10 curiosidades de las avispas

Las avispas son mucho más que una molestia en un picnic o una desagradable picadura e hinchazón. ¿Quieres conocerlas con nosotros?

Una avispa en un vaso de cristal.

Las curiosidades de las avispas son múltiples, pero por desgracia, mucha gente no quiere conocerlas. Las especies más comunes en los núcleos urbanos se han ganado su mala fama a pulso, ya que interrumpen las comidas al aire libre, son motivo de preocupación cuando instalan los panales cerca de casa y pueden picar con su aguijón, provocando signos de gravedad variable.

Aunque sean especies que no convivan del todo bien con el ser humano, sin duda las avispas merecen reconocimiento por su fascinante biología y su labor ecosistémica intransferible. Dale a estos himenópteros una oportunidad con nosotros y lee 10 curiosidades de las avispas que te harán quererlas (desde lejos) un poco más.

1. La diversidad de avispas es inabarcable

Tal y como indica la revista National Geographic, a día de hoy se han descrito más de 30 000 especies de avispas, llegándose a estimar incluso 100 000 en los últimos tiempos. La cifra calculada de diversidad global es aún mayor, pues quedan muchísimos ejemplares por clasificar y descubrir, sobre todo en zonas tropicales y templadas.

Con el fin de que te hagas una idea de la diversidad de estos insectos alados en el mundo, te citamos el siguiente dato: para las más de 1000 especies de Ficus tropicales que existen, se puede describir una avispa de la superfamilia Chalcidoidea, única y especializada en explotar cada árbol. Sin duda, estos invertebrados representan unos de los grupos de hexápodos más grandes y diversos del mundo.

2. Himenópteros, como las abejas y las hormigas

Las avispas pertenecen al orden Hymenoptera, junto con las abejas y las hormigas. Todas ellas poseen una serie de rasgos comunes: cabeza redondeada con antenas, mandíbulas prominentes, ojos compuestos y ocelos, tórax en el que se insertan los 3 pares de patas marchadoras y abdomen muy visible, que puede contener (o no) un aguijón en el caso de las hembras.

Si tienes problemas para distinguir una abeja de una hormiga o de una avispa, aquí te traemos una clave sencilla:

  1. Las hormigas reinas son aladas, pero las alas se caen una vez se fecundan y fundan la colonia. Por otro lado, las avispas se caracterizan por presentar alas y hábitos voladores durante toda su vida, exceptuando a la familia Mutilidae. Las obreras de las hormigas carecen de alas en todo momento.
  2. Las abejas presentan un cuerpo rechoncho y compacto, mientras que las avispas tienen una clara “cintura” o petiolo, que une los segmentos 1 y 2 del abdomen.
  3. Las avispas suelen presentar coloraciones más llamativas que las hormigas y las abejas. De todas formas, hay tal variedad de tonalidades en este grupo que la vista engaña.

Otro de los tipos de insectos.

3. Un hábitat cosmopolita

Las avispas han colonizado todos los continentes y tierras del mundo, exceptuando la Antártida. Al ser animales ectotermos (de sangre fría), dependen de la temperatura externa para regular su metabolismo. Por ello, no se adaptan bien a ambientes extremadamente fríos, como los presentes en los círculos polares.

4. Animales sociales y solitarios

Otra de las curiosidades de las avispas es que algunas son eusociales, aunque la gran mayoría presentan conductas solitarias. De las más de 30 000 especies descritas, solo la familia Vespidae (con más de 5000 representantes) adopta el modelo social típico de los himenópteros, con panales, reinas y machos divididos en castas.

Aunque las avispas más conocidas sean sociales, la gran mayoría de representantes de este grupo llevan una vida muy solitaria. Dedican su existencia a reproducirse y cuidar de su prole en el nido que construyen, pero lo hacen de forma individual y sin ayuda de otros ejemplares de su misma especie. Son todo lo contrario a las hormigas y su estrategia vital.

5. Un sistema de determinación sexual intrincado

Las avispas, al igual que las hormigas y las abejas, ven su sexo determinado por un  mecanismo haplodiploide. Las hembras son diploides (2n), lo cual quiere decir que poseen dos juegos de cromosomas homólogos en cada una de sus células. Dicho de otro modo, una avispa hembra es producto de la fecundación y reproducción entre progenitores (n+n=2n).

Por otro lado, los machos o drones son haploides (n), lo cual quiere decir que provienen de huevos no fecundados. Como la hembra ponedora guarda el semen de su pareja en su cuerpo, si quiere dar a luz a un macho simplemente deja de fertilizar uno de los huevos. Los machos, al portar la mitad de información genética, viven mucho menos y su fisiología está limitada.

6. Las avispas pican, pero no todas lo hacen

Dentro de los himenópteros, algunas familias forman un grupo específico, denominado Aculeata. Todas las especies aquí englobadas presentan una característica común: el ovipositor de las hembras se ha modificado para dar lugar a un aguijón, capaz de inyectar diferentes toxinas con características globales del taxón (aculeatoxinas).

Otra de las curiosidades de las avispas es que, según esta simple regla, los machos nunca pueden picar. Carecen de aparato para poner los huevos, por lo que este no ha podido evolucionar en un aguijón capaz de inocular veneno. Si te pica uno de estos himenópteros alados, ten por seguro que se trata de una hembra.

Las hormigas y las abejas también poseen aguijones, o lo que es lo mismo, ovipositores modificados para picar.

Curiosidades de las avispas: solo las hembras pican.

7. Una dieta que cambia a lo largo de la vida

La mayoría de avispas solitarias se alimentan del néctar de las flores, pero requieren proteína de forma constante y la buscan en insectos vivos o muertos y en cualquier trozo de carne que se encuentren en el suelo. ¿Por qué lo hacen, si ellas mismas cubren sus requerimientos dietéticos con los azúcares producidos por las plantas?

La respuesta se encuentra en las larvas. Como las crías en forma de gusano de las avispas requieren un aporte proteico constante para crecer y metamorfosear en adultos, su madre (o las obreras en las especies sociales) debe buscar materia orgánica de origen animal de forma continua. Incluso, las hembras mastican la carne antes de ofrecérsela a la prole.

8. Asesinas necesarias para los ecosistemas

Las avispas de los grupos Vespidae, Crabronidae, Sphecidae y Pompilidae son cazadoras activas, pues inoculan el veneno con su aguijón sobre su presa, la inutilizan y la llevan al nido, lugar en el que la mastican para alimentar a sus larvas. La labor polinizadora de estos himenópteros no es tan grande como se cree, pero sí que son excelentes controladores de plagas de insectos y otros invertebrados.

Como no tienen pilosidades en su cuerpo (a diferencia de las abejas), el polen no se pega bien al cuerpo de las avispas y no fecundan con eficacia las flores.

9. Avispas parasitoides: una pesadilla viviente

Las curiosidades de las avispas parasitoides dan para un espacio por sí solas, pero no podemos terminar sin citarlas. Específicamente las tarantula hawks, de la familia Pompilidaepresentan una de las estrategias vitales más terroríficas que un ser humano pueda imaginar.

Gracias a su poderosísimo veneno, estas avispas se enfrentan a tarántulas mucho más grandes que ellas, paralizándolas en cuanto tienen la oportunidad. Tras ello, llevan a su presa al nido y ponen un único huevo sobre su abdomen. La larva recién nacida ingresa en el cuerpo de la tarántula y se alimenta de ella mientras vive (aunque no puede moverse).

La larva pupa dentro de la tarántula y emerge de su abdomen como un individuo formado.

10. Unos animales con los que se puede convivir

¿Qué te ha parecido esta lista? Como última de las curiosidades de las avispas, queremos destacar que su veneno no es potencialmente mortal, a menos que la persona sea alérgica y reciba múltiples picotazos. Además, un grupo de ellas solo atacará cuando se esté intentando destruir el nido o matar a la prole, por lo que es posible evitar enfrentamientos.

Las avispas no son pestes, ya que no destruyen los cultivos agrícolas ni matan a las plantas. Simplemente pueden resultar un poco molestas por su potencial picadura, pero todos debemos aplicar la misma regla en estos casos: si nosotros las dejamos en paz, ellas no tienen por qué atacarnos. 

Bibliografía

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  • Thomas, C. R. (1960). The European wasp (Vespula germanica Fab.) in New Zealand. The European wasp (Vespula germánica Fab.) in New Zealand., (27).
  • Archer, M. E. (1985). Population dynamics of the social wasps Vespula vulgaris and Vespula germanica in England. The Journal of Animal Ecology, 473-485.
  • Landolt, P. J. (1998). Chemical attractants for trapping yellowjackets Vespula germanica and Vespula pensylvanica (Hymenoptera: Vespidae). Environmental Entomology, 27(5), 1229-1234.
  • Wasps, National Geographic. Recogido a 16 de agosto en https://www.nationalgeographic.com/animals/invertebrates/facts/wasps
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