El mundo animal está lleno de curiosidades y, en ocasiones, una primera impresión al observar a un ejemplar puede confundir hasta al más experto investigador. Uno de estos casos es el del mapache japonés, quien en realidad no es un mapache al uso de la familia Procyonidae, sino un integrante de la familia de los perros (Canidae).
El tanuki o perro mapache (como también suele conocerse) posee una gran capacidad de adaptación a diferentes hábitats. Su nombre científico es Nyctereutes procyonoides y se han descrito 5 subespecies con características distintivas. Sigue leyendo para que conozcas en detalle todas las características de este mapache, un pintoresco animal muy importante en la cultura japonesa.
Hábitat y distribución del mapache japonés
Como su nombre lo indica, el mapache japonés proviene del continente asiático. Es oriundo de Siberia, China, Vietnam, Corea y Japón, pero gracias al valor de su piel se ha introducido en países europeos, en los que se ha adaptado de forma satisfactoria al entorno.
El tanuki habita en climas subtropicales y subárticos desde el nivel del mar hasta los 3000 metros de altura. Además, prefiere ambientes boscosos con una vegetación abundante y en la cercanía de espacios acuáticos. También es capaz de invadir los entornos urbanos.
Características físicas
El perro mapache posee un cuerpo compacto con cierto parecido al de un zorro. Es de tamaño medio con un pelaje denso y suave, el cual muda durante las estaciones (es más grueso en la época de invierno). Tiene cabeza pequeña, hocico puntiagudo, orejas redondeadas, patas cortas y una cola tupida, al igual que el resto del cuerpo.
Coloración del mapache japonés
La coloración de este cánido posee varias tonalidades. En la parte dorsal tiene tonos marrones y grises que en algunas ocasiones se combinan con amarillos. Por otro lado, en la zona lateral los pelos son negros, la región ventral es marrón claro y las patas y el pecho son más oscuros. La cola es negra por arriba y amarilla por debajo.
La mayor atracción de color se presenta en la cara del mapache, pues esta es blanca y llamativa. De todas formas, al rededor de los ojos se acentúa el tono negro y este se extiende hacia las mejillas como si fuera una máscara.
El color de este animal es quizás uno de los atributos que más lo representan. Los nombres populares derivan de esta característica, debido a que sus patrones cromáticos son similares a los de los mapaches verdaderos.
Tamaño
El tamaño de estos cánidos se parece al de un zorro. La longitud del ejemplar adulto oscila entre los 50 y 68 centímetros (sin incluir la cola). Por lo general estos mamíferos tienen una altura de medio metro, mientras que su cola es corta y no supera los 25 centímetros.
Peso
El perro mapache se caracteriza por variar su masa corporal de acuerdo a la época del año, pues es más pesado en el invierno que en el resto del año. Durante el verano el peso oscila entre los 4 y los 6 kilogramos, mientras que en la temporada invernal puede incrementarse hasta 10 kilos.
Subespecies o tipos de perros mapaches
En la actualidad existen 5 subespecies o tipos de perros mapaches. Estos son los siguientes:
- N. procyonoides koreensis o perro mapache de Corea.
- N. procyonoides orestes o perro mapache de Yunnan.
- N. procyonoides procyonoides o perro mapache común, ubicado en la parte oriental de China.
- N. procyonoides ussuriensis o perro mapache de Ussuri.
- N. procyonoides viverrinus o perro mapache de Japón.
Comportamiento del perro mapache japonés
Este animal se caracteriza por su timidez, pues ante cualquier peligro prefiere huir. Es de vida solitaria, aunque se han observado pequeños grupos familiares y sobre todo parejas que cazan juntos. Además, el mapache japonés tiene comportamientos únicos en la familia de los cánidos. Vamos a conocer algunos de ellos en más detalle.
Periodo de actividad de N. procyonoides
El mapache japonés se considera un animal nocturno, ya que prefiere salir a buscar comida por la noche. Sin embargo, investigaciones han puesto en evidencia que puede tener actividad diurna, crepuscular y nocturna. Las tareas diurnas están sujetas a la disponibilidad de los alimentos y al tiempo que pasan los padres atendiendo a sus cachorros.
Un cánido que hiberna
El tanuki tiene la capacidad especial de ser el único cánido que hiberna. Puede entrar en letargo prolongado en el periodo invernal, cuando las condiciones son desfavorables para la búsqueda de alimento. Para ello, se prepara aumentando su grasa corporal y además desacelera su metabolismo hasta en un 25 %.
Hay que tener en cuenta que la hibernación no es obligatoria para el mapache japonés, pues todo depende de las condiciones climáticas. Cuando mejora la temperatura puede activarse y tratar de alimentarse.
Vocalizaciones y comunicación
Al ser miembro de la familia Canidae (que incluye perros y lobos), podríamos pensar que el perro mapache puede ladrar o aullar, pero en realidad no es así. Este mapache realiza gemidos, maullidos y también puede gruñir como mecanismo de defensa.
Un dato curioso sobre la comunicación de este perro mapache es que también emplea señales olfativas que deja a través de las excreciones. Otra forma de expresarse es por la postura de su cuerpo, como por ejemplo el levantamiento de la cola para indicar disposición de apareamiento.
Alimentación del perro japonés
El perro mapache está incluido dentro de los animales carnívoros, pero se ha comprobado que es un omnívoro oportunista. Es un excelente cazador y muy persistente. Se alimenta de anfibios, peces, cangrejos, insectos, roedores, reptiles y aves, pero también puede consumir frutos, semillas y verduras.
El mapache japonés aprovecha todo el abanico de posibilidades que le ofrece su entorno en cuanto a alimentos, lo que le otorga un gran éxito a nivel biológico.
La dieta de este mamífero es variada e incluso consume carroña y desperdicios de los seres humanos. La captura de su alimento puede ocurrir tanto en la tierra como en el agua, pues nada sin problemas.
Reproducción del tanuki
La reproducción del mapache japonés es vivípara. Comienza a final del invierno tras la etapa de hibernación, que es cuando las hembras entran en celo. Estas son cortejadas por varios machos, por lo general entre 3 o 4 individuos. Estos doblan su cola como signo de excitación y dominio.
El periodo de gestación suele durar alrededor de 60 días (2 meses). La cantidad de nacimientos por camada es variable (de 5 a 7 crías de media), pero la cifra puede elevarse hasta 15 cachorros por parto. Las crías crecen alimentándose de la leche de la madre y el destete ocurre en un rango de 40 a 60 días. A esta edad ya tienen un desarrollo adecuado para empezar la ingesta de alimentos sólidos.
Otro dato interesante es que en la naturaleza esta especie es monógama, es decir, tiene una sola pareja. Además, los padres le brindan un excelente cuidado parental a sus cachorros. Curiosamente, en cautiverio estos cánidos tienden a ser polígamos y el macho se aparea con varias hembras.
Los cachorros siguen con sus padres hasta los 4 o 5 meses de edad, pero tras este tiempo ya pueden ser independientes y buscar el alimento por sí solos, aunque en ocasiones permanecen junto a ellos por más tiempo. La madurez sexual llega entre los 9 y 11 meses y su reproducción se realiza una vez al año.
Estado de conservación del mapache japonés
El perro mapache no se encuentra en peligro de extinción y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) lo cataloga como de preocupación menor. Sin embargo, el tanuki es perseguido y cazado por su piel y en algunos países en los que se considera una especie invasora se emiten licencias para su cacería.
El avance y el éxito de este animal se deben a la adaptación rápida a diversos hábitats, ya que se alimenta de casi cualquier cosa que encuentra en el camino.
El mapache japonés es una especie bastante curiosa. El lindo rasgo físico cefálico que presenta hace que se confunda con el mapache, lo que ha cautivado a algunas personas que incluso intentan domesticarlo. Su alimentación es tan variada que debe considerarse como un animal omnívoro oportunista y, por si fuera poco, es el único representante de los cánidos que entra en letargo durante el frío invierno.
Bibliografía
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