No tenía trompa ni colmillos, pero su gran tamaño le valió el nombre de pájaro elefante. Esta ave corredora, propia de la isla de Madagascar, se extinguió hace unos 300 años, por la caza indiscriminada y constante que sufrió con la llegada del hombre a ese territorio.
Un ave enorme que no volaba
Imagínate un aventruz gigante, al menos el doble de grande. Así era el aepyornis, un género de aves estrutioniformes de la familia Aepyornithidae. Y si bien no volaba, tampoco necesitaba desarrollar gran velocidad en tierra. Y es que hasta el arribo de humanos a la isla, el pájaro elefante no tenía depredadores.
Junto a la también extinta moa gigante de Nueva Zelanda, este ave era de las de mayor tamaño conocida. Sin embargo, pese a su imponente aspecto, resultaba inofensiva: era herbívora.
Los investigadores no terminan de dilucidar cómo el pájaro elefante llegó a Madagascar. Existe la teoría de que sus ancestros ya habitaban este territorio cuando se separó del continente africano, hace millones de años.
Otros sostienen que, en un principio, eran aves voladoras y que llegaron de esta manera a la isla. Luego fueron perdiendo esta capacidad, al carecer de enemigos terrestres.
Un ave de gran tamaño, similar a un avestruz gigantesco, pero herbívora e inofensiva. Así era el pájaro elefante, un animal que habitó hasta hace unos 300 años la isla de Madagascar y que se extinguió por la caza indiscriminada y la destrucción de su hábitat.
Cómo era el pájaro elefante
Entre otras características físicas del pájaro elefante podemos señalar:
- Altura: hasta 3 metros
- Peso: más de 500 kilogramos
- Cuello: muy largo y en forma de ‘S’
- Pico: con forma de arpón
- Patas: fuertes, diseñadas para sostener bien su peso
- Garras: poderosas
- Plumaje: recordaba a las púas del puercoespín
Recuerda que, al igual que el casuario, el ñandú o el kiwi, el aepyornis era un ave que no podía volar. Y es que su esternón no tenía quilla.
Extinción y ¿resurrección? del aepyornis
El proceso de extinción del pájaro elefante comenzó hace unos 2 300 años, en consonancia con la llegada de los primeros hombres a Madagascar. Los humanos cazaron en masa al aepyornis, en busca de su carne y sus huevos.
Finalmente, estos animales terminaron de extinguirse en el siglo XVII a causa de la deforestación constante del hábitat donde anidaban. De una u otra manera algunos hombres se empeñan en destruir todo.
Ahora solo se encuentran huesos y huevos fosilizados del pájaro elefante. Algunos de estos últimos tienen más de un metro de circunferencia y un diámetro de más hasta 34 centímetros. Para que te hagas una idea, su volumen es unas 160 veces mayor que el huevo de una gallina.
Para beneplácito de la comunidad científica, en ciertas ocasiones, estos huevos se encuentran intactos. Y gracias a una reciente técnica que posibilita extraer el ADN de sus cáscaras, se logró descifrar la secuencia.
¿Se puede clonar un pájaro elefante?
Como el hombre juega a ser Dios, primero se da el lujo de hacer extinguir otros seres sin medir consecuencias. Y luego intenta resucitarlos. Las consecuencias todavía son difíciles de calcular.
Y es que al averiguar el perfil del ADN de un animal extinto se lo puede ‘revivir’. ¿Cómo se logra esto? A través de un proceso de clonación, en el que se utiliza una ‘madre de alquiler’ de otra especie de la misma familia. En el caso del pájaro elefante, se podría emplear un avestruz.
Así que no te extrañes si en un tiempo no muy lejano puedas visitar algunos lugares que nada tengan que envidiarle a los que imaginó Steven Spielberg para su Parque Jurásico. En el caso de los pájaros elefantes, esperemos que sigan manteniendo sus antiguos hábitos alimenticios.