Ambos son grandes mascotas y se han ganado el corazón de sus familias generación traS generación. Sin embargo, quien nunca ha disfrutado de su compañía no conoce las diferencias entre jerbos y cobayas, así que te presentamos a estos dos tipos de roedores.
Similitudes entre jerbos y cobayas
Tanto los jerbos como las cobayas son dos especies de roedores. Aunque hay grandes diferencias entre ellos, pertenecen a la misma familia y tienen unas cuantas cosas en común.
Por ejemplo, ambos son animales herbívoros. Es decir, se alimentan únicamente de vegetales, frutas y cereales. Su comida favorita es el heno, o un buen trozo de una hortaliza cruda y fresca. Ambos tienen prohibido ingerir alimentos de origen animal, aunque sea leche o huevos.
Para que vivan felices en nuestras casas, es recomendable que tengan una jaula, aunque luego tengan horas de libertad por nuestro hogar. Su hábitat, ya que no tiene que ser estrictamente una jaula, ha de estar bien ventilado y no debe tener rejas en el suelo, ya que se pueden hacer mucho daño en las patas.
Por supuesto, como son roedores, a ambos les crecen los dientes sin parar y necesitan masticar mucho a lo largo del día para poder desgastarlos. En sus jaulas siempre debe haber objetos hechos para ser roídos, como casitas de madera, heno o barritas de cereales.
Tamaño y cuerpo
Las grandes diferencias entre jerbos y cobayas están en su cuerpo: tienen formas y capacidades tan diferentes que les posibilitan vivir y moverse de maneras diferentes.
Para empezar, las cobayas son más grandes que los jerbos. Dependiendo de la raza de las cobayas, pueden pesar de uno a dos kilos; los jerbos son mucho más pequeños, ya que los más grandes alcanzan los 120 gramos.
Los dos animales tienen las patas de atrás más fuertes que las delanteras, pero la diferencia en el caso de los jerbos es que son mucho más grandes. Los jerbos pueden levantarse sobre sus patas traseras para curiosear a su alrededor. Si lo necesitan, pueden salir saltando e impulsándose con ellas.
Las cobayas, en cambio, no dan saltos. Si tienen que huir, echan a correr ayudándose de sus cuatro patas. Solo dan saltos de alegría en un movimiento conocido como popcorning, pero en él, en realidad, también intervienen todas sus extremidades.
Otra de las diferencias más llamativas es la de la cola: las cobayas no tienen, ni siquiera una pequeñita. Al contrario, los jerbos tienen un rabo que llega a medir lo mismo que su cuerpo. A pesar de esto, pueden perderlo a lo largo de su vida en un accidente.
Las cobayas tienen más variedad de aspectos. Los jerbos siempre tienen el pelo corto, aunque puede ser de varios colores y tonos diferentes. En las cobayas, además de la variedad de pelo corto, existe la variedad de pelo largo e intermedio, y también pueden presentar muchos colores diferentes.
Comportamiento
Las diferencias entre jerbos y cobayas también llegan al comportamiento. Los jerbos, en la naturaleza, excavan sus madrigueras y hacen túneles, por lo que en cautividad también lo hacen, o por lo menos lo intentan.
Las cobayas son más tranquilas y cómodas. No hacen madrigueras ni túneles y se conforman con crear un pequeño nido dentro de su casa para poder dormir refugiadas sin ser molestadas.
Los jerbos, por el contrario, son mucho más activos. También duermen durante el día y alternan períodos de vigilia con pequeñas siestas, pero son mucho más atléticos y enérgicos que las cobayas. No solamente pueden echar a correr impulsándose con sus patas traseras sino que pueden dar grandes saltos.
Para avisar de que están molestas, enfadadas o asustadas, las cobayas rechinan los dientes; los jerbos tamborilean con las patas traseras en el suelo. Las cobayas tienen un mayor registro de sonidos que los jerbos; muchos de los que hacen estos últimos no son perceptibles para el oído humano.
Lugar de origen
El lugar de origen de estos dos animales también es muy diferente. Aunque en la actualidad tanto jerbos como cobayas son animales domésticos, se pueden encontrar en muchos países diferentes parientes suyos que todavía viven en libertad.
Las cobayas provienen de las selvas sudamericanas. A la variedad de pelo largo incluso se le llama de raza ‘peruana’. Viven a ras de suelo y tienen pequeñas madrigueras, no a mucha profundidad, en la que crean sus familias y colonias.
Los jerbos, por su parte, provienen de zonas desérticas de Asia. Están acostumbrados a vivir en zonas de arena y rocas, donde no hay tanta vegetación y humedad como en las selvas.
Las diferencias entre jerbos y cobayas son notables, tanto en sus cuerpos como en su comportamiento. Sin embargo, ambos tienen un carácter dócil y tolerante con el ser humano que les ha llevado a ganarse el corazón de generaciones enteras y convertirse en grandes mascotas.