Mero estriado: hábitat y características

Se estima que un solo individuo de mero estriado, en un año, puede llegar recorrer mas de 220 kilómetros. Conoce más con nosotros de este fascinante actinopterigio.
Mero estriado: hábitat y características
Cesar Paul Gonzalez Gonzalez

Escrito y verificado por el biólogo Cesar Paul Gonzalez Gonzalez.

Última actualización: 30 junio, 2021

El mero estriado o cherna criolla (Epinephelus striatus) es un pez común de explotación comercial, encontrado en varios arrecifes de coral. Pertenece a la familia de los serránidos, una de las más amplias y distribuidas en aguas marinas. Esta especie una vez fue considerada una de las más abundantes en el mundo, aunque ahora está en peligro crítico.

Es un depredador que compite activamente contra barracudas, tiburones y otros peces. Gracias a la diversidad en su coloración y a su importancia económica, ha sido un pilar importante para la industria pesquera. Sin embargo, actualmente enfrenta riesgos que pueden amenazar su población. Sigue leyendo para conocer más sobre este curioso pez.

Hábitat del mero estriado

El mero estriado es una especie tropical, que abarca gran parte de las costas del océano Atlántico. Es posible encontrarse con él en regiones del Caribe, Las Bermudas, Florida, la Península de Yucatán y Venezuela.

Esta especie prefiere arrecifes de aguas poco profundas, pero puede alcanzar hasta los 100 metros de profundidad. También es común detectar ejemplares en pastos marinos, huecos, grietas y hendiduras con buena visibilidad. Por su parte, los juveniles seleccionan hábitats con corales y alta cantidad de microalgas.

Estos organismos son eurihalinos, por lo que pueden tolerar diferentes rangos de salinidad. Además, conforme van creciendo, cambian ligeramente su hábitat. Es por esta razón que viven en una amplia gama de ecosistemas, ya que están dotados de mecanismos que les permiten conquistar diversos ambientes.

Un mero estriado en el fondo marino.

Características físicas

En lo que a coloración se refiere, esta especie presenta un patrón de rayas similar al de las cebras, con colores como rosa-rojo, naranja y blanco. Además, los ejemplares adultos exhiben 5 rayas oscuras, que están distribuidas a lo largo del cuerpo, con una línea dorsal que nace desde la boca y llega hasta la aleta dorsal.

Los individuos más grandes pueden alcanzar los 1,2 metros de largo, pero la mayoría se quedan entorno a los 72 centímetros. De igual forma, su peso puede llegar a los 27 kilos, pero la media se encuentra en los 12 kilos.

Algunos ejemplares son capaces de cambiar su coloración, como respuesta a algún estimulo o en señal de agresión. Esta oscilación tonal sucede en minutos, pasando de su coloración habitual con rayas a una mucho más uniforme. La variación cromática depende del estado “emocional” del organismo.

Comportamiento del mero estriado

Esta especie tiene un comportamiento solitario. Los meros estriados son depredadores silenciosos y acechan a sus presas desde huecos u otras coberturas. Además, prefieren cazar en la oscuridad, por lo que no son muy activos durante el día. En general es un animal muy agresivo, incluso cuando está en su época de reproducción.

Según un estudio hecho por la Universidad del Estado de Carolina del Norte, estos organismos también presentan un cambio de hábitat conforme maduran. Es decir, cuando nacen prefieren resguardarse en zonas con microalgas abundantes, para poder esconderse y tener alimento. Conforme crecen y ganan tamaño, esto ya no es necesario, por lo que salen de su escondite y se mueven con libertad.

De esta forma, su comportamiento mantiene a salvo a la especie hasta que tiene el tamaño suficiente para poder hacerle frente a sus depredadores. Además, son muy leales al lugar donde nacen, ya que regresan a desovar en el mismo sitio.

Por último, cabe destacar que la capacidad de cambiar su coloración sirve como un medio para comunicarse entre ellos.  La variación tonal puede significar una advertencia o una llamada a la cópula, entre otras cosas.

Especies de mero

Aunque aquí hemos hablado del mero estriado, también existen otras especies que forman parte de la familia de los serránidos. Entre ellas, las más conocidas son las siguientes:

  • Mero rojo (Epinephelus morio): muy común en las costas del Golfo de México, este pez llega a medir hasta 125 centímetros de longitud. Su color es pardo-rojizo.
  • Mero negro (Epinephelus nigritus): un pez que puede alcanzar los 230 centímetros de longitud. Se distribuye en el Atlántico occidental, en el Golfo de Cariaco, Venezuela. También es llamado “mero bartotero”.
  • Mero pargo (Epinephelus analogus): esta especie alcanza los 104 centímetros de longitud y se distribuye en las regiones del Pacífico oriental, abarcando desde California hasta Perú e Islas Galápagos.
  • Mero guasa (Epinephelus itajara): es un organismo capaz de llegar a los 175 centímetros de longitud. Su distribución abarca regiones del Atlántico y el Pacífico, coincidiendo en algunas con la del mero estriado.

Los Serránidos comparten muchas de sus características. Sin embargo, algunas de las diferencias principales entre taxones suelen ser su peso, su tamaño y su distribución geográfica.

Alimentación del mero estriado

Se puede considerar que estos meros son animales depredadores generalistas, pero tienen un método único para engullir a sus presas. Para atraparlas, crean succión por medio de sus branquias, lo que permite la entrada de su comida a la boca de forma rápida y con un gasto energético mínimo.

Así como crece, también aumenta el tamaño de las presas que consume esta especie. Mientras que los jóvenes comen algunos crustáceos o bivalvos, los adultos se alimentan de peces, langostas y gasterópodos.

Reproducción del mero estriado

Este pez es considerado hermafrodita, ya que nace con ambas gónadas inmaduras, pero al alcanzar la adultez se desarrolla como macho o como hembra. Su mecanismo reproductor es aún más intrincado, pues los meros estriados tienen la capacidad de detectar los cambios en las fases lunares, por lo que su reloj biológico esta íntimamente relacionado con ellos.

El mero estriado forma agrupaciones para poder reproducirse, pero es la única ocasión en la que se le considera sociable. Entre diciembre y enero, una sola noche al año y con luna llena, los ejemplares se juntan para desovar en un sitio especifico. Este lugar se ubica en los limites del arrecife, en agua poco profunda, en la que cerca de 100 000 individuos pasan más de 3 días fertilizando los huevos.

Los huevo eclosionan y nacen las crías, después de 24 o 48 horas de permanencia en el agua. Los primeros movimientos de las crías siempre son buscar un lugar para resguardarse. En este punto, los padres no le dan ningún tipo de cuidado parental a la prole: una vez que termina el desove, se retiran del sitio.

Las crías maduran lentamente, y cuando alcanzan los 4 u 8 años de edad, llegan a la etapa reproductiva. Desde este momento, terminarán su desarrollo y se transformarán en hembras o machos, momento en el que el ciclo de vida se vuelve a repetir.

Estado de conservación

Uno de los grandes problemas que tiene esta especie es la sobreexplotación, ya que en un inicio era un pez bastante abundante en su área de distribución original. Desafortunadamente, después de años de saqueo, el mero estriado se encuentra catalogado como “En peligro crítico de extinción (CE)”, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

A pesar de que ya existen programas que regulan su pesca, este organismo sigue presentando una reducción en su población, tan sostenida como preocupante. Esto solo significa que los esfuerzos no son suficientes, por lo que es probable que se necesiten acciones más severas.

Un mero estriado se protege.

Esta especie tiene algunas de las características más asombrosas, desde el cambio en sus patrones de coloración hasta sus comportamientos. Es por ello que una posible solución a su problema sea fomentar el ecoturismo, lo cual permitiría ayudar a la conservación y producir ganancias. En algunos casos, la naturaleza y el hombre pueden alcanzar un equilibrio, o al menos eso es a lo que deberíamos aspirar.


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