Comportamiento de las jirafas

De todos los animales emblemáticos de la sabana, el comportamiento de las jirafas es el más misterioso. Aquí puedes conocer lo que se ha descubierto hasta ahora de ellas.

Una jirafa mira al horizonte.

Al ser animales tan icónicos en la cultura popular, cabría pensar que el comportamiento de las jirafas se ha estudiado en profundidad. No obstante, no se tiene una extensa bibliografía sobre ellas y, hasta hace poco, no habían casi estudios que ahondasen en su etología.

Si quieres conocer un poco mejor a estas gigantas, aquí puedes encontrar sus características más importantes y lo que se conoce hasta ahora de su conducta. Aunque vayan por detrás de otras especies a nivel de observación, no te lo pierdas, pues no dejan de ser animales fascinantes.

Características de las jirafas

En la actualidad se reconocen 4 especies de jirafas, todas pertenecientes al género Giraffa, clasificadas dentro de la familia Giraffidae y en el orden Artiodactyla. Estas especies son Giraffa camelopardalis, Giraffa reticulata, Giraffa giraffa y Giraffa tippelskirchi.

La jirafa es el mamífero más alto del mundo. Los machos miden alrededor de 5,7 metros y las hembras un poco menos, unos 4,5 metros. En cuanto al peso, los machos pueden llegar hasta casi las 2 toneladas de masa corporal, mientras que las hembras se quedan en unos 1200 kilogramos.

Las jirafas se distribuyen a lo largo del continente africano, en el que se las encuentra en poblaciones de número variable según los recursos disponibles. Concretamente, se pueden localizar desde el sur del Sahara hasta el este de Transvaal, Natal y el norte de Botswana.

Las jirafas han desaparecido de la mayor parte de África occidental, excepto una población residual en Níger.

Las jirafas se alimentan de hojas, flores, vainas y frutos, aunque su alimento principal son las hojas de acacia. Estos son árboles espinosos, pero los gruesos labios de este animal —junto con la espesa saliva y sus fuertes muelas— le permiten masticar sus hojas tranquilamente, sin pinchazos ni cortes.

Las jirafas son animales que duermen de pie.

Carácter de las jirafas

Son animales de carácter tranquilo y muy poco territoriales, ya que la escasez de depredadores y poder alimentarse de las copas de los árboles los libra de la mayor parte de los peligros de la sabana. Se tratan de mamíferos gregarios y diurnos, capaces de vivir en grupo sin grandes conflictos más allá de las peleas por el apareamiento de los machos.

Comunicación de las jirafas

En un principio se consideraba que era el único animal que no emitía ruido, pero posteriormente se comprobó que no era así: las jirafas se comunican entre sí mediante infrasonidos. Otras veces se puede escuchar cómo emiten gruñidos o vocalizaciones similares a silbidos.

Cuando una jirafa se alarma, gruñe o resopla para advertir a las otras. Las madres emiten un silbido característico para llamar a sus crías, pero si no las ven, pueden llegar a vocalizar a gran volumen, a lo que los infantes responden con sonidos semejantes a balidos.

La increíble altura de estos mamíferos no solo es útil para comer: pueden tener contacto visual unos con otros a grandes distancias y, por tanto, avisarse de posibles amenazas. Observar a otra jirafa en peligro a lo lejos le da tiempo a las demás para agruparse y defenderse.

Comportamiento de las jirafas

Como se decía más arriba, se necesita una mayor profundidad en los estudios etológicos sobre la jirafa, aunque existen muchos datos que dan una perspectiva general de su comportamiento. Más adelante, tienes un desglose de los diferentes aspectos de su conducta.

Comportamiento de las jirafas durante el día

Las jirafas presentan dos picos de actividad, uno durante la mañana y otro crepuscular, que coinciden con las horas en las que se alimentan. Los valles en su actividad ocurren durante la noche y en las horas centrales del día, en las que descansan y duermen pequeñas siestas —que no superan las 2 horas— sin llegar a tumbarse.

Las jirafas, como buenos rumiantes, invierten la mayor parte del día en alimentarse, dedicando entre 16 y 20 horas a seleccionar follaje, ramonear, masticar y rumiar. Otras conductas, como el desplazamiento, exploración y observación están relacionadas también con la alimentación, así como beber o lamer el suelo.

Comportamiento social

Las relaciones entre jirafas son descritas como aleatorias, temporales y dinámicas, aunque los vínculos materno-filiales son bastante estables. Al ser sociedades de fisión-fusión, se forman grupos temporales que pueden disolverse fácilmente.

Se cree que las relaciones parentales, reproductivas y de alimentación motivan la formación de grupos de jirafas, pero en el momento que desaparece la necesidad, la manada se disgrega.

Las hembras son más propensas a crear grupos sociales. Se han documentado relaciones a largo plazo entre madres e hijas, e incluso, entre hembras adultas emparentadas dentro de grupos de juveniles. Por el contrario, los machos son generalmente solitarios e independientes y las interacciones entre ellos suelen ser por competición.

No se aprecia ninguna clase de jerarquía o dominancia entre ejemplares dentro de los grupos. Se cree que las asociaciones entre hembras tienen la finalidad de asegurar la supervivencia de las más jóvenes y de las crías.

No son animales territoriales, ni siquiera con otras especies. Habitualmente se los puede ver en compañía de otros herbívoros como las cebras (Equus burchellii), impalas (Aepyceros camelus) y avestruces (Struthio camelus). Al no suponer competencia a la hora de alimentarse, no hay conflicto interespecie.

Comportamiento alimenticio

Como son animales tan grandes, tienen una alta demanda nutricional que cubrir, por lo que pueden llegar a consumir hasta 30 kilos diarios de materia vegetal. Además, prefieren plantas con hojas verdes, flores, brotes o frutos.

La rutina de alimentación en el comportamiento de las jirafas comienza con la exploración del terreno y la localización de las fuentes de alimento. Una vez las encuentran, se puede observar cómo ramonean de las ramas de los árboles y pacen de hierbas altas.

También se las puede ver lamiendo el suelo o incluso masticando huesos. Esto, aunque parezca extraño en un herbívoro, está relacionado con la búsqueda de sales minerales que complementen su dieta. En la naturaleza, todo comportamiento atípico tiene su significado.

Las jirafas no necesitan beber a menudo. Ya que la mayor parte de su hidratación proviene de la materia vegetal que consumen, pueden llegar a estar 2 o 3 días sin beber. No son capaces de agacharse para tomar agua, así que abren las piernas hasta que llegan con la cabeza al suelo.

Comportamiento estereotipado

Muchas de las investigaciones sobre el comportamiento de las jirafas se han hecho en cautiverio. En este ambiente, se ha observado que su forma de actuar no se diferencia demasiado de la que tienen en libertad, salvo por encontrarse más conductas afiliativas entre hembras, fruto de la imposibilidad para esparcirse en grandes extensiones de terreno.

Cuando la instalación de las jirafas no es adecuada, estas pueden desarrollar trastornos del comportamientoal igual que cualquier animal—. Lo más frecuente es encontrar estereotipias, conductas repetitivas que no tienen un objetivo y que acaban por perjudicar la salud del animal. Algunas de las más comunes en jirafas son las siguientes:

  • Tongue playing: es un movimiento de torsión de la lengua, parecido al que hacen cuando se alimentan, pero con la boca vacía.
  • Vacum chewing o masticar el vacío: como dice su nombre, es el movimiento de masticación fuera de la conducta de alimentación.
  • Mordisquearse el pelaje: es parecido a la conducta de acicalamiento o rascado, pero de forma continua, hasta el punto de crear lesiones en la piel o alopecias.
  • Paseo: se trata de un desplazamiento con un recorrido concreto e invariable que se repite continuamente.
  • Lamer objetos no comestibles: es una de las estereotipias más comunes en jirafas, en la que lamen de forma persistente objetos no alimenticios, como barrotes, postes de madera, muros o piedras.

Comportamiento de las jirafas durante la reproducción

Las jirafas son polígamas: tanto hembras como machos pueden reproducirse con distintas parejas. Además, las hembras son poliéstricas, por lo que pueden reproducirse en cualquier época del año. El comportamiento de las jirafas durante la reproducción puede dividirse en 4 etapas:

  • Aproximación: cuando las hembras entran en celo, los machos se acercan a ellas y lamen, frotan y mordisquean su cadera hasta que orinan. De esta forma, olfateando la orina, pueden saber si se encuentran en periodo reproductivo.
  • Demostración: el macho estira el cuello con la intención de impresionar a su pareja y se vuelve territorial con otros machos que se puedan acercar. También puede empujarla suavemente o lamerle la cola.
  • Persecución: si la hembra lo ignora, el macho empieza a perseguirla y a empujarla hasta que ella se muestra receptiva.
  • Cópula: si la hembra finalmente lo acepta, se aparean.

La gestación de la jirafa dura aproximadamente de 14 a 16 meses, dando a luz a una sola cría —o gemelos en casos excepcionales—. Cuando nacen, las madres ayudan a sus crías a ponerse de pie y lamen los restos de la placenta, estableciendo los primeros lazos materno-filiales.

Las madres son las encargadas del cuidado de las crías. Se observa en ocasiones que forman las llamadas guarderías, en las que una madre puede dejar a su hija al cargo de otras jirafas adultas para ir a alimentarse o beber. En estos espacios, varias adultas vigilan a un grupo de juveniles y se turnan para salir del grupo.

¿Qué es el necking?

El necking es un comportamiento documentado entre machos, en el que 2 ejemplares combaten usando sus cuellos como si de espadas se tratasen. Los encuentros pueden ser de baja o alta intensidad, desde leves empujones hasta golpes de gran violencia. Estos encuentros, aunque pongan los pelos de punta, no suelen causar lesiones graves.

Este tipo de comportamiento permite establecer una jerarquía entre machos por el derecho al apareamiento. También, curiosamente, se ha documentado cómo después de cada encuentro los machos comparten caricias, se cortejan e incluso se montan.

Comportamiento de las crías

La crías de jirafa, al nacer, caen desde 2 metros de altura. Aunque pueda parecer peligroso, a los 15 minutos están de pie y mamando. No se destetarán hasta los 12-16 meses.

Después de 3 o 4 semanas, las madres conducen a sus crías a grupos de guardería. Este es el tipo de vida que les aguarda hasta que alcancen la madurez, a los 3-4 años en el caso de las hembras y casi 5 en los machos. Tras esta etapa, las hembras suelen tender a quedarse en grupos y los machos se vuelven más solitarios y errantes.

La lengua de las jirafas es enorme.

Hay ciertas maravillas de la naturaleza que no se pueden perder. Tras demostrarse que las poblaciones de jirafas eran cada vez más pequeñas y fragmentadas, finalmente se les dio el estatus de especie vulnerable, pudiendo así poner en marcha proyectos de conservación. Por suerte, aún no está todo perdido para estas catedrales andantes.

Bibliografía

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