La pitiosis equina es una micosis localizada, caracterizada por la aparición de lesiones granulomatosas cutáneas, subcutáneas, gastrointestinales y multisistémicas provocadas por el microorganismo eucariótico Pythium insidiosum. Esta condición recibe el nombre de swamp cancer en inglés, pues los brotes aparecen sobre todo en regiones húmedas o tras inundaciones.
La pitiosis no es un cuadro único de caballos, pues también puede afectar a plantas, perros, pájaros y, ocasionalmente, al ser humano. Si quieres saberlo todo sobre esta condición grave en équidos y cómo detectarla antes de que sea demasiado tarde, sigue leyendo.
¿Qué es la pitiosis equina?
La pitiosis equina es una condición no contagiosa provocada por el agente patógeno Pythium insidiosum, un microorganismo eucariota perteneciente a la familia Pythiaceae, orden Peronosporales y clase Oomycetes. El micelio de esta especie se compone de hifas septadas que forman esporangios en el agua y sobre tejidos de plantas a las que parasita.
Hasta hace poco, se consideraba que esta enfermedad solo era problemática en las regiones húmedas y con pantanos, pero se han registrado casos en lugares que no cumplen con estas características. Por ejemplo, en zonas secas de Estados Unidos como Illinois, Nueva York e incluso Wisconsin se han descrito síntomas de pitiosis equina en ejemplares de forma esporádica.
El mecanismo patológico de este oomiceto se puede resumir en los siguientes puntos:
- En el medio acuático, las hifas de este microorganismo liberan zoosporas biflageladas capaces de moverse y nadar. Estas zoosporas buscan enquistarse en tejidos dañados, ya sean animales o vegetales.
- En el caso de los caballos, la infección se produce por contacto y se desarrolla en el tejido cutáneo. En perros, la infección se produce por ingesta de las zoosporas y los signos clínicos son gastrointestinales.
- Los équidos, perros, gatos, bovinos, plantas, pájaros y el ser humano son potenciales hospedadores de este oomiceto. De todas formas, la pitiosis es más común en especies y razas grandes que están en contacto con agua dulce a menudo.
Temperaturas altas, mucha vegetación y agua fomentan el crecimiento de estos microorganismos patógenos.
Síntomas de la pitiosis equina
Tal y como indica el centro profesional AG Center, la pitiosis equina se presenta de forma inicial como una herida que no sana. Esta lesión es una vía de entrada excelente para el patógeno y el lugar donde comienza la infección. Una vez Pythium ha colonizado el tejido, la zona se vuelve granulomatosa y se almacenan en ella células necrotizadas, dando lugar a estructuras conocidas como kunkers.
Estas lesiones se presentan de forma única en las patas o en el abdomen del caballo. Si el ejemplar desarrolla más de un granuloma, todos se expresan en el mismo lugar, dándole a la herida una apariencia de tumor con muchos núcleos de crecimiento. La masa huele muy mal, tiene un centro duro y produce descargas serosas y sanguinolentas de forma continuada.
Por esta razón, la pitiosis equina también se conoce como swamp cancer o cáncer del pantano en caballos. Las lesiones se desarrollan en forma de masas que parecen tumores —sobre todo en las extremidades—, lo cual puede dar lugar a confusión. Esta condición es letal en más del 95 % de los casos si no se trata de forma inmediata.
¿La pitiosis equina es un tipo de cáncer?
Aunque las lesiones granulomatosas recuerden a un tumor cancerígeno, cabe destacar que en realidad poco tienen que ver con el cáncer. En las neoplasias malignas, una estirpe celular muta a nivel genético y crece de forma descontrolada, pudiendo además expandirse a otros tejidos en un proceso conocido como metástasis.
En la pitiosis equina, las lesiones necrotizadas adquieren una forma tumefacta, pero no siguen los mismos mecanismos de desarrollo del cáncer y tampoco se expanden a otras partes del cuerpo. Por ello, el término swamp cancer no está realmente bien utilizado.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico se realiza mediante la observación y obtención de muestras de la lesión, que serán analizadas para encontrar al patógeno exacto. En estos casos es de gran utilidad la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR), en la que se amplifica el genoma del microorganismo y se confirma su presencia con pruebas específicas.
A pesar de que el diagnóstico sea relativamente sencillo, el tratamiento es otra cuestión. Pythium insidiosum parece un hongo pero no lo es, así que la inmensa mayoría de antifúngicos son inútiles a la hora de tratar la condición. El abordaje de la pitiosis equina se realiza mediante inmunoterapia con algo parecido a una vacuna, pero esta no se puede administrar de forma preventiva.
La vacuna inmunoterapéutica evita la reacción alérgica que el microorganismo provoca, lo cual disminuye el riesgo de muerte. Tal y como indican fuentes veterinarias, esta solución compleja se comercializa bajo el nombre de Pithium Vac®.
Las inyecciones subcutáneas se aplican en los días 1, 7 y 21 del tratamiento. El caballo debe ser revisado nuevamente a los 28 días, y si la lesión sigue presente, hay que aplicar otra ronda entera de vacunación. Las primeras versiones de esta vacuna reportaban un 100 % de efectividad en los casos agudos, pero eran mucho menos efectivas en los crónicos.
A día de hoy, las nuevas variantes del fármaco son muy efectivas en los cuadros agudos y curan al 50 % de los pacientes crónicos. La tasa de efectividad total es de un 75 %.
La pitiosis equina es una condición que se torna grave y mortal en casi el 100 % de los casos si no se trata a tiempo. Por suerte, las vacunas desarrolladas desde los años ochenta han dado muy buenos resultados, y a día de hoy, el pronóstico general de los caballos infectados es positivo. Ante una lesión de este tipo en el équido, la visita urgente al veterinario es imprescindible.
Bibliografía
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