Principales características del caimán yacaré

Existen muchos grandes reptiles en los humedales y zonas acuáticas de América. Entre todos estos crocodilios, te hablamos del caimán yacaré, al que también se conoce como yacaré o caimán paraguayo. Sigue leyendo para descubrir más sobre este animal acorazado.

Historia biológica del caimán yacaré

La primera descripción de este reptil data de 1802, y es obra del zoólogo francés François Marie Daudin. Fue él quien, precisamente, acuñó el primer nombre científico conocido de este animal: Crocodilus yacare. El término ‘yacare’ proviene del portugués y significa caimán.

Más adelante, y tras varios estudios taxonómicos, esta especie ha pasado a denominarse Caiman yacare. Se cree que existe una relación entre esta y otras especies de caimanes, como el caimán de anteojos (Caiman crocodilus). Pero, por el momento, no hay datos definitivos que arrojen más luz sobre esta relación.

Lo que sí está claro es que el caimán yacaré pertenece a la familia de los aligatóridos. Estos reptiles habitan exclusivamente en territorio americano, y actualmente se conocen cuatro géneros vivos, además de otros muchos extintos.

Características principales

Si lo comparamos con el resto de aligatóridos, el caimán yacaré es un reptil de tamaño medio. Como en otros muchos animales, existen diferencias morfológicas entre el macho y la hembra. El macho presenta una longitud de unos 2,5 metros y pesa unos 58 kilos de peso, mientras que las hembras suelen medir 1,4 metros y tienen un peso máximo de 23 kilogramos.

Su cuerpo es alargado y presenta una coloración oscura, que puede variar desde marrón a verdosa oscura o incluso negra. Los laterales del caimán, así como su cola y la parte inferior de su mandíbula, tienen unas manchas oscuras muy características. Su vientre es de color amarillento. Estos animales cuentan con unas estructuras morfológicas realmente curiosas: los osteodermos.

Adheridas a las escamas, los osteodermos son unas duras placas óseas que funcionan de diversas maneras. En el caso del caimán, suelen tener una función defensiva o de distribución del calor. En el yacaré, estos osteodermos están distribuidos a lo largo de su lomo; no están presentes en su vientre.

Las patas de estos cocodrilos son cortas pero fuertes, lo que los ayuda a moverse y nadar. Aunque lo que realmente les da una ventaja para impulsarse es la cola. Su hocico es largo, y alberga hasta 74 dientes; algunos pueden verse incluso con las fauces cerradas.

Hábitos y conservación del caimán yacaré

Normalmente, estos animales prefieren las zonas soleadas y con abundancia de lodo. En tierra firme pueden moverse con rapidez, y pasan inadvertidos para otros animales, a no ser que sean molestados. En ese momento, y para advertir de su presencia, pueden empezar a emitir un ruido y comienzan a hincharse.

Cuando se adentran en el agua, ponen de manifiesto su dieta exclusivamente carnívora. Para ahorrar energía, el yacaré permanece inmóvil y con la boca abierta, a la espera de que moluscos, crustáceos y peces se pongan a su alcance. Si fuese necesario, también puede cazar pequeños mamíferos e incluso otros reptiles, a los cuales arrastrarán al fondo para ahogarlos.

En términos de distribución y conservación, el caimán yacaré está ampliamente distribuido por varias regiones sudamericanas, y su estado de conservación es el de ‘preocupación menor’, según la UICN. Su abundante número y su alta tasa de reproducción son dos factores a favor, sin duda.

Pero, desafortunadamente, su número está disminuyendo paulatinamente. A este fenómeno han contribuido tres factores, principalmente: el interés que despierta en la industria del cuero, su cada vez más habitual presencia en el tráfico de mascotas y la reducción de su hábitat.