Las almejas son pequeños mariscos bivalvos que encuentran su hábitat bajo la arena o el barro cerca de mares y ríos. Su sabor y textura única hace que estos frutos del mar sean muy apreciados en la gastronomía internacional. España se destaca por los tipos de almejas que integra en su territorio y por la excelencia en su preparación.
A continuación, te presentamos los principales tipos de almejas que viven enterradas en territorio español. Además, te enseñamos cómo diferenciarlas y reconocerlas fácilmente.
¿Qué tipos de almejas encontramos en España?
A lo largo del litoral español, encontramos los siguientes tipos de almejas:
- Almeja babosa.
- Almeja fina.
- Almeja rubia.
- Almeja japónica.
Las tres primeras especies –babosa, fina y rubia– son autóctonas de España. En el caso de la almeja japónica se ha adaptado de manera óptima a las aguas ibéricas.
Almeja babosa
La especie Venerupis pullastra, conocida como ‘almeja babosa’, tiene un formato alargado y sus colores varían entre gris, marrón y crema. Para distinguirlas de los demás tipos de almejas podemos fijarnos en sus sifones, que deben estar unidos en toda su longitud.
Los sifones son pequeñas estructuras tubulares a través de las cuales el agua fluye por el cuerpo de las almejas. Gracias a ellos, estos mariscos consiguen desplazarse, respirar, reproducirse y alimentarse en su hábitat natural. Cuando la almeja abre su concha, podemos observar que sus sifones se asoman suavemente.
También es posible observar si su concha exhibe algunas líneas concéntricas que son menos marcadas que en las almejas finas. Además, debemos observar que las almejas babosas no muestran líneas radiales en sus valvas.
En cuanto a su inclusión en la cocina, la almeja babosa no suele ser tan apreciada como la fina y su valor es más económico. Ello no se debe a su textura ni a su sabor, que resultan muy satisfactorios; la razón de no usarse en recetas es que resisten menos tiempo fuera de agua, así que son consideradas más delicadas.
Almeja fina
La especie Ruditapes Decussatus, popularmente llamada almeja fina, encuentra su hábitat natural en las zonas intermareales de España. Para desarrollarse correctamente, suelen enterrarse entre 15 y 30 centímetros en la arena de dichas regiones.
La concha de esta almeja muestra colores uniformes, que varían entre blanco y marrón, según el tipo de arena en el que vive. En ella reconocemos líneas concéntricas y radiales que forman un diseño cuadriculado típico de esta especie. Además, otro aspecto que permite diferenciarlas son sus largos sifones que están bien separados entre sí.
La almeja fina es la más valorada y apreciada en la gastronomía internacional. Además de su excelente textura y sabor, son muy resistentes y pueden sobrevivir muchas horas fuera del agua.
Almeja rubia
Las almejas rubias, cuyo nombre científico es Venerupis rhomboideus, destaca por los colores morados o rojizos de sus valvas; su concha es notablemente más lisa y brillante que los otros tipos de almejas mencionadas. Y en ella también observamos algunos diseños en forma de zig-zag que distinguen esta especie.
En la cocina, esta variedad es menos valorada que las almejas finas y babosas, así que su precio relativamente económico. No obstante, su intenso sabor suele ser muy apreciado en la elaboración de guisos.
Almeja japónica
La especie Ruditapes philippinarum es conocida popularmente como almeja japónica o japónica gallega. Sus valvas presentan tonalidades que suelen variar entre gris, beige, marrón y negro, según su lugar de crecimiento.
Igual que las almejas finas, presentan líneas concéntricas y radiales en su concha, y es que forman una cuadrícula muy característica. Para diferenciarlas, debemos observar que las líneas son notablemente más marcadas en la almeja japónica. Además, se puede notar que los sifones de la japónica solo se unen hasta la mitad de su longitud.
Este tipo de almeja no es autóctona de España, pero se ha adaptado óptimamente a sus condiciones. Su rápido crecimiento y capacidad de adaptación ha llamado rápidamente la atención de los criadores profesionales. Por ello, hoy encontramos varios cultivos de almejas japónicas, especialmente en la comunidad gallega.
En la gastronomía, la almeja japónica suele ser empleada en la preparación de pastas con frutos del mar o en guisos junto a diferentes pescados. Sin embargo, su valor de mercado es considerablemente menor que el de las almejas finas y babosas.