¿Qué es la constricción?

El cuerpo de la boa está adaptado por completo para la constricción, ya que su grosor y su longitud le permiten enredarse a su presa y aplicar la fuerza necesaria para inmovilizarla.

Una boa constrictor sobre una rama.

En la naturaleza existen muchos depredadores que tienen estrategias increíbles para atrapar a sus presas. Cada uno de ellos está dotado de garras, colmillos o músculos potentes que los ayudan a cumplir esta misión. Entre todos ellos destacan las boas, un tipo de serpientes que usan la constricción para acabar con sus víctimas.

Las boas carecen por completo de veneno y de extremidades, por lo que han tenido que desarrollar una estrategia alternativa para cazar a sus presas. Aunque parezca sencillo, la constricción de estos reptiles implica más que solo “asfixiar” a la víctima. Sigue leyendo este espacio y descubre el complejo mecanismo de depredación que tienen estos animales.

¿Quiénes son las boas?

Las boas pertenecen a la familia Boidae y se caracterizan por ser serpientes constrictoras de gran tamaño. Poseen unas “segundas narices” denominadas fosetas labiales, las cuales les sirven para rastrear a sus presas por medio de su calor corporal. En conjunto con su lengua (que permite detectar partículas en el aire), este rasgo las convierte en excelentes depredadoras.

Estos reptiles habitan las regiones tropicales de diversas partes del mundo, aunque la mayoría se encuentran en América. Comparten muchos de sus rasgos con el grupo de las pitones, por lo que en algunos casos se les llega a confundir. La mayor diferencia entre ambas es que las boas son organismos ovovivíparos, mientras que las pitones solo son ovíparas.

La alimentación de las boas se basa en presas de diferentes tamaños, como ratas, murciélagos, monos, jabalíes y aves. Son capaces de comer animales tan diversos gracias a que sus mandíbulas se dislocan y pueden abrirlas tanto como les sea necesario. Sin embargo, antes de que puedan devorar su comida necesitan incapacitarla para que no luche, lo cual puede ser complicado (porque no cuentan con veneno ni garras).

Una boa constrictor.

¿Para qué les sirve a las boas constreñir a sus presas?

La constricción es un mecanismo de depredación que permite incapacitar a las presas para poder devorarlas después. Las boas utilizan esta estrategia porque demoran mucho tiempo en engullir su comida. Por esta razón, las constriñen primero y luego se toman su tiempo para digerirlas. Este proceso es posible gracias al tamaño y la fortaleza de sus músculos.

Las boas no solamente están dotadas de una gran fuerza, sino que también son capaces de sentir los latidos del corazón de sus víctimas. De esta forma, cuando se enredan alrededor de la presa sienten el latido de su corazón y reconocen el momento preciso para soltarlas. Esto impide que su alimento se escape y asegura que el reptil obtenga la comida del día.

Las boas no asfixian a sus presas

La muerte de las presas es ocasionada por la presión que se genera durante la constricción. Es normal pensar que la asfixia es la verdadera causa de muerte, pues la atadura que forma la boa impide el movimiento de los pulmones y la respiración de la víctima. Sin embargo, en el 2015 se descubrió que este mecanismo es aún más complejo de lo que se esperaba.

Según un artículo publicado en el Journal of Experimental Biology, las serpientes constrictoras ocasionan la interrupción del flujo normal de la sangre. Esto significa que la constricción no afecta de manera directa a los pulmones, sino que impacta los vasos sanguíneos e impide que la sangre oxigene todos los órganos del cuerpo.

La constricción es entonces un medio por el cual se “aprietan” las venas y las arterias de la víctima para que la sangre no pueda seguir su movimiento. El corazón intenta que el flujo sanguíneo se restablezca, pero esto es imposible y solo ocasiona que se dañe de manera severa. Al final, la víctima muere porque su sistema circulatorio colapsa (y no porque sea asfixiada).

Esto tiene grandes implicaciones en la cacería de las boas, ya que la presa fallece más rápido si se colapsa su sistema circulatorio. De esta forma, el depredador ahorra energías y no tiene que generar tanta presión con su cuerpo.

La eficiencia es la clave

Las boas no tienen veneno ni garras para poder acabar de manera rápida con sus presas. Por esta razón, son más propensas a recibir heridas al momento de intentar cazar. Para remediarlo desarrollaron la constricción, la cual permite que serpientes con estas características pudieran depredar minimizando su riesgo de dañarse en el proceso.

Es importante tener en cuenta que las presas se van a querer defender en todo momento, por lo que cualquier falla en la constricción podría ser letal. Esto implica que el mecanismo debe hacerse eficiente para asegurar la integridad del depredador. Sin ello, las boas no solo perderían su alimento de manera constante, sino que estarían a la merced de sus propios enemigos.

Una boa constrictor aplicando la constricción.

El proceso evolutivo propicia que los rasgos con mayor utilidad se mejoren a lo largo de las generaciones. Así pues, con el paso del tiempo la constricción se hizo más eficiente y llego a ser tan letal. Esta es una evidencia más de la selección natural, la cual beneficia ciertas características y las potencia para transformarlas en armas de gran utilidad.

Bibliografía

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