¿Qué es la osmorregulación?

Es un término con un nombre un tanto extraño, pero, biológicamente hablando, es vital. Hoy vamos a contarte algunos detalles que te ayudarán a entender qué es la osmorregulación. No te pierdas lo que viene a continuación.

¿Cómo definir este fenómeno?

Para empezar, hemos de saber que se trata de un proceso extremadamente importante en términos biológicos. No obstante, podría definirse con una palabra: equilibrio. La osmorregulación se encarga de mantener un equilibrio entre el agua y las distintas sales o solutos. A este equilibrio se le conoce como homeostasis.

Cuando, por ejemplo, existe un exceso de sales en una zona determinada, los distintos mecanismos de osmorregulación se encargarán de transportar agua hasta allí y así conseguir el equilibrio necesario.

Osmorregulación en peces

Alcanzar este equilibrio es muy distinto en peces que habitan en agua dulce o salada. La razón es obvia: la concentración de sales es mayor en el mar que en cualquier río o lago. Vamos a ver cada uno de ellos en detalle:

• En los peces de agua dulce ocurre que la concentración de sales interna es mayor que la del agua en la que habitan. Para compensarlo, poseen mecanismos que permiten la entrada de agua en su cuerpo: a través de las branquias, por ejemplo. Un mecanismo adicional es la excreción de grandes cantidades de orina muy diluida.

• Los peces marinos, en cambio, realizan el proceso contrario. El agua fluye en su cuerpo hacia el exterior y las branquias son la vía de entrada de las sales presentes en el medio marino. La pérdida excesiva de agua puede conducirlos a deshidratarse, por lo que los peces de agua salada no paran de ingerir agua. La orina y los excrementos ayudan también a eliminar las sales sobrantes.

¿Y los animales terrestres?

Cuando hablamos de animales terrestres, la osmorregulación está enfocada a evitar la deshidratación. Existen diferentes mecanismos enfocados a evitar este fenómeno, dependiendo del tipo de animal y su hábitat.

Pero, como hemos dicho, todos los mecanismos van destinados a evitar deshidratarse. Los animales vertebrados, por ejemplo, pierden agua mediante la transpiración o la excreción de orina y heces. Un mecanismo de osmorregulación, en este caso, sería la ingesta de agua de forma directa o través de los alimentos.

Algunos animales acostumbrados a vivir en ambientes áridos, como el camello, son un claro ejemplo de adaptación. Mientras que la mayoría de animales pierden como máximo entre un 5 % y un 10 % del agua corporal, el camello es capaz de soportar la pérdida de hasta el 30 % del agua de su cuerpo. Una prueba más de la sabiduría de la naturaleza.