosis, cualquier individuo de la especie es capaz de llevarla a cabo.
Alimentación
Los tritones ibéricos se alimentan principalmente de insectos pequeños como escarabajos, crustáceos, gusanos, caracoles y arañas. Aunque tienen cierta preferencia por los dípteros, ya que este grupo representa al menos el 46 % de su dieta. Además, también son capaces de consumir huevos de ciertos anfibios.
Por su parte, las larvas también se alimentan de insectos como crustáceos planctónicos y dípteros. La única diferencia es que sus presas deben medir máximo 9 milímetros para poder consumirlos. Por lo común, buscan su comida en el fondo del cuerpo de agua.
Reproducción
La reproducción del tritón ibérico se lleva a cabo después de la temporada de lluvia, pues ocupa charcos de agua temporales para realizar la puesta de sus huevos. Esto ocurre entre octubre y diciembre, pero depende de las condiciones del clima en cada caso.
El cortejo de esta especie se lleva a cabo por medio de vibraciones o movimientos oscilantes de la cola. Con estos, el macho intenta llamar la atención de su posible pareja para que se acerque. Cuando la hembra acepta ambos se colocan de manera perpendicular para transferir el esperma y fecundarla.
Las hembras ponen entre 100 y 250 huevos dentro del agua y utilizan la vegetación para ocultarlos. La mayoría de las larvas nacerán en febrero y comenzarán su metamorfosis en mayo. Este proceso debe ser rápido porque la mayoría de los charcos temporales desaparecen en junio.
Estatus de conservación
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza clasifica al tritón ibérico como una especie de menor preocupación. Esto no significa que no enfrente amenazas, sino que por el momento su población no corre riesgo de desaparecer. Al igual que otros anfibios, la contaminación, la destrucción de su hábitat y la introducción de especies invasoras pueden ocasionar su extinción.
Bibliografía
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