Especies sinantrópicas: qué son y ejemplos

Las especies sinantrópicas llevan cientos de años compartiendo ecosistema con la especie humana, pues se benefician de la cercanía a los asentamientos poblacionales.

Las palomas son ejemplos de especies sinantrópicas.

El ser humano define a los seres vivos según su proximidad o lejanía con respecto a él. Por ejemplo, el término «animal exótico» hace referencia a un ser que, por distancia geográfica, no es usualmente observable. Las especies sinantrópicas son justo lo contrario: son todos aquellos animales que, por suerte o por desgracia, conviven con nosotros día a día.

Aunque todos tengamos clara la figura de una paloma en la ciudad, te sorprenderá saber que existen muchas más especies sinantrópicas que habitan con el ser humano desde hace muchísimos años. En las siguientes líneas te mostramos algunas de ellas.

¿Qué son las especies sinantrópicas?

Una especie sinantrópica es aquella que habita en ecosistemas urbanos o antropizados. Este término engloba a diversos taxones, pues existen ejemplos de plantas, insectos, pájaros y mamíferos que conviven con nosotros en el día a día sin que nos demos cuenta de ello.

Aun así, cabe destacar que estas especies no son consideradas animales domésticos. Su forma de relacionarse con el ser humano cae entre medias de la domesticación-naturalización, razón por la cual nuestra forma de concebirlas no es la misma que al ver un perro o una vaca.

Estos animales son claramente oportunistas, ya que se aprovechan de los productos secundarios de la sociedad humana para desarrollarse y reproducirse. Según fuentes profesionales, se postula que las ciudades son «vacíos ecológicos», ya que estas se transforman a una velocidad vertiginosa.

Así pues, serán los animales con mayor plasticidad adaptativa los que se beneficien de este cambio constante. Existen tres tipos generales de especies en relación a la sinantropía:

  1. Eusinantrópicas: aquellas que están relacionadas con áreas urbanas con un gran número de viviendas.
  2. Hemisinantrópicas: viven próximas a áreas rurales, es decir, con viviendas dispersas.
  3. Anisantrópicas: son las especies no sinantrópicas, las que habitan únicamente en ambientes naturales.

Ejemplos de especies sinantrópicas

Una vez hemos delimitado correctamente el término, te presentamos algunos ejemplos de especies sinantrópicas. No te las pierdas.

1. Moscas

Muchas especies de moscas de la familia Muscidae son consideradas como sinantrópicas. Esto es así porque su ciclo vital requiere de materia de desecho para completarse y, ¿qué mejor sitio que una ciudad para encontrar basura? Por sorprendente que parezca, se calcula que por cada ser humano vivo existen 17 millones de moscas.

Las moscas son especies sinantrópicas.

2. Palomas

La paloma bravía (Columba livia) se ha adaptado tan bien a los núcleos poblacionales que es considerada una plaga en varias regiones. Se calcula que existen un total de 400 millones de palomas en todo el mundo y que la mayoría de ellas viven en núcleos poblacionales.

Aun así, el efecto de las palomas en materia sanitaria se ha exagerado bastante. Aunque es cierto que el contacto directo con este ave puede promover las enfermedades histoplasmosis, psitacosis o criptococosis, esto no es nada común.

Además de esto, se ha demostrado que las palomas son resistentes a múltiples cepas de la gripe aviar.

Unas palomas domésticas en la ciudad. Son especies sinantrópicas.

3. Ratas

Las especies Rattus rattus y Rattus norvegicus son las más acostumbradas a vivir cerca de las casas. La primera suele ocupar las partes altas de la vivienda y la segunda los sótanos y bodegas. Según periódicos locales, en Madrid —capital de España— hay más de nueve millones de ratas grises, es decir, tres por cada ciudadano.

Estas especies tienen características de plagas, ya que pueden llegar a transmitir ciertas enfermedades graves al ser humano por mordidas. Además, suelen arrasar con el material de bodegas y sótanos sin que las personas se den cuenta.

Las ratas son otras de esas especies sinantrópicas.

4. Cucarachas

De las 4500 especies descritas en el orden Blattodea, al menos 20 de ellas prefieren vivir en ambientes altamente antropizados. Estos invertebrados pueden ser vectores de enfermedades pero, por suerte, suelen tener depredadores en el propio entorno urbano: los gorriones, las lagartijas, ciempiés y otros pequeños animales las depredan.

Además, una correcta higienización de los alimentos y su almacenaje de forma estanca suelen ser medidas suficientes para que las cucarachas no invadan un domicilio. Recuerda: un entorno limpio evita la aparición de cucarachas mejor que cualquier insecticida.

Una cucaracha sobre un cristal.

Consideraciones finales

Como habrás podido observar, las especies sinantrópicas son variadas, pues van desde mamíferos hasta invertebrados y plantas. Algunas de ellas pueden suponer un problema para la salud humana, mientras que otras se alimentan y desarrollan en nuestro entorno sin causar ningún prejuicio a las personas.

Sea como fuere, es necesario recordar que todo animal tiene capacidad para experimentar el sufrimiento, dolor y maltrato. Que no resulte conveniente la presencia de un ser vivo en el domicilio no suele ser excusa para matarlo. Si sufres de plagas en casa, contacta con un especialista antes de tomar decisiones precipitadas.

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

  • Knowing the synanthrope, expandedenvironment.org. Recogido a 3 de diciembre en http://www.expandedenvironment.org/knowing-the-synanthrope/
Scroll al inicio