Las marmosas, también conocidas como zarigüeyas ratón, son un grupo de marsupiales con una fama más que lamentable solo por su aspecto. No obstante, y a pesar de que su imagen no encaja perfectamente con los estándares de ternura de los humanos, se trata de animales de lo más interesantes.
Y, sobre todo, son seres pacíficos que rara vez supondrían un problema para nosotros si no las ponemos en una situación comprometida. En este espacio podrás conocerlas mejor, pues no hay mejor método para apreciar lo que la naturaleza acoge en su seno.
Taxonomía y características de las marmosas
Marmosa es como se llama al género que nos ocupa, que agrupa pequeños didelfimorfos de la familia Didelphidae. También se las conoce como zarigüeyas ratón. Al ser tan similares con otros géneros, las especies cambian de categoría taxonómica a menudo, por lo que conviene estar al tanto del debate científico.
Se trata de animales generalmente de tamaño pequeño, que no sobrepasan los 40 centímetros de longitud (incluyendo la cola). Poseen cola desnuda y prensil, pero carecen de marsupio, a diferencia de las zarigüeyas.
Aunque todas las especies tienen en común su hocico afilado, los dientes puntiagudos y los ojos grandes y negros, el pelaje varía en diferentes colores. Tan solo coinciden en que suelen clarear en zonas ventrales respecto al pelo del dorso.
Hábitat
Las distintas especies que constituyen el género Marmosa se encuentran a lo largo de Sudamérica y Centroamérica. La más norteña es la marmosa mexicana (Marmosa mexicana), que se encuentra en el norte del país que le da su nombre. Por otro lado, la marmosa común (Thylamys pusillus) se extiende hasta el límite norte de la Patagonia argentina.
El hábitat que ocupan depende en gran medida de la especie y sus adaptaciones. Así, es posible verlas en bosques tropicales, desiertos y zonas costeras. Al poder moverse tanto por las ramas de los árboles hasta suelos pantanosos, las marmosas son mamíferos realmente adaptables.
Alimentación de las marmosas
El estilo de alimentación de las marmosas es omnívoro y oportunista. Su dentadura no está nada especializada, lo que le impide desgarrar carne o abrir frutos con cáscara, pero sí dar grandes bocados.
Su dieta se basa especialmente en insectos como saltamontes y langostas, pero también incluye frutos dulces, como la banana y el mango. En ocasiones son capaces de atrapar pequeños roedores y lagartos, así como robar algún huevo de nidos sin vigilancia.
Comportamiento
En general se puede afirmar que son animales nocturnos y nómadas, si bien tienen períodos sedentarios. Las especies que viven en zonas menos arboladas tienen tendencia a ser más terrestres y cavar madrigueras. Por otro lado, las que habitan lugares boscosos son más arborícolas.
El medio en el que viven tiene un efecto importante sobre las costumbres de las marmosas, ya que su gran capacidad de adaptación hace que cada especie desarrolle hábitos específicos en función de los recursos disponibles.
Las marmosas son animales solitarios que solo se encuentran para procrear. En ocasiones es posible ver que territorios de machos y hembras se solapan, pero nunca es así para individuos del mismo sexo.
Reproducción de las marmosas
Las hembras son poliéstricas y entran en celo cada, aproximadamente, 23 días. No obstante, suelen parir solo dos o tres veces al año. La reproducción es sexual y vivípara.
El periodo de gestación depende de la especie, pero oscila alrededor de las 2 semanas. Suelen dar a luz a camadas grandes, de hasta 10 crías y con un mínimo de 5. A diferencia de las zarigüeyas, las marmosas no poseen bolsa marsupial, por lo que las crías se alimentan en las mamas que la hembra tiene en el abdomen.
La lactancia también es variable según qué especie se esté estudiando, por lo que el período va de los 2 meses hasta los 6. Cuando las crías no están mamando, van aferradas a la espalda de su madre, lo que da lugar a la conocida imagen de la madre cubierta de sus pequeñas.
Las especies de marmosa que cavan madrigueras suelen dejar allí a sus crías protegidas en algunas ocasiones.
En general, se trata de animales con una esperanza de vida corta, de unos 3 años. La madurez sexual, por tanto, se alcanza rápido, antes del año de vida. A partir del segundo año comienza a decaer la capacidad reproductiva.
Estado de conservación
Salvo algunas especies, como la marmosa guajira (Marmosa xerophila) y la marmosa lanuda pequeña (Marmosa phaea), las marmosas no están en peligro inminente de extinción. Estas dos mencionadas se encuentran en estado vulnerable (VU) y su población está decayendo debido a pérdida de su hábitat para la construcción de viviendas y zonas agrícolas.
Estos pequeños animales cuentan con increíbles adaptaciones, como el pulgar oponible, para sobrevivir prácticamente en cualquier lugar. Solo hace falta mirarlas un poco más de cerca, sin juicios, para apreciar la increíble obra de la naturaleza que son.
Bibliografía
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