Después de pasar innumerables momentos de felicidad con tu perro, es impensable buscar señales o siquiera plantear que sea sacrificado. Sin embargo, cuando la mascota atraviesa un estado de salud complicado, irreparable y doloroso, no se puede ser egoísta y dejar que sufra por mucho tiempo. Es en este momento en el que la muerte asistida aparece como una opción para aligerar la carga del fiel amigo.
El sacrificio del perro es un tema difícil de tratar con cualquier tutor, pues conlleva elegir sobre la vida de tu gran compañero. A pesar de ello, es necesario hacerle frente al evento si con esto se le puede ahorrar sufrimiento y agonía a la mascota. Sigue leyendo este espacio y conoce algunas de las señales más comunes de que tu perro debe ser sacrificado.
¿Qué significa sacrificar a tu perro?
El sacrificio o la eutanasia hace referencia a la administración controlada de fármacos que provocan la muerte del can. Dicho proceso se realiza sin dolor ni estrés, pues el objetivo es hacer que los últimos minutos de la mascota sean como el inicio de un largo sueño. Solo los médicos veterinarios están capacitados para valorar, recomendar y efectuar dicha muerte asistida.
Desde un punto de vista moral, el sacrificio del perro significa anteponer sus necesidades sobre las tuyas con el fin de reducirle el sufrimiento. Para ello, se debe tener presente la salud de la mascota, el pronóstico de recuperación y la calidad de vida que tendrá en un futuro. Si toda esta información apunta a que es mejor ofrecerle una partida indolora, asegúrate de que pase sus minutos finales en compañía de su familia.
Ten en cuenta que la decisión final es tuya, pues solo tú conoces bien a tu mascota y las repercusiones que cualquier situación podría tener en su vida diaria. Es cierto que no es una elección fácil, pero recuerda que lo haces por el bienestar de tu fiel amigo, no por el tuyo propio.
Por desgracia, la empatía a veces pasa por dejar ir.
Señales de alerta en el perro
Los canes son incapaces de expresar todos los síntomas que los aquejan. Por esta razón, aunque nos pueda parecer que a simple vista se encuentran “bien”, en muchos casos solo se han resignado a aguantar el dolor. Si estás considerando sacrificar a tu perro o el veterinario te ha dado la opción, los siguientes puntos pueden ayudarte a tomar esta difícil decisión.
1. El perro no come, no bebe y no duerme bien
Para que un can tenga una buena calidad de vida, debe ser capaz de lo siguiente: comer por su propia cuenta, beber sin complicaciones y dormir con tranquilidad. Todas estas son necesidades básicas en la vida diaria de la mascota. Al tener cualquier impedimento para realizarlas, todos los días se transforman en una experiencia agobiante, incluso para conciliar el sueño.
La capacidad para alimentarse es el primer parámetro vital de todo ser vivo. Si este falla, el resto de variables fisiológicas se desmoronan.
2. El perro no tiene interés por su alrededor
Los perros son seres que disfrutan de convivir con su familia, curiosear por la casa y jugar de manera activa. Conforme la enfermedad o la vejez avanza, su energía disminuye y comienzan a perder interés por las actividades habituales. El problema no es que el can se movilice menos que antes, sino que a pesar de que lo llames, le des cariño o le muestres un premio, te ignore por completo.
Es normal pensar que esto no debería ser una complicación grave, pero los perros aman disfrutar de estos momentos y es raro que los ignoren. Además, en muchos casos esto es resultado de la pérdida de varios sentidos esenciales, como la vista o el oído. A veces son incapaces de percibir lo que les rodea y no pueden disfrutar de lo que antes amaban tanto.
3. El perro tiene muchos días malos
Durante el curso de cualquier enfermedad, o cuando los efectos de la vejez son muy evidentes, la vida del perro presentará “altas y bajas”. Esto significa que algunos días gozará de buenos momentos e incluso se mostrará más activo, mientras que en otros exhibirá dolores evidentes y muchos malestares. Por sí sola, dicha situación no supone una emergencia crítica, a menos que los “días malos” sean demasiado frecuentes.
Esta complicación en la vida del perro solo puede ser evaluada por ti y tu familia, ya que sois las únicas personas que conocéis cuánto sufre en realidad. Es muy difícil encontrar el balance entre lo que es aceptable o no, pero es necesario actuar para evitarle pasar por dolorosas experiencias.
Las señales de que un perro debe ser sacrificado necesitan ser evaluadas en conjunto con un veterinario. Es una decisión difícil y se precisa tener toda la información disponible para lograr identificar cuál es la mejor opción. También es bueno conversarlo con la familia y poder apreciar los distintos puntos de vista.
Razones que no ameritan el sacrificio
Aunque puede ser muy intuitivo, existen diversas situaciones por las que algunas personas piensan que un perro debería ser sacrificado, pero que en realidad no lo ameritan. Entre las más comunes se encuentran:
- El perro ha mordido a una persona u otro perro: en cualquier caso, el que un perro se comporte de manera agresiva es responsabilidad del tutor. Sea por una mala educación o por algún problema de socialización, la mascota nunca debería ser sacrificada por estos motivos.
- El perro es viejo: conforme la mascota se vuelva mayor, es normal que su actividad y sus necesidades cambien, lo que podría incrementar sus costos de vida. No obstante, si el can aún es capaz de disfrutar su vida sin dolor y sin muchas complicaciones, el sacrificio no debería ser considerado bajo ninguna opción.
- Ya no se desea tener al can en casa: existen muchos casos en los que la familia del perro se arrepiente o se cansa de tener a su mascota, por lo que piensan que es “mejor” pensar en sacrificarlo para evitarle penas. Por supuesto, esto no es ético ni correcto. En estos casos podría optarse por darlo en adopción.
¿Mi perro sufrirá al ser sacrificado?
El proceso para sacrificar a los perros se enfoca en darles una despedida tranquila y sin dolor. Esto se logra aplicándoles un sedante que los duerma de manera profunda, para después administrar un fármaco que detenga su corazón. Durante la despedida, la familia puede o no estar presente, aunque siempre es mejor que al menos un integrante acompañe a la mascota.
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Los perros buscan a sus tutores antes de ser sacrificados. Aunque sea extremadamente doloroso, intenta estar al lado de tu can cuando muera. Ambos lo agradeceréis.
Las señales para reconocer si un perro debe ser sacrificado necesitan ser evaluadas con suma precaución. Cada caso es único, por lo que solo un veterinario puede dar un pronóstico adecuado para la situación. Toma muy en cuenta su punto de vista, pero siempre elige lo que creas mejor para tu mascota.
Bibliografía
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