Se denomina hormigas guerreras a unas 200 especies de estos himenópteros que presentan una fuerte impronta depredadora y nómade. Pero, a pesar de su mala fama, cumplen también con la función de controlar la gran cantidad de insectos que habitan los territorios en los que se desplazan.
Hormigas sin hormiguero permanente
Conocidas por sus incursiones en las selvas en busca de alimento, estas hormigas fueron inmortalizadas en un clásico del cine, Cuando ruge la marabunta (1954), protagonizado por Charlton Heston.
Y es que marabunta es el término utilizado para definir –de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española– a la “migración masiva de hormigas muy voraces que acometen a su paso contra la vegetación y todo tipo de animales”.
Así, las hormigas guerreras o legionarias –presentes en la mayoría de las zonas tropicales y subtropicales del planeta– se desplazan en grupos que oscilan entre las 10 000 y las 200 000 obreras adultas. Y pueden abarcar superficies de hasta 20 metros de ancho y 200 de largo.
Pero además de su carácter depredador, las hormigas guerreras destacan por carecer de hormigueros permanentes. Y es que una colonia de estos insectos se moviliza durante la mayor parte de su existencia.
Nómades y depredadoras son dos palabras que definen a la perfección a las hormigas guerreras, inmortalizadas en un clásico del cine llamado Cuando ruge la marabunta.
Insectos de hábitos nómades
Las hormigas son insectos eusociales que pertenecen al orden de los himenópteros. Hay unas 14 000 especies conocidas, pero se estima que existen unas 22 000. Y, tal como mencionamos, unas 200 de ellas se denominan guerreras.
Estas especies presentan dos fases de comportamiento: una estacionaria o sedentaria y otra nómade o errante. En la primera, que dura entre dos y tres semanas, disminuyen su actividad. Es el momento en que las larvas se transforman en pupas y en que la reina aumenta el tamaño de su zona abdominal, debido a la gran cantidad de huevos que produce.
Por su parte, en la fase nómade, las hormigas guerreras se movilizan durante el día –aunque algunas especies tienen actividad nocturna– en busca de alimento. En estas incursiones son acompañadas por pájaros que cazan a los insectos y pequeños vertebrados que huyen de la marabunta.
Conoce los nidos de las hormigas guerreras
Por las noches, las hormigas guerreras hacen sus nidos (vivac) en el momento y con sus propios cuerpos. Se trata en realidad de masas de hormigas muy bien organizadas que se ubican en troncos de árboles o en agujeros realizados por ellas mismas.
En este verdadero nido viviente, los ejemplares más jóvenes se ubican en el interior y los de más edad en la zona externa. El vivac cuenta con gran cantidad de pasajes y con cámaras donde se encuentran –además de los alimentos– la reina, las larvas y los huevos.
Ante cualquier perturbación, por más mínima que sea, las hormigas soldado se desplazan a la parte superior del nido para defenderlo con sus potentes mandíbulas y, en el caso de algunas especies, también con sus aguijones. Asimismo, suelen proteger sus rutas también con soldados.
Cómo cazan las hormigas legionarias
Las hormigas legionarias se alimentan principalmente de insectos. La marabunta puede llegar a consumir 100 000 de estos invertebrados cada día. Así, es fundamental el papel que desempeñan para controlar a la gran cantidad de estos animales que pueblan las selvas.
Pero también suelen atrapar arañas y pequeños vertebrados. Además, se pudo comprobar que, en ocasiones, se alimentan de huevos de tortuga. Y algunas especies trepan a los árboles en busca de nidos de aves.
Para cazar a sus presas, estas verdaderas legionarias utilizan, por lo general, un método conocido como enjambre. Es así que se separan de la masa central en diferentes caminos, como si fueran las raíces de un árbol. De esta manera, sus presas quedan atrapadas y les resulta casi imposible escapar.
También realizan incursiones en columnas. Así, algunos miembros del equipo se separan de la ruta principal y arman grupos de búsqueda. Pero de una u otra manera, es seguro que no querrás quedar en el camino de la marabunta.