Galeopiteco o colugo: características y comportamiento

El galeopiteco o colugo resulta una especie tan fascinante que despierta la curiosidad de niños y adultos; su llamativa anatomía le permite hazañas asombrosas
Galeopiteco o colugo: características y comportamiento

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 24 octubre, 2018

El galeopiteco o colugo es un animal perteneciente a la familia de los dermópteros, en la que solo se clasifican dos especies. Muchas personas piensan que es un mamífero volador, pero su capacidad de desplazarse por los aires no se produce en vuelo activo.

Se trata más bien de recorrer largas distancias planeando en descenso libre de un lugar a otro. Su habilidad para deslizarse le confiere el puesto número de uno en la clasificación de criaturas terrestres que planean grandes distancias en nuestro planeta.

Suele ser confundido con el lémur y en algunos lugares se le conoce con ese nombre seguido del adjetivo ‘volador’. No obstante, los colugos no son lémures ni vuelan, y es que estos especímenes son primos lejanos de los primates y una membrana en su piel es la que les permite planear y desplazarse.

Características físicas del galeopiteco o colugo

El galeopiteco tiene un tamaño similar al de un gato, aunque sus miembros o extremidades son más alargadas. Su cabeza es pequeña, así como sus orejas, tiene ojos grandes y un hocico pronunciado, mientras que la cola puede medir entre 17 y 27 centímetros.

La coloración de su piel varía de gris, negro o tonalidades del rojo con algunas manchas blancas que le permiten camuflarse con facilidad y eludir los peligros del entorno. Las plantas de sus patas presentan unos pequeños discos con los que succiona y se ancla en los árboles para facilitar su ascenso.

Colugo: características

Sin embargo, la característica morfológica más peculiar del galeopiteco o colugo es la membrana llamada patagio. Está compuesta de un tegumento que rodea los miembros del mamífero y se extiende por cabeza y cola.

Los machos son ligeramente más pequeños que las hembras. Ambos géneros poseen dientes similares a los de los carnívoros, pero se alimentan de hojas y frutas silvestres. Suelen dormir durante el día y activarse al llegar la noche.

Principales rasgos de comportamiento

Los galeopitecos o colugos suelen llevar una vida solitaria, aunque se han presenciado conformaciones de pequeñas comunidades. No obstante, lo regular es que se mantengan aislados del resto, ya que al buscar alimento o refugio para dormir se tornan sumamente territoriales.

Durante el día permanecen ocultos en los agujeros de los árboles o colgados en las ramas con el dorso tendido hacia abajo. No se dispone de suficientes datos de sus hábitos de apareamiento en estado salvaje. Eso sí, algunas investigaciones reportan que la gestación tarda dos meses y, por lo general, paren una sola cría.

Después de nacer, la cría se cuelga del vientre materno y esta pliega el patagio con regularidad cuando se siente bajo amenaza. A los seis meses ocurre el destete y encuentran la madurez sexual a partir de los tres años. Las hembras pueden aparearse en el periodo de lactancia y concebir otra cría mientras aún amamanta a su anterior retoño.

Colugo: reproducción

La deforestación de su hábitat y la caza indiscriminada de este ejemplar ha encendido las alarmas de organizaciones proteccionistas. Todavía no se encuentra en peligro de extinción, pero se deben asumir los correctivos pertinentes antes de llegar al caos.

Otros datos interesantes del colugo

La capacidad de desplazamiento del colugo le permite recorrer hasta 70 metros de distancia entre un árbol y otro. Esto resulta de gran utilidad si tenemos en consideración que el galeopiteco se mueve con dificultad en el suelo.

Las hembras no se separan de sus crías hasta el destete, por lo que es sencillo observarlas al planear entre los árboles con el pequeño colugo aferrado al pecho. El modo de comunicarse entre sus semejantes es a través de un desagradable grito agudo, audible a largas distancias.

La piel y la carne del galeopiteco son muy codiciadas en las regiones del Extremo Oriente donde habita. Algunos cazadores de la zona argumentan la caza del colugo para proveer sustento al águila filipina, la cual se encuentra en peligro de extinción y conforma su dieta casi en su totalidad a base de este espécimen.

Las dos especies de colugo que existen en el mundo se concentran en las selvas tropicales del sureste asiático. Estos son conocidos como colugo malayo y colugo de Filipinas, respectivamente. Al ser un individuo tímido y evasivo, los avances de investigación de la estirpe son muy reducidos. Pese a ello, se han logrado estudios genéticos de importancia en los últimos dos años.


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