Consejos para interactuar con tu perro sordo

Acabar con la falacia de que los canes sordos son más agresivos o menos inteligentes que los ejemplares oyentes es vital para evitar nuevos abandonos basados en ideas preconcebidas y prejuicios

Adiestramiento profesional del pastor belga

En la actualidad, se estima que hasta 89 razas de perros corren el riesgo de nacer con sordera congénita. Las estadísticas juegan en contra, sobre todo, de los dálmatas, ya que hasta un 30 % de los cachorros de dálmata puede nacer sordo.

Muchos deciden, por miedo o desconocimiento, deshacerse del animal cuando descubren su discapacidad. Sin embargo, un perro sordo puede llevar una vida prácticamente normal y desarrollarse de la misma forma que el resto. Esta guía te ayudará a interactuar con tu perro sordo y a darte cuenta de que es un animal como los demás.

Adiestrar a un perro sordo es posible

En un principio, dar órdenes a un perro que no puede oírte parece una tarea titánica, sobre todo contando con que hasta los perros oyentes pueden decidir ignorar las llamadas de su amo. La clave de este proceso es la utilización de señales, pero para eso tenemos que hacer entender al animal lo que queremos.

  • En las primeras fases de adiestramiento, lo principal es aprender a llamar la atención de nuestro perro, pues en el caso de un perro sordo tenemos que recurrir a llamadas no sonoras. Podemos conseguir esto con collares de vibración, que funcionan con un mando a distancia. Podemos hacer que el animal asocie esta vibración con una  llamada presionando el botón hasta que gire la cabeza y alentándolo con pequeños premios. Un puntero láser también puede sernos de ayuda.
  • Una vez has logrado captar la atención de tu perro, puedes enseñarle señales que asocie con una orden determinada. Entre las más básicas, tenemos las que le enseñan a volver a nuestro lado o a parar cuando el perro esté haciendo algo que no nos agrade. Tengamos en cuenta que un animal sordo va a estar más pendiente de su amo, sobre todo en entornos desconocidos.
  • Algunos perros pueden entender hasta ciertas palabras en lenguaje de signos. Esto puede ser especialmente útil a la hora de explicarles que quieres salir de paseo, que estás alegre o enfadado o que quieres que se quede en un sitio determinado de la casa.
  • A lo largo de todo el proceso, los refuerzos positivos permitirán que el perro asocie las órdenes con algo agradable y que no se olvide fácilmente de ellas. Asegúrate de tener a mano pequeños premios que le estimulen.

Educación y adiestramiento en perro

Consejos útiles para mantener a tu perro seguro

Uno de los principales peligros a los que se enfrente un perro sordo en su día a día es la imposibilidad de oír a un coche o a otros perros. Por ello, es esencial que le mantengamos atado con una correa en espacios urbanos o cercanos a una carretera, o en presencia de perros que pueden resultar agresivos.

Para poder saber dónde está nuestra mascota en todo momento, también podemos recurrir a un cascabel o indicar de forma llamativa en su collar que el perro está sordo, junto a la dirección del dueño,  en caso de que se pierda y alguien quiera devolverlo.

Por la noche, dado que es más difícil que el perro pueda ver nuestras señales, siempre podemos recurrir a punteros láser o a linternas en el caso de que se haya alejado demasiado. Podemos utilizar patrones que le enseñen a volver o que simplemente le ayuden a identificar a su dueño a distancia.

Los cachorros y el ejercicio: ejemplos

El mito de que los perros sordos son más agresivos

Cualquier animal reaccionará con sorpresa e incluso violencia si una persona desconocida se acerca y le toca sin ningún tipo de preaviso. En el caso de los perros sordos, cualquier tipo de acercamiento que ellos no hayan visto venir puede resultar amenazador.

Por ello, es esencial que el dueño enseñe al perro desde una edad temprana a no identificar estas caricias con peligros o amenazas. Podemos empezar tocando su cabeza o lomo por detrás y tranquilizarlo después, siempre utilizando premios y refuerzos positivos que le enseñen a asociar el contacto humano con una sensación agradable.

Acabar con la falacia de que los perros sordos son más agresivos o menos inteligentes que los ejemplares oyentes es vital para evitar nuevos abandonos basados en ideas preconcebidas y prejuicios.

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