La supervivencia en el entorno natural depende de la capacidad del ser vivo para reproducirse y mantenerse en el entorno a largo plazo. Algunos animales, al carecer de estructuras de defensa efectivas, deben establecerse en sociedades o adoptar conductas para fabricar estructuras impresionantes. Aquí te mostramos a los 10 animales más trabajadores del mundo.
No nos referimos a aquellas especies que han sido domesticadas por el hombre para tareas agrícolas, sino a los animales más trabajadores en la vida salvaje. Algunos de ellos se agrupan y adoptan roles concretos, mientras que otros hacen todas las tareas por sí solos con el fin de reproducirse. Conócelos a través de este artículo.
¿Qué animales más trabajadores existen?
En la naturaleza, todo consiste en un intercambio biológico o trade-off. Cualquier actividad requiere una inversión energética, así que solo se realiza si supone una mayor probabilidad de supervivencia para la especie en general. Por ello, el trabajo de un animal nunca es arbitrario o cae en saco roto.
Algunos seres vivos pueden trabajar sin descanso durante días, levantar mucho peso, caminar durante kilómetros o hasta construir sus propias casas con todas las comodidades. Estos son los animales más trabajadores que existen.
1. Castor
Estos roedores semiacuáticos (género Castor) originarios de América del Norte y Eurasia –pero introducidos en otras latitudes, como por ejemplo en Sudamérica– son uno de los principales ejemplos de trabajo en el reino animal. El grupo al que pertenecen contiene 3 especies: Castor fiber, Castor canadensis y Castor californicus.
Los castores tienen la capacidad de construir diques en arroyos y ríos con el objetivo de disfrutar de madrigueras cómodas para su numerosa familia. Para ello, emplean ramas y troncos que ellos mismos talan utilizando sus afilados dientes.
Los diques que se forman por el estancamiento de las aguas permiten controlar inundaciones o el paso de contaminantes. Esto no sucede en las tierras donde han sido introducidos, ya que sus costumbres acarrean consecuencias negativas para el medio ambiente. Los castores son esenciales para los ecosistemas en los que se distribuyen de forma natural, pero bastante nocivos en los foráneos.
2. Hormiga
Las hormigas son un claro ejemplo de trabajo en equipo y de sacrificarse por su familia. Estos insectos de la familia Formicidae –emparentados con las avispas y las abejas– no solo crean sus propias casas con todo lo que encuentran en el camino, sino que también trabajan arduamente por mantenerlas en buen estado de conservación y alejadas de los depredadores.
Su horario laboral es tan extenso que casi no descansan: las obreras pasan gran parte de su vida despiertas, alimentan a las larvas, reparan el hormiguero, buscan comida y defienden la entrada de extraños. Una colonia puede tener de 10 a más de 10 000 trabajadoras, pero la reina siempre es el centro neurálgico de la vida y todo el sistema se colapsa si ella fallece.
Las hormigas representan del 15 al 25 % de la biomasa animal presente en todo el planeta.
3. Lombriz de tierra
La lombriz de tierra (familia Lumbricidae) cumple un papel muy importante en la ecología de los ecosistemas, ya que se encarga de comer los desechos orgánicos y transformarlos en tierra fértil repleta de muchos nutrientes. Para eso, estos invertebrados deben pasarse horas y horas excavando túneles entre la tierra y comiendo lo más posible.
Estos anélidos oligoquetos pueden llegar a ingerir el 90 % de su peso al día, del cual excretan hasta el 60 %. Lo más curioso de todo es que no tienen dientes y se valen de un aparato digestivo muy eficaz, que incluye una boca succionadora y un gran intestino.
4. Lábridos
Toda una familia de peces (Labridae) coloridos con más de 500 especies y una tarea más que cansadora: limpiar los parásitos acumulados en los arrecifes de coral. Pero eso no es todo, ya que en ocasiones continúan su labor eliminando restos de aletas, bocas y colas de otros animales marinos.
Sin dudas, los lábridos son unos de los animales más trabajadores del planeta, puesto que no se detienen casi nunca. Sus bocas son como aspiradoras que dejan limpio todo lo que tocan. Son amigos de todos los peces y reciben en el momento la paga por su tarea. Representan uno de los mecanismos de simbiosis más evidentes en todo el reino marino.
5. Pergolero
Esta ave (familia Ptilonorhynchidae) –en este caso el macho– no podía faltar en la lista de animales más trabajadores, porque su labor es realmente digna de admirar. Para atraer a su pareja, construye un nido muy especial con hojas, ramas y palos que busca en los alrededores.
Cuando está terminada la casa… ¡La decora! Usa para ello diversas flores, conchas de caracoles, plumas, frutas, piedras e incluso trozos pequeños de plástico o vidrio.
El pájaro macho de este grupo puede pasarse horas eligiendo los objetos que colocará en su nuevo hogar y si por algún motivo durante su ausencia uno de los elementos se mueve de lugar –por ejemplo por el viento– lo vuelva a colocar en donde estaba.
La colección y colocación de los objetos no sigue un patrón determinado, y no hay dos nidos iguales. Cuando llega el momento del apareamiento, las hembras de pergolero inspeccionan los trabajos y eligen el nido que más les gusta y es de mejor calidad. ¡Los malos diseñadores se pueden quedar sin pareja!
6. Abejas
Las abejas, sobre todo las del género Apis (en especial Apis mellifera) son conocidas por su incansable hábito de trabajo. Las obreras de esta especie construyen por sí solas todo el panal, una estructura repleta de celdas hexagonales en la que la reina es capaz de dar a luz a las larvas. Estas se alimentan de miel y jalea real hasta que se transforman en adultos.
Una colonia de abejas puede llegar a contener hasta 20 000 trabajadoras por panal.
7. Colibríes
Los colibríes pertenecen a la familia Trochilidae, la cual contiene unas 360 especies, sobre todo endémicas de zonas templadas y tropicales del Nuevo Mundo. Estas aves se han especializado en consumir el néctar de las flores, un compuesto azucarado altamente calórico, pero también comen insectos y otros pequeños invertebrados cuando tienen la oportunidad.
Los colibríes se consideran unos de los animales más trabajadores del mundo, pues son los vertebrados con un metabolismo más alto. El corazón de un ejemplar en vuelo puede llegar a alcanzar más de 1000 pulsaciones por minuto, mientras se desplaza ajetreadamente hasta encontrar la fuente de néctar más suculenta del entorno.
8. Salmones
Algunas poblaciones de salmones (Salmo trutta) son famosas por sus hábitos anádromos. Los ejemplares crecen y viven en los mares, si bien toman la tarea de subir los ríos a contracorriente para reproducirse y poner sus huevos en agua dulce. Huelga decir que osos, águilas y otros muchos depredadores esperan con ansias esta migración y muchos salmones nunca cumplen su cometido.
Incluso si llega a reproducirse, el ejemplar suele morir por agotamiento físico en las aguas dulces.
9. Musarañas
Las musarañas, pertenecientes a la familia Soricidae, son famosas por tratarse de los mamíferos más activos que existen. Apenas alcanzan el tamaño de un ratón de campo, pero pueden llegar a fallecer si permanecen más de 4 horas sin comer. Por ello, forrajean constantemente el entorno en busca de insectos sobre los que depredar.
10. Aves migratorias
No podíamos dejarnos fuera de la lista a los que posiblemente sean los animales más trabajadores de todo el mundo: las aves migratorias. Aunque no nos refiramos a una especie o un género concreto, es necesario destacar que algunos pájaros recorren hasta 25 000 kilómetros con tal de llegar a su destino. Esto supone un gasto energético inconcebible por el organismo humano.
Las especies de aves migratorias tienen “brújulas” internas que les permiten orientarse en el espacio tridimensional para alcanzar su meta.
Como ves, son muchos los animales que pueden considerarse más trabajadores. Aun así, todos ellos tienen una meta común: sobrevivir un día más y reproducirse antes de que llegue su hora de muerte. Al fin y al cabo, la permanencia de la especie es lo único que importa a nivel biológico.
Bibliografía
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