Las cochinillas, también llamadas bichos bola, chanchitos, bolinches o bichos de humedad, son un tipo de invertebrados reconocidos por su apariencia segmentada y acorazada. Sin embargo, debido a que son muy tímidos y evasivos, la cochinilla resguarda varias curiosidades sobre su historia natural.
El término “cochinilla” sirve para identificar a varias especies que se agrupan en el orden Isopoda, suborden Oniscidea. Este grupo contiene a los crustáceos isópodos terrestres, de los cuales se han descrito alrededor de 3500 organismos diferentes. Sigue leyendo este espacio y descubre varias curiosidades interesantes sobre la cochinilla.
¿Cómo son las cochinillas?
De manera general, las cochinillas son pequeños invertebrados que miden desde 0.2 centímetros, hasta poco más de 2.5 centímetros de largo. Exhiben un exoesqueleto dividido en segmentos, los cuales están recubiertos de una placa dura. Gracias a dichas divisiones, los ejemplares tienen cierta flexibilidad que les permite desplazarse y protegerse.
Aunque pueden llegar a parecerse a los diplópodos (un taxón de los milpiés), se diferencian porque la cochinilla tiene un cuerpo más reducido y máximo un par de patas por segmento. Además, la coloración de estos últimos es más oscura con colores grises, negros, marrón o naranja, mientras que los milpiés pueden llegar a exhibir colores más vistosos.
Datos poco conocidos de la cochinilla
La cochinilla es un invertebrado terrestre que pasa la mayor parte de su vida bajo tierra, por lo que existen muchas curiosidades poco conocidas sobre ellas. Entre las más interesantes se encuentran las siguientes.
1. Utilizan “branquias” para respirar
A pesar de que la mayoría de los crustáceos son acuáticos, las cochinillas rompen con esta regla y pasan toda su vida en ambientes terrestres. Sin embargo, tienen algunas estructuras similares a las branquias llamadas pseudotráqueas, las cuales les sirven para respirar. Aunque no precisan de agua para obtener oxígeno, sí necesitan que su entorno sea bastante húmedo.
De hecho, se considera que las pseudotráqueas son en realidad branquias modificadas por presiones evolutivas. Estas están presentes en los crustáceos terrestres, pero su complejidad varía según la dependencia que tengan las especies al agua. En los organismos que aún viven cerca de cuerpos de agua, la forma de estas pseudotráqueas se asemeja mucho a las branquias.
2. Liberan el amoniaco en forma gaseosa
El nitrógeno es uno de los compuestos más abundantes en los seres vivos, ya que forma parte de los aminoácidos, las proteínas y otras moléculas esenciales en el metabolismo. No obstante, el exceso de esta molécula es letal para los animales. Por ello, se deshacen de este compuesto por medio de la orina (urea) o en forma líquida.
Contrario a lo que sucede en la mayoría de los animales, la cochinilla es capaz de liberar el nitrógeno al ambiente en forma de gas (amoniaco). Esto significa que no tiene necesidad de formar algún desecho similar a la “orina”, lo que reduce sus necesidades fisiológicas y evita la pérdida de agua.
3. No todas las cochinillas se pueden enrollar en sí mismas
Una de las curiosidades más particulares y conocidas de la cochinilla es su capacidad para enrollarse en forma de pelota (volvación). Este suele ser un mecanismo de defensa contra los depredadores, aunque también sirve para evitar la pérdida de la humedad. A pesar de que es una estrategia muy útil, existen varios tipos de cochinillas que son incapaces de plegar su cuerpo.
Para subsidiar la falta de un mecanismo de protección, las especies sin volvación recurren a la aglomeración para evitar la pérdida de la humedad. Esto significa que varios ejemplares se amontonan entre sí, lo que permite mantener las condiciones ambientales óptimas.
4. Ninguna cochinilla se encuentra listada con algún grado de riesgo
Los isópodos terrestres tienen la fortuna de que ninguna de sus especies se encuentra clasificada con algún grado de riesgo. Sin embargo, esto no es del todo bueno, pues dicha situación se debe a que no existen datos suficientes para conocer la situación ecológica del grupo.
5. Son esenciales para el reciclaje de los nutrientes
A pesar de que las cochinillas son bastante pequeñas, este tipo de invertebrados son esenciales en el ambiente para el reciclaje de los nutrientes. La mayoría de las especies que conforman al grupo se alimentan de la materia orgánica y los restos vegetales en el suelo. Gracias a ello, los nutrientes se descomponen lo suficiente para que las plantas puedan alimentarse de sus desechos.
6. Una bacteria puede infectar a los embriones machos y transformarlos en hembras
La bacteria Wolbachia es un parásito intracelular muy abundante y peculiar en la naturaleza. Este microorganismo ha demostrado tener la capacidad de afectar el proceso de gestación y reproducción de las especies, con lo que puede influir en la proporción de sexos. En el caso de las cochinillas, la bacteria propicia que los embriones destinados a ser machos se vuelvan hembras (feminización).
7. Muda su exoesqueleto por partes
Los artrópodos necesitan mudar su exoesqueleto (ecdisis) para poder crecer y aumentar su tamaño. Claro está, debido a que es un proceso que los vuelve indefensos frente a sus depredadores, los individuos suelen cambiar toda su piel en un mismo momento. No obstante, la cochinilla realiza su muda en dos partes, primero se desprende de la región trasera y unos días después hace lo mismo con la parte delantera.
Como te puedes dar cuenta, la cochinilla es un organismo interesante que resguarda varias curiosidades sobre su biología. Además, a pesar de ser un artrópodo pequeño, tiene un papel importante en el ecosistema. Este es un claro ejemplo de que, en la naturaleza, todas las especies son valiosas sin importar su tamaño, su apariencia o su origen.
Bibliografía
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