Las 4 especies de hienas actuales

Estos mamíferos, similares a los felinos en apariencia, pero parecidos a los cánidos en lo relativo al comportamiento, existen desde hace 22 millones de años.

La familia de los hiénidos es la menos numerosa de todos los mamíferos, aunque son un componente imprescindible en los ecosistemas africanos y en algunas partes de Asia. En la actualidad existen cuatro especies de hienas, de las que te hablamos en este artículo.

Especies de hienas que viven actualmente

Las hienas son especies englobadas dentro de la familia Hyaenidae. Pertenecen al orden Carnivora, pero al contrario de lo que sugiere su aspecto, se han clasificado en el suborden Feliformia. Esto quiere decir que son parientes directos de leones, jaguares y hasta gatos domésticos.

Estos animales cercanos a los félidos, en realidad tienen muchos comportamientos similares a los cánidos, y es que no pueden trepar a los árboles, pero atrapan a las presas con los dientes, se alimentan rápidamente, no poseen uñas retráctiles y pueden almacenar comida. El proceso de similitud entre perros y hienas se explica mediante evolución convergente, pero no relaciones genéticas.

Las primeras aparecieron hace nada menos que 22 millones de años. Sin embargo, solo quedan cuatro especies de hienas actuales, que analizaremos a continuación. Debido a su representación actual tan baja, la familia Hyaenidae se considera una de las más pequeñas en toda la clase de los mamíferos.

1. Hiena rayada

Su nombre científico es Hyaena hyaena y es la más extendida de la familia: se la puede hallar en todo el norte y este de África, en la península arábiga y en el suroeste de Asia hasta la India. Prefiere los bosques y las sabanas abiertas, aunque en ocasiones se la ve en el desierto, siempre en solitario.

La hiena rayada tiene pelaje marrón grisáceo con franjas negras diagonales –en las patas– o verticales: en los laterales del torso. Pesa alrededor de 40 kilos y mide algo menos de un metro (65-80 centímetros de altura en promedio), si bien los machos tienden a ser algo más pesados que las hembras. Las orejas son grandes y están orientadas hacia atrás.

Este mamífero tan conocido a nivel popular se alimenta de roedores, comadrejas, pájaros, carroña, monos, huevos, crías de rumiantes, primates y hasta cebras o ñus. Sus grandes quijadas le permite desgarrar pellejos de los cadáveres y romper huesos. Debido a su adaptabilidad trófica, se considera un carnívoro oportunista que también aprovecha los desechos orgánicos producidos por los humanos.

2. Hiena parda

Esta especie de hiena (Hyaena brunnea) habita únicamente en el sur de África, concretamente en los desiertos de Namibia y Kalahari. Mide unos 80 centímetros y pesa alrededor de 50 kilos y, si bien los machos son un poco más grandes que las hembras, no se distinguen muchas diferencias entre sexos.

El pelaje es marrón oscuro enmarañado en la cola y el dorso; la cabeza puede tener tonos grises y las patas presentan rayas. Es el segundo representante más grande de la familia que aquí nos atañe, solo superado por la hiena moteada. Destaca sobre todo por su vello extremadamente largo y desaliñado, el cual puede alcanzar hasta 30 centímetros de longitud en algunas partes de su cuerpo.

Su mandíbula es fuerte para triturar huesos, ya que es un carroñero por excelencia (como el resto de hienas). Por las condiciones del hábitat, complementa su dieta con insectos, roedores o fruta. De todas formas, la base de su alimentación son los cadáveres de vertebrados, los cuales puede localizar gracias a su agudizado sentido del olfato.

La hiena parda se agrupa en manadas de hasta seis miembros, compuestas por una pareja reproductora y ejemplares jóvenes asociados. Las hembras paren en madrigueras tras poco más de tres meses de gestación y el macho alfa ayuda en el cuidado de las crías.

3. Hiena moteada

Se trata de otra de las especies de hienas actuales que se pueden encontrar únicamente en África. Sin embargo, el hábitat de la hiena moteada (Crocuta crocuta) es un poco más extendido que el de la anterior: vive en áreas subsaharianas con excepción de Sudáfrica, Madagascar y los Congos. Prefiere las praderas y los terrenos abiertos y llanos.

Mide unos 170 centímetros de longitud total de media, pesa 85 kilos y las hembras son de mayor tamaño que los machos. Su pelaje es marrón con manchas negras, menos en el tórax, la garganta y la cabeza. Presenta una crin erizada, cola negra y orejas puntiagudas. Tiene una cola bastante prominente, de unos 30 centímetros, la cual termina en una punta pilosa negra.

Las hienas manchadas son de hábitos nocturnos o crepusculares, pueden trotar grandes distancias sin cansarse debido al tamaño de su corazón y emiten gritos similares a una risa. Se agrupan en familias lideradas por una hembra, la cual pare cada año dos crías, y salen a cazar en manadas de hasta 30 individuos. Las agrupaciones pueden ser bastante grandes y estar compuestas por el escalofriante número de 80 individuos.

Aunque la mayoría de hienas sean famosas por sus hábitos carroñeros, esta especie representa la excepción a la regla. El 70 % de sus presas son cazadas vivas y su dieta se compone de grandes herbívoros, como cebras, búfalos, gacelas y otros muchos animales. Su eficacia a la hora de cazar depende de su oído, su olfato y su vista, además de su capacidad para agruparse.

4. Hiena proteles

Aunque su nombre sea lobo de tierra o proteles, es otra de las especies de hienas actuales (Proteles cristata) de esta familia. Al contrario de las otras tres, esta se alimenta de insectos como las termitas, que atrapa con su lengua viscosa. También puede consumir pequeños vertebrados como roedores y aves, si bien no es lo más normal en su día a día.

La hiena proteles vive en el sur y centro-este de África, tiene hábitos nocturnos y solitarios, y durante el día duerme en galerías que han sido excavadas por otros animales como los cerdos hormigueros. Para marcar el territorio estos ejemplares orinan, defecan o producen olores con su glándula anal.

Las hienas requieren protección

Estas son las especies de hienas actuales, pero es difícil terminar el recorrido por su familia en una nota positiva. Aunque algunas de ellas se encuentren en situación de “Preocupación menor (LC)” según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), otras están en “Casi amenazadas (NT)” debido a varios factores.

Además de la caza por su potencial depredador por parte de los humanos, estos grandes félidos se ven amenazados por la falta de presas, por intoxicaciones, por el cambio climático y otras muchas causas más. Es esencial protegerlos a largo plazo, ya que forman una parte esencial de la cadena trófica y no podemos permitir que desaparezcan.