Entrena a tu perro para usar la caja de arena

Para lograr que el can comprenda que debe utilizar el arenero se puede impregnar un papel con sus heces u orina y colocarlo en el interior; a partir de ahí, cada vez que haga sus necesidades dentro, habrá usar el refuerzo positivo y premiarle

Los perros pueden usar la caja de arena

Por lo general, asociamos el tradicional arenero a los hábitos y a las necesidades naturales de los gatos domésticos.  De todas formas, muchos dueños optan por enseñar a su perro a usar la caja de arena en su vida hogareña. Esta opción puede resultar muy práctica e higiénica para los canes que se quedan solos mientras sus familiares necesitan trabajar.

Aunque esta alternativa pueda resultar higiénica en momentos puntuales, cabe destacar que nunca va a suplantar las necesidades que tiene todo perro de salir 1-2 horas al día (como mínimo) fuera del apartamento. Recuerda que los paseos no solo son esenciales para que el can defeque, sino para que haga ejercicio y se estimule a nivel tanto físico como mental.

¿En qué consiste la caja de arena para perros?

El término caja de arena o indoor dog toilet en inglés hace referencia a una amplia variedad de artilugios cuya función principal es que el can defeque dentro de casa sin causar un estropicio. Algunos de los más famosos y utilizados son los siguientes:

  • Cubículo de hierba: tal y como indica su nombre, consiste en una caja con hierba (real o ficticia) que se puede colocar dentro de casa. Siempre se recomienda elegir la opción más orgánica posible, pues así se maximizan las probabilidades de éxito a la hora de educar al perro para utilizarla.
  • Estación de autoacicaladopuede parecer extraño, pero existen artilugios que se limpian a sí mismos una vez el perro hace sus necesidades sobre ellos. Funcionan con un sensor y desechan el material sucio cuando se detecta que el can ya no está situado encima.
  • Caja de arena típica: es en la que nos centraremos durante todo el artículo. Se trata de un cubículo con un sustrato específico, exáctamente igual al empleado en gatos en lo que a funcionamiento se refiere.
  • Empapadores: están hechos de materiales similares a un pañal y se colocan sobre el suelo para que el can orine y defeque sobre ellos. Por desgracia, son de uso único.

La opción a utilizar dependerá de lo mucho o poco que se preste al perro a cada uno de los elementos citados. A veces, será el propio animal el que elija el método más adecuado con su conducta de rechazo y aceptación.

¿Cómo enseñar a un perro a usar el arenero?

Para algunas personas puede parecer extraña la idea de enseñar a un perro a usar un arenero. Pero el principio es el mismo que educarlo a hacer sus necesidades en la calle. Se trata de trasmitir a nuestros compañeros las normas de higiene y buena convivencia que queremos adoptar en nuestro hogar.

Hay que tener en cuenta la importancia de educar de forma positiva y respetar los tiempos de aprendizaje de cada perro. Independiente de lo que pretendamos enseñarles, será fundamental aplicar el refuerzo positivo para reconocer su esfuerzo y estimular su aprendizaje.

Los métodos abusivos o violentos son contraproducentes y perjudican la salud de nuestras mascotas. Siempre es mucho más efectivo el refuerzo positivo, es decir, premiar las conductas positivas (o la ausencia de negativas) en vez de reprimir cuando algo se hace mal.

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Paso a paso para enseñar tu perro a usar la caja de arena

Ahora que ya sabes en qué consiste la caja de arena para el perro, el siguiente paso es intentar que se acostumbre a ella. Te mostramos la forma más humana de lograrlo.

Primer paso:  elegir la caja de arena ideal para tu perro

Tu primer paso deberá ser elegir la caja de arena ideal para tu mascota y la arena para colocar en su interior. Para ello, lo recomendable es tomar sus medidas anteriormente (altura a la cruz y longitud total desde el hocico hasta la punta de la cola).

En las tiendas para mascotas, es posible encontrar varios modelos y tamaños de areneros. Las versiones más tradicionales y económicas son básicamente cajas de plástico reforzado que sirven para contener la arena. Sin embargo, también existen modelos inteligentes y de autolimpieza (como ya hemos mostrado en líneas anteriores), que son más costosos, pero muy funcionales.

Si bien la mayoría de areneros están pensados para gatos, lo importante es fijarse en que sus dimensiones sean compatibles con las de tu perro; la idea es ofrecer comodidad y seguridad a tu mejor amigo en su momento más íntimo. Por ello, no debemos olvidar que los perros deben conseguir girar 360º en el interior de la caja de arena.

Para asegurarte de que tu perro vaya a aceptar la instalación, ten en cuenta los siguientes parámetros:

  1. La caja debe ser lo suficientemente grande para que el can pueda darse la vuelta en todas sus etapas vitales (cachorro, joven, adulto y anciano).
  2. Las dimensiones de las paredes de la caja deben ser lo suficientemente bajas para que el perro pueda entrar por sí solo, pero no tanto como para que sea capaz de orinar fuera.
  3. No compres cajas con techo o cubierta. A los perros no les gusta estar en espacios muy cerrados (a diferencia de los gatos).

2º paso: seleccionar un tipo de arena

Respecto a las arenas para perros, hay una gran diversidad en el mercado. Algunas opciones más económicas son hechas con arcilla, mientras las más actuales cuentan con fragmentos de carbón activado. También existen las arenas perfumadas, pero son poco recomendables, pues muchos perros pueden rechazarlas o desarrollar alergias.

Diferente de la arena para gatos, la versión canina trae bolillas más grandes para mejorar la absorción. No obstante, para evitar el mal olor en el hogar, basta mezclar una cucharadita de bicarbonato de sodio o carbón activado con la arena de tu perro. Huelga decirlo, pero es necesario retirar las heces en cuanto sean depositadas para que el arenero deje de oler.

En lo que se refiere a limpieza y mantenimiento, es fundamental limpiar diariamente los residuos del arenero y desinfectarlo de una a dos veces por semana.

3º paso: colocar la caja en el lugar adecuado

Tras elegir la caja de arena, hay que ubicarla estratégicamente en el hogar. Para ello, debemos evitar los lugares con mucho tránsito con objeto de dar privacidad a nuestras mascotas. Además, lo ideal es preferir zonas con buena ventilación para evitar la concentración del mal olor.

La caja de arena tiene que estar situada en un lugar que el can frecuente, pero que no esté excesivamente expuesto. También debes tener en cuenta que no hay que colocarla cerca de la comida y el agua, ya que los perros evitan defecar en los sitios en los que se alimentan.

A muchos perros les encanta escarbar. Tenlo en cuenta a la hora de colocar la caja, pues es posible que mucho sustrato acabe fuera. 

4º paso: presentar la caja de arena a tu perro

Ya ubicado el arenero, llega el momento de presentarlo a tu perro. En la presentación debemos estimular su curiosidad para que el animal huela la caja y pierda el miedo. Después podemos ubicarlo adentro de la caja, darle un comando específico (como ‘usa la caja’) y ofrecerle un premio (golosina, elogio, juguete) cada vez que entre en ella sin miedo o reparos.

El objetivo que perseguimos es hacer entender a nuestro perro que usar la caja de arena es algo positivo y estimulamos que él entre en el arenero por voluntad propia.

5º paso: asociar la caja con sus necesidades fisiológicas

Cuando tu perro ya esté acostumbrado a la caja, tendrás que trabajar para que la asocie a sus necesidades fisiológicas. Para ello, ubicamos en el interior del arenero un papel mojado en su orina o sus propias heces. De esta manera, tu can podrá entender que es correcto evacuar u orinar en esta zona, ya que reconocerá el olor propio de sus deposiciones.

Cada vez que tu peludo utilice correctamente el arenero, será fundamental ofrecerle una recompensa. De esta manera, reforzamos un comportamiento positivo y estimulamos a que nuestro perro continúe portándose bien. De ninguna manera debemos castigar el animal por hacer sus necesidades fuera de la caja.

Arenero

Poco a poco, el perro podrá aprender perfectamente a usar la caja de arena. Es vital tener paciencia y tratarlo con mucho cariño durante todo el proceso educativo y no desesperar. De lo contrario, asociará el acto a algo desagradable y evitará realizarlo a toda costa.

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