La pleuroneumonía equina, una infección respiratoria grave en caballos

A menudo, las prácticas convencionales del manejo de animales tienen consecuencias desastrosas para su salud si no se realizan con el suficiente cuidado. Este es el caso del transporte de caballos.
La pleuroneumonía equina, una infección respiratoria grave en caballos
Érica Terrón González

Escrito y verificado por la veterinaria Érica Terrón González.

Última actualización: 08 febrero, 2024

La pleuroneumonía equina se produce debido a la colonización del tejido pulmonar del animal por distintas bacterias. Estos microorganismos no se limitan a dañar el órgano, sino que se extienden a la pleura que lo recubre y al espacio virtual que lo separa del resto. Su aparición se asocia con la presencia previa de bacterias en la faringe por catarros o patologías similares.
Es una enfermedad que se asocia con las condiciones durante los desplazamientos con fines deportivos, médicos o reproductivos. Puesto que estos viajes son numerosos en caballos, la probabilidad de que se desarrolle la infección hace que sea importante tenerla en cuenta. Aquí te lo contamos todo sobre ella.

Pleuroneumonía equina: características de la enfermedad

A continuación, describiremos aquello que caracteriza a la pleuroneumonía equina como para ser una preocupación mayor entre los propietarios de caballos.

Origen y causas

Durante los desplazamientos rutinarios, los caballos viajan en contenedores en condiciones lejos de ser ideales:

  • Muchas veces, las temperaturas no son las adecuadas, al igual que la ventilación.
  • La higiene en el interior del vehículo suele ser deficiente.

Esto va empeorando el estado del aparato respiratorio del caballo, lo que fomenta que cualquier bacteria —hasta entonces comensal— infecte los pulmones. Es decir, la pleuroneumonía equina es consecuencia de un estado de inmunosupresión temporal agravado por el estrés del viaje.

Pleuroneumonía equina.

Agente causal

Por definición, esta enfermedad es una infección ocasionada por bacterias. Es el caso, por ejemplo, de Streptococcus equi, bacteria habitante de la faringe y que puede provocar, además, paperas. Se han descrito numerosas especies capaces de producir el síndrome reconocido como pleuroneumonía equina.

Como su propio nombre indica, es una enfermedad que afecta a los pulmones y al espacio pleural. Es decir, daña directamente los órganos responsables de la respiración. Por lo tanto, sus consecuencias son muy graves.

Evolución de la pleuroneumonía equina

La enfermedad suele desarrollarse en tres fases consecutivas:

  • Comienza con una fase exudativa, es decir, con mocos debidos a la inflamación local. Si en este primer momento se aplica el tratamiento adecuado, es muy posible que la enfermedad no evolucione.
  • En caso de que sí lo haga, comenzará la fase fibropurulenta. Esto supone la acumulación de pus y fibrina, que no son más que restos de la respuesta inflamatoria del animal.
  • La última fase es la de reorganización del sistema inmune. Este genera una especie de membrana, la cual recubre el pulmón con el fin de evitar la diseminación de la bacteria al resto del cuerpo. Por desgracia, esto no hace más que empeorar la dificultad respiratoria del caballo.

Síntomas

Los signos clínicos varían dependiendo de si el problema es agudo o crónico. En el primer caso el animal experimenta los siguientes síntomas:

  • Fiebre.
  • Letargo y depresión.
  • Tos, dificultad respiratoria y mucosidad nasal.
  • Intolerancia al ejercicio. Esto hace referencia a la fatiga y a la imposibilidad de continuar con la actividad por insuficiencia respiratoria.
  • Inapetencia.
  • A menudo aparece una expresión facial de ansiedad debida a que al caballo «le duele la pleura». Los movimientos del animal se vuelven rígidos también debido al dolor.

En los casos crónicos la fiebre suele ser intermitente y lo que se detecta es un empeoramiento paulatino de la salud del animal. Si bien los síntomas externos parecen menos graves o evidentes, en el interior del organismo se avecina el desastre. Lo más probable es que el caballo acabe sufriendo una septicemia, que traerá  consigo enfermedad y muerte.

Diagnóstico de la pleuroneumonía equina

Puesto que los síntomas resultan confusos —ya que son compartidos con multitud de enfermedades—, serán necesarias otras pruebas diagnósticas. La más útil hasta la fecha ha resultado ser la ecografía de la región torácica. El uso de ultrasonidos permite revelar la acumulación anormal de liquido en la cavidad pleural, los cambios en el tejido pulmonar y la formación de abscesos.

Otra herramienta útil es la toracocentesis —punción quirúrgica de la pared torácica—. Esto permite recoger una muestra del contenido pleural e identificar sus características. Además, de esta forma se puede aliviar en gran medida la presión dentro del tórax, lo que facilita la respiración.

La aspiración traqueal también puede ser efectiva. Esta técnica permite hacer un cultivo del líquido aspirado para tratar de determinar el agente causal de la infección. Así, la posterior aplicación del tratamiento irá dirigida directamente contra la bacteria en cuestión.

Tratamiento

Puesto que los agentes causales son bacterianos, el tratamiento se centrará en la administración de antibióticos. Además, esta terapia deberá ir acompañada por antiinflamatorios y analgésicos muy probablemente, con el fin de ir reduciendo la inflamación poco a poco.

Para mejorar la sintomatología respiratoria puede ser interesante el drenaje del líquido pleural. Así, los pulmones podrán volver a expandirse con normalidad ocupando todo el espacio que les corresponde.

En aquellos casos en los que la respiración se vea realmente comprometida, habrá que contemplar la terapia con oxígeno y broncodilatadores. Pero ojo, porque los broncodilatadores pueden dejar residuos durante un tiempo y esto puede desencadenar problemas de dopaje.

Pronóstico de una pleuroneumonía equina

Lo más habitual es que el pronóstico sea favorable, al menos en los casos en los que la enfermedad se identifica de forma precoz y los caballos reciben un tratamiento agresivo rápido. Por el contrario, los casos crónicos tienden a empeorar mucho y a complicarse con laminitis, cólicos y otros procesos.

En cualquier caso, las posibles secuelas de esta enfermedad son variadas e incluyen:

  • Abscesos pulmonares: cavidades que se forman dentro del tejido pulmonar y se llenan de pus, proceso que destruye las células respiratorias.
  • Fístulas broncopleurales: comunicaciones anormales entre los bronquios y el espacio pleural.
  • Neumotórax: entrada de aire al interior del tórax a través de una herida en la superficie de las costillas, lo que comprime los pulmones e impide la respiración.
  • Pericarditis restrictiva: inflamación del pericardio que envuelve el corazón, lo que impide que bombee sangre con normalidad.
Un caballo tumbado.

Como podemos observar, se tratan de complicaciones graves y que pueden poner en duda la supervivencia del animal, o al menos su capacidad productiva como caballo de competición o de tracción. Es importantísimo proteger a los équidos frente a estas patologías, pues el desenlace puede ser fatal.


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