Preparar un picnic para perros es un plan que aparentemente no presenta mucha complejidad. No obstante, cabe tener en cuenta una serie de factores más allá de nuestra mascota, la comida y el destino.
Sin duda, una de las ventajas de tener perro es la posibilidad de disfrutar de él más allá del ámbito doméstico. Así, una opción atractiva al mismo tiempo que saludable, tanto para el can como para el propietario, puede ser el compartir una comida en plena naturaleza.
Sin embargo, para que la experiencia sea satisfactoria, es bueno conocer recomendaciones de veterinarios y etólogos sobre cómo organizar un picnic para perros:
- Elegir un entorno adecuado, ya sea en un ambiente rural o en un parque urbano acondicionado para ello. En ambos casos, debe garantizarse la tranquilidad de la zona y evitar molestar a posibles individuos ajenos a la escapada.
- Si finalmente el destino elegido está en pleno campo, es necesario cerciorarse previamente de la existencia de cotos de caza o de pasos de ganado activos. Además, el perro deberá estar educado para mantenerse junto al dueño sin correa y atender a las órdenes que este le de sin demora.
- A pesar de que la protección frente a parásitos es aconsejable también dentro del núcleo urbano, y más aún durante los meses de primavera y verano, el uso de pipetas o collares antiparasitarios es prioritario en los ambientes naturales.
- Acondicionar el vehículo para el transporte de nuestra mascota. Además de contar con un transportín, o adecuado sistema de sujeción en el caso de los perros más grandes, es bueno llevar algún juguete que le amenice el viaje. En las rutas más largas conviene contar con bebederos portátiles.
- La preparación de la comida. Organizar un picnic para perros no quiere decir que se pueda ‘flexibilizar’ la dieta de nuestro animal. De esta forma, habrá que mantener una actitud estricta entre nuestra alimentación y la de nuestro compañero perruno. Este aspecto no solo es clave para evitar futuros conflictos domésticos, sino por la propia salud del animal.
Los veterinarios advierten que muchos de los trastornos gastrointestinales caninos se deben a un comportamiento demasiado permisivo de los dueños. A pesar de que hay alimentos que no conllevan riesgo aparente, otros sí que están clasificados como ‘prohibidos‘. Entre estos últimos destacan los lácteos, los aguacates, las frutas con pepitas (perjudiciales para el riñón) y cualquier tipo de dulce.
Por otra parte, ser rigurosos con la alimentación de nuestra mascota también implica estar pendientes de que esta no ingiera ninguna planta. La denominada purga, frecuente en perros que desean calmar sus dolencias gastrointestinales, puede ser todavía más arriesgada en entornos donde la vegetación es abundante, desconocida y quizás tóxica. Por ello, hay que controlar la situación de nuestro perro en todo momento:
- Si la estancia va a prolongarse más allá de la jornada, y no se cuenta con una residencia propia, es útil consultar albergues, casas rurales u hoteles que permitan la entrada de mascotas.
- Si por el contrario se opta por la acampada, hay marcas especializadas que ofrecen tiendas de campaña caninas más confortables que el transportín.
Preparar una comida o escapada a un ambiente natural junto a nuestro perro puede ser una alternativa diferente al mismo tiempo que reconfortante. Entre otras cosas, favorece el vínculo entre ambos o la socialización en el caso de que sea una excursión grupal. Además, sirve para poner a prueba el grado de adiestramiento y, con base a ello, programar futuras actividades conjuntas.
Bibliografía
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- Ecoinventos. (2018). 21 alimentos prohibidos para los perros. Recuperado de https://ecoinventos.com/10-alimentos-prohibidos-para-los-perros/
- Vílchez, N. (2018). Guía Repsol. Cómo hacer de tu perro el mejor aliado en la sierra. Recuperado de https://www.guiarepsol.com/es/viajar/con-mi-mascota/como-aventurarte-en-la-montana-con-tu-mascota/