Las manadas de ciervos: alimentación y hábitat

En el mundo podemos encontrar manadas de ciervos de distintas especies que se desplazan kilómetros en busca de alimento
Las manadas de ciervos: alimentación y hábitat
Silvia Conde

Escrito y verificado por la bióloga Silvia Conde.

Última actualización: 19 julio, 2019

Hay animales que hacen su vida en solitario y solo se unen a los de su especie en el cortejo y apareamiento, algunos se emparejan para toda la vida y otros animales viven en grandes grupos que migran de un lugar a otro. Las manadas de ciervos pertenecen a este último grupo.

Los ciervos y venados pertenecen a la familia de los cérvidos. Dentro de esta familia hay muchas especies diferentes: el alce es el mayor de todos, con 450 kilogramos, y el venado enano, que apenas alcanza los 10 kilos, el más pequeño.

En general, los cérvidos son grandes mamíferos rumiantes, con un cuerpo similar, pero más rechoncho a los caballos, patas delgadas, pezuñas hendidas, largos cuellos, astas y podemos ver distintas adaptaciones según la especie y el clima en el que habite.

¿Dónde habitan las grandes manadas de ciervos?

Los ciervos habitan en distintas zonas del mundo. Se reparten desde Europa, Asia, América, norte de África y algunas zonas del Ártico. Y fueron introducidos por el hombre en Nueva Zelanda y Australia.

Debido a su amplia distribución, podemos encontrar a las distintas manadas de ciervos en ecosistemas muy distintos, grandes llanuras, praderas, bosques, tundra, selvas tropicales y bosques de montaña.

El área donde viven las manadas de ciervos es muy extensa: puede llegar a más de 40 kilómetros, entre los que podemos encontrar dispersos a los individuos en grupos o rebaños o en solitario.

Ciervos como el caribú realizan grandes migraciones en busca de alimento a lo largo del año, y es que recorren miles de kilómetros entre la tundra y zonas más cálidas.

¿Cómo viven los grandes grupos?

Lo más común es ver a los machos solitarios y separados entre sí. Son animales territoriales y cada individuo defiende un territorio. A las hembras podemos verlas en grupos o con sus crías.

Los machos delimitan su territorio con el uso de feromonas, con fuertes pisadas o frotando los árboles con su cabeza para impregnarlos de olor. Es en las patas y la cabeza donde se encuentran las glándulas que liberan sus feromonas.

En la época reproductora o berrea los machos luchan entre sí por un harén de hembras, pero este comportamiento también puede cambiar según la especie de ciervo.

Lucha de ciervos

Esta lucha está muy ritualizada para evitar los costes que tendría una agresión real con sus astas. Los movimientos son muy pautados y se distinguen de uno a otro; tienen el objetivo de mostrar los atributos del individuo para intimidar a su oponente. A estas conductas se las conoce como comportamiento agonístico.

¿De qué se alimentan los ciervos?

Los ciervos son animales herbívoros: su alimentación se compone básicamente de plantas leñosas y herbáceas. Las herbáceas son generalmente más abundantes en la dieta primaveral, mientras que la importancia de las leñosas aumenta a medida que nos adentramos en el otoño y el invierno.

El pino, y en general todas las coníferas, son las especies de las que más se alimentan en Europa. Los brotes de arbustos leguminosos y las gramíneas también están muy presentes en su alimentación.

La proporción de plantas herbáceas y leñosas en su dieta puede cambiar de regiones más frías a más templadas. También comen líquenes, hojas y tallos, y con sus patas escarban el suelo en busca de raíces y tubérculos.

Alimentación de los ciervos

Dependiendo de la época, pueden alimentarse de frutos silvestres, bellotas y hongos. Muchas veces se los ha visto invadiendo cultivos cercanos. A veces esto es un problema, pues la agricultura es la que realmente ha invadido su hábitat natural.

Como hemos comentado al principio, los ciervos son animales rumiantes. Esto significa que regurgitan los alimentos que ingieren una primera vez y vuelven a digerirlos. Con la rumia consiguen digerir el alimento y absorber todos los nutrientes que, de otro modo, no podrían obtener.

Los ciervos, como el resto de rumiantes, tienen su aparato digestivo dividido en cuatro partes (rumen, retículo, libro y cuajar). En el rumen se encuentran los microorganismos capaces de digerir la celulosa de las plantas y generar productos que el organismo ya puede utilizar como fuente de energía.


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  • Venadopedia
  • I. Garin, A. Aldezabal, R. García–González & J. R. Aihartza. Composición y calidad de la dieta del ciervo (Cervus elaphus L.) en el norte de la península ibérica. Animal Biodiversity and Conservation 24.1 (2001).

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