Desde hace unos años la profesión de educador canino se encuentra en auge. Sin embargo, no podemos olvidarnos de que la figura del adiestrador también es clave. Te contamos en qué se diferencian un educador y un adiestrador, y la importancia del adiestramiento y educación en perros.
Qué es el adiestramiento canino
Un adiestrador canino enseña trucos a los perros. Las básicas son sentarse y no tirar de la correa, pero se puede elevar el nivel de dificultad hasta el entrenamiento para perros de rescate. Un adiestrador enseña al animal a hacer algo sin importar las circunstancias en las que se lo pide: un can bien adiestrado podrá dar la pata en cualquier momento, por ejemplo.
Esto es así porque los adiestradores enseñan órdenes. Si tu perro tira de la correa y acudes a un adiestrador, él le enseñará a caminar junto a ti; quiera o no quiera el perro y pase lo que pase. Si quiere despegarse de ti para ir a oler una farola no lo hará, porque le habrá enseñado la orden de permanecer junto a ti.
El adiestrador trabaja mucho con el perro y poco con el propietario, y es que en casos de adiestramientos complejos incluso pueden quedarse un tiempo con el perro en sus instalaciones. Es decir, el dueño tiene poco que hacer en el adiestramiento: la mascota luego repetirá las órdenes que haya enseñado el adiestrador.
Qué es la educación canina
Por otro lado, un educador canino le enseña al perro a comportarse sin órdenes. Un educador canino trabaja con las emociones y el comportamiento general del perro. Es decir, si tu mascota tira de la correa el educador canino le enseñará a mantener la calma fuera de casa, y así tu perro dejará de tirar durante los paseos.
Un educador canino soluciona problemas de comportamiento, no enseña comandos. En este sentido, si un can muestra agresividad hacia otros perros, este profesional averigua por qué se comporta así y ataja el problema desde la raíz. Por su parte, un adiestrador enseñaría con órdenes a no reaccionar de ninguna manera ante perros, por lo que podría decirse que ‘enmascara’ el problema.
Los educadores tienen en cuenta el estado mental del perro y su situación familiar para trabajar. Por lo tanto, estos tienen en cuenta el estrés que afecta al can en el día a día y a la comunicación con su familia humana, entre otras cosas.
Por eso, los educadores trabajan mucho con las familias y poco con los perros. De hecho, el aprendizaje se hace en casa y un educador no debería quedarse a un perro mientras trabaja con él. El educador le enseña a la familia cómo solucionar los problemas y supervisa los avances, pues cada caso es diferente y el tratamiento a seguir es personalizado y adecuado para cada situación individual.
En la realidad: la importancia del adiestramiento y educación en perros
En la realidad, los profesionales del mundo de perro hacen ambas cosas a la vez. Depende de cada profesional el dedicarse más al adiestramiento o a la educación, pero ninguno es solo adiestrador o solo educador.
Por ejemplo, un adiestrador no le puede enseñar a un perro a practicar un deporte si no puede manejar sus niveles de estrés. Primero trabajará con sus emociones (labor que correspondería a un educador) y luego le enseñará las órdenes propias del deporte que quiera practicar.
En cambio, un educador puede valerse de indicaciones concretas para solucionar problemas de comportamiento. Es común en perros que persiguen bicicletas pedirles seguir una serie de órdenes para distraerlos y evitar que salgan corriendo, por ejemplo. Luego el tratamiento cambia, y solo se le dan directrices durante un tiempo limitado; porque enseñarle las órdenes habría sido el trabajo de un adiestrador.
La importancia del adiestramiento y educación en perros para tener una buena relación en las familias es manifiesta. El mejor especialista es aquel que conoce las dos vertientes profesionales. Además, sabe adaptarse a cada caso según la necesidad de cada familia.
Buscar un profesional para tu perro
Si tu perro tiene un problema de comportamiento o quieres enseñarle trucos puedes acudir a un profesional que os ayude.
Claves para encontrar un buen profesional:
- Las opiniones de otros clientes son públicas.
- No trabaja con castigos, collares de pinchos, eléctricos, de ahorque o lazos.
- Te escucha cuando le cuentas qué necesitas y ofrece soluciones adaptadas a ti y a tu mascota.
- No basa su trabajo en la teoría de la dominancia y sí en estudios científicos actuales.
- Sus diplomas acreditativos y formación son públicos.
Un buen profesional conoce la importancia del adiestramiento y educación en perros, y practica las dos profesiones para ayudar lo mejor posible a sus clientes; además de hacer su trabajo sin infligir daño o miedo. Si contactas con un educador o adiestrador, y crees que le está haciendo daño a tu perro, abandona esa terapia y sigue buscando.