El ecosistema es un concepto complejo que abarca una gran cantidad de interacciones entre los factores bióticos y abióticos. Esto incluye diversos mecanismos como el reciclaje de nutrientes, las cadenas tróficas, la competición interespecífica e incluso los ciclos climáticos naturales.
Si bien es cierto que hemos escuchado la palabra en las aulas de la primaria y la secundaria, a menos que hayamos optado por una carrera en ciencias, es poco probable que tengamos fresca y clara la definición de lo que es un ecosistema. Para ayudarte, en el siguiente espacio repasaremos de qué se trata, entre otros aspectos.
¿Qué es un ecosistema?
La palabra ‘ecosistema’ hace referencia a un conjunto de seres vivos y su entorno que se relacionan entre sí y dan lugar a diversas interacciones naturales. En la actualidad, este concepto también puede ser tomado como un área geográfica (biotopo) en donde los varios organismos vivos (biocenosis) se desarrollan.
Según el ambiente que compartan y que habiten la flora y la fauna, su desarrollo será de una manera u otra. Así, de manera más sencilla, se podría decir que un ecosistema es un conjunto de organismos que comparten el mismo hábitat.
Ahora bien, ¿qué compone un ecosistema? Componentes vivos o bióticos y componentes no vivos o abióticos. Algunos ejemplos de componentes vivos son: las algas, las bacterias, las plantas, los hongos, los insectos y demás animales. Mientras que los componentes no vivos vienen a ser: la luz, la sombra, la temperatura, el agua, la humedad.
Niveles tróficos del ecosistema
Los niveles tróficos de un ecosistema se refieren a la posición que ocupa cada organismo con respecto al flujo de materia orgánica. Es decir, la jerarquía que rige a las plantas y a los animales dentro de la cadena trófica. Esta clasificación es una de las relaciones interespecíficas más sencillas de describir, pero a la vez es bastante importante. En cualquier ecosistema se detectan 3 niveles tróficos:
- Productores: este hace referencia a los seres vivos que producen su propia comida (autótrofos). Por lo común corresponde a las especies vegetales.
- Consumidores: se refiere a las especies que obtienen su energía a través de la depredación.
- Descomponedores: son principalmente microorganismos encargados de descomponer la materia y devolverla al suelo. Muchas bacterias y hongos se encuentran en este grupo, aunque también existen algunos insectos con esta tarea.
Tipos de ecosistemas
Pueden haber dos tipos de ecosistemas: terrestre y acuático. A pesar de que nuestro planeta está cubierto en tres cuartas por agua, por razones obvias, los más conocidos vienen a ser los terrestres.
Los ecosistemas acuáticos se pueden clasificar de manera general en dos: marinos y de agua dulce. Sin embargo, dentro de un mismo cuerpo de agua se pueden identificar zonas con diferentes condiciones según la profundidad. Por ello, también se subclasifican de la siguiente forma:
- Acuático bentónico. Están al fondo de los ecosistemas acuáticos y en ellos podríamos destacar las algas.
- Acuático nectónico. Aquellos animales que se trasladan por sí mismos a través del agua.
- Acuático plactónico. Lo forman los organismos que flotan en el agua, y que, en un momento dado, pueden ser arrastrados por esta, pero no tienen la capacidad de moverse por ellos mismos.
- Acuático neustónicos. Los que flotan sobre la superficie.
Por su parte, los ecosistemas terrestres son más fáciles de delimitar y caracterizar. Sin embargo, las condiciones geográficas de la tierra ocasiona que existan una gran variedad y subclasificaciones. Entre los más conocidos están:
- Desiertos.
- Sabanas.
- Bosques.
- Páramos.
- Tundras.
Si bien es cierto que existe una gran diferencia entre los ecosistemas terrestres y acuáticos, la realidad es que no siempre se les puede dividir tan fácil. En consecuencia, algunos especialistas proponen que existen ciertos ecosistemas mixtos, los cuales contienen características de ambos y albergan a más especies.
Características de un ecosistema
El intercambio que se produce entre los distintos seres vivos viene a ser lo que caracteriza un ecosistema. Por ejemplo, las plantas captan la energía solar y condensan la materia orgánica, tanto para su propio beneficio como para el de otros animales, que a su vez podrán alimentarse unos de otros.
Cuando los animales mueren, entran en escena los componentes bióticos descomponedores (mejor conocidos como bacterias y hongos), que convierten los restos muertos en nutrientes que son aprovechados por las plantas. De esta manera, se da inicio a un nuevo ciclo de vida.
La naturaleza lo aprovecha todo, de allí el éxito de los ciclos y la continuidad que ofrecen.
Problemas de los ecosistemas
Los ecosistemas cada vez están más deteriorados por la acción humana. No solo por la amenaza que supone para las distintas especies sino para la flora y el suelo.
Al destruirse el hábitat de los seres vivos, se alteran los ciclos de vida y esto genera un desequilibrio en la naturaleza. Por ello, se tiene que numerosas especies han desaparecido por completo y muchas otras se encuentran amenazadas.
No hay que olvidar que todos los que cohabitamos el planeta, sin importar si somos humanos o animales, somos necesarios para la vida.
Los incendios, talas de árboles, la caza y la pesca arrasan muchos ecosistemas que pronto dejarán de existir. Eso sin contar el daño que causa el cambio climático, del cual también somos culpables, o la contaminación del suelo y el agua.
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No es de extrañar que cada vez haya más decretos y leyes sobre la preservación de los ecosistemas, y que se esté sancionando a aquellos que las pasen por alto, incluso con prisión. Debemos ser conscientes que atacar los ecosistemas es atacarnos a nosotros mismos al poner en peligro la supervivencia de nuestra propia especie.
Una vez claro el concepto de lo que es un ecosistema, podemos llevar un estilo de vida más consciente y amigable con nuestro entorno. Tal y como es bien sabido, el saber no ocupa nunca demasiado lugar.
Bibliografía
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- Becerra, M. R., Mance, H., Barrera, X., & Arbeláez, C. G. (2009). Cambio climático: lo que está en juego. Foro Nacional Ambiental.
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