En ocasiones, así como en los humanos, las gatas paren a sus cachorros antes de terminar su proceso de gestación. Por lo tanto, estos gatitos serán mucho más frágiles y requerirán más atención que aquellos con un proceso de gestación completo.
Cuidar de un gatito prematuro puede ser muy difícil, y si no cuentas con la ayuda de la madre, será más complicado aún lograr la supervivencia del animal. Sin embargo, esto no es imposible si te mantienes alerta de los comportamientos y necesidades de los cachorros. Si debes cuidar gatitos prematuros, presta atención a los siguientes elementos porque los vas a necesitar:
Refugio
Las gatas hacen refugios donde pueden esconder a sus cachorros mientras están indefensos. Por lo tanto, tienden a buscar lugares oscuros, pequeños, de fácil acceso y cálidos. Puedes proporcionarles una caja donde quepan la madre y sus crías, pero que no sea demasiado grande, para evitar que una cría quede aislada o desatendida.
Es muy importante que la gata encuentre el refugio agradable y se sienta cómoda y segura en él, de lo contrario empezará a mover las crías buscando otro sitio para resguardarlas.
Mantas
Igual de importante que su alimentación, es mantener calientes a las crías prematuras. Algunas nacen sin pelo, por lo que la protección contra el frío es fundamental durante las primeras semanas de vida. Ten por seguro que necesitarán mucho más que una cama cómoda. Además, debes controlar la temperatura del refugio a no más de 30 grados, pues es igual de malo un calor excesivo que el frío.
Debes estar pendiente de que los gatitos estén siempre en un sitio caliente. Normalmente, este calor se los proporciona la madre, pero la gata deberá dejar el nido para alimentarse o para usar la caja de arena. Así que para evitar que los gatitos se enfríen, puedes usar una fuente de calor artificial. Las mantas térmicas o las bolsas de agua caliente bajo las mantas, son buenas opciones para cumplir con ello.
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Alimentación
Al cuidar gatitos prematuros debes tener especial cuidado con la alimentación. Los gatitos recién nacidos deben comer más o menos cada 2 horas, y entre 6 y 8 horas al superar las seis semanas de vida. El resto de tiempo deben estar durmiendo, pues en esta etapa le dedican casi el 90 por ciento del día a dormir y comer.
Una forma que tienes de saber cuando un gatito no está bien alimentado es por la cantidad de tiempo que llora. Los cachorros de diferentes especies utilizan el llanto por tres motivos: hambre, porque se alejaron del nido y quieren que los encuentren o porque están enfermos.
Si notas que un gatito llora más que sus hermanos, posiblemente está desatendido, hambriento, desorientado o tiene alguna dificultad. Busca que la madre lo alimente. Situálo en los pezones posteriores, que suelen ser los que producen más leche. Haz un poco presión con los dedos índice y anular, para estimular que la leche salga.
Si crees que la gata no produce suficiente leche o quieres ayudarle a acortar los procesos de lactancia, puedes usar leche sustituta para gatos, pero asegúrate que esta sea fórmula especial para ellos. Recuerda que los gatos tienen diferentes necesidades alimenticias de acuerdo a su edad, y nunca se te ocurra alimentarlo con leche de vaca: le harás daño.
Si por alguna razón la madre no lo puede alimentar, lo mejor que puedes hacer es darle alimento con un gotero o jeringuilla especializada para alimentar cachorros (normalmente vienen con la leche para gato). Después cambia al biberón. Puedes acercar la boquilla o falso pezón a la boca del gatito mientras descansa en una superficie suave. Si todavía no puede sostener la cabeza, deberás acunársela.
Normalmente por instinto se prenderá del pezón, pero si no lo hace aléjalo y vuelve a intentar. Úntale un poco de la leche en los labios para que saboree y si se resiste es mejor que lo lleves al veterinario, algo puede estar pasando con el cachorro para que no quiera comer. Eso sí, no debes intentar inducirle la comida con la jeringa. Él debe hacerlo por sí mismo, ya que al forzarlo puede broncoaspirar la comida, empeorando su condición.
Después de alimentarlo, procura masajear con suavidad su espalda para que expulse gases.
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Aseo
Una vez que haya comido debes dejárselo a la madre para que lo asee. En caso de que esta no se encuentre o no lo haga, deberás limpiar su parte trasera con algodón húmedo, para remover las heces y evitar que contamine en exceso las mantas. Ten en cuenta que debes ser muy cuidadoso con la higiene de su refugio, pues esto afecta directo a su salud.
Además, nunca intentes bañar a un gato prematuro. Si se mancha, utiliza un pequeño paño húmedo para limpiarlo, pero nunca lo sumerjas en agua ni nada parecido. Recuerda que son incapaces de controlar su temperatura, por lo que puedes llegar a complicar su condición si lo mojas.
Madres sustitutas
Aunque con las medidas adecuadas es posible cuidar bien a los gatitos prematuros, siempre es mejor dejar que sus madres les den todo lo que necesitan. Por esta razón, en caso de que su progenitora no se encuentre o que haya abandonado el nido, se puede intentar buscar una madre sustituta que tenga poco de haber parido.
Eso sí, debes tener cuidado y presentarle a la madre al pequeño. En caso de que lo acepte, lo lamerá y comenzará a hacerse cargo de sus necesidades como si fuera su propio hijo. De esta manera, solo tendrás que estar al pendiente de la gata y dejar que la naturaleza siga su curso.
Este proceso debe ser la primera opción para cuidar bien del gato prematuro, pues la leche materna aporta nutrientes y defensas que las fórmulas de leche no contienen. Además, la madre comenzará a educar a sus hijos en cuanto crezcan lo suficiente, ayudando a evitar comportamientos inadecuados en el futuro.
Recuerda que todo lo anterior lo debes hacer bajo la supervisión y recomendación de un veterinario. Ten siempre en mente que su vida está en riesgo, así que ante cualquier conflicto o pregunta, acude rápido con un profesional. Recuerda que los gatitos prematuros son proclives a infecciones y requieren ser chequeados constantemente. En caso de que no te sientas apto para cuidarlos, busca un refugio de animales en donde te puedan ayudar.
Bibliografía
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- Trillo, L. (2019) Guía para entender al gato. FAADA
- Martí, S. (2008). Enfermedades de los neonatos. Animales de compañía COVELMA, 6-12.