Comportamiento del guepardo

El comportamiento de los guepardos tiene algunas diferencias con otros grandes felinos que vale la pena conocer para asegurar su conservación. Aquí puedes conocerlas.
Comportamiento del guepardo
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 07 julio, 2021

Aunque son famosos por sus carreras explosivas, el comportamiento del guepardo no es menos interesante que el resto de sus características. Además, este mamífero presenta ciertas diferencias con otros grandes felinos con los que cohabita en la sabana.

Por otro lado, el estudio sobre su conducta y su biología se hacen cada vez más necesarios, pues es una especie abocada a la extinción y la reproducción en cautividad no está dando frutos. La caza para proteger al ganado y el mascotismo son las principales amenazas para este félido. Aquí te lo contamos todo sobre él.

Características del guepardo

El guepardo o chita (Acinonyx jubatus) es un mamífero placentario perteneciente a la familia Felidae. Es la única especie conocida del género Acinonyx y se trata del animal terrestre más rápido del mundo, pues logra alcanzar la friolera de 114 kilómetros/hora en apenas 10 segundos.

Por lo demás, se trata de un felino de tamaño mediano que mide 150-170 centímetros y puede pesar entre 35 y 60 kilos. Los machos son ligeramente más grandes que las hembras. Además, a día de hoy se mantiene que existen 4 subespecies distintas de este gran animal.

Su dieta es estrictamente carnívora y está compuesta por animales de tamaño medio, como gacelas o impalas. Aunque no tiene depredadores, sus principales competidores son las hienas, que aprovechan su cansancio después de la caza para robarle las presas.

La mayor parte de la población salvaje de guepardos —apenas 12 000 ejemplares— está distribuida en el este y sudoeste de África, en el parque Nacional del Serengueti. El hábitat principal del guepardo es la sabana, aunque también puede encontrarse en otros lugares abiertos, como grandes praderas.

Sus adaptaciones a la caza son realmente interesantes y se han estudiado para aplicarlas a la tecnología moderna. Te presentamos algunas cualidades de esta verdadera máquina de matar:

  • Optimización de oxígeno: los pulmones del guepardo son más grandes en comparación con los de otras especies, al igual que sus fosas nasales. Por si fuera poco, sus músculos también aprovechan mejor el oxígeno que les llega, permitiéndoles mantener la carrera explosiva durante más tiempo.
  • Sus uñas no son retráctiles: esto les permite un mejor agarre al suelo mientras corren y una mejor tracción, evitando resbalones en altas velocidades.
  • Son capaces de mantener la cabeza inmóvil durante la carrera: esto lo logran gracias a su oído interno, una adaptación relativamente moderna que amplía su sistema vestibular para mantener el equilibrio sin perder de vista a la presa.
El comportamiento del guepardo es letal.

Carácter del guepardo

Se trata de un animal menos agresivo que otros grandes felinos —salvando las distancias, claro está—. Es tímido en cuanto a las interacciones con humanos y se aleja de sus asentamientos, por lo que solo atacará al ganado en caso de extrema desnutrición. Tampoco se arriesga a robar las presas de otros animales.

Comunicación en el comportamiento del guepardo

Una buena parte de su comunicación se basa en el olfato. Con él, los guepardos son capaces de identificarse de forma individual a través de los marcajes con orina. Las feromonas que libera la hembra durante el estro también mandan señales a los machos de la zona para el apareamiento —evitando así que la ataquen cuando entra en su territorio—.

El guepardo no es capaz de rugir, pero sí tiene un repertorio de vocalizaciones basadas en gruñidos y ronroneos. El objetivo de las vocalizaciones suele ser advertir de un ataque o llamarse en la distancia.

Las hembras con prole tienen una llamada exclusiva para las crías cuando las pierde de vista o se alejan de la guarida. Curiosamente, esta llamada se asemeja al canto de un pájaro, detalle que se cree que sirve para no llamar la atención de otros depredadores de la zona.

Cuando los miembros de una coalición se separan, utilizan llamadas vocales para encontrarse. No obstante, es raro que se alejen unos de otros, pues se suelen mantener en estrecho contacto físico.

Comportamiento del guepardo

Los hábitos del guepardo son diurnos y solitarios. Sus picos de actividad son al amanecer, al atardecer y a horas centrales del día, cuando otros depredadores descansan y, por tanto, no les hacen la competencia.

Los machos tienden a ser más territoriales que las hembras y marcan el área que defienden con orina, heces y marcajes en árboles o tierra con sus garras. Tan solo abandonan su territorio para buscar hembras en periodo reproductivo.

Comportamiento social

Las hembras son puramente solitarias, a diferencia de los machos. Entre estos últimos se pueden dar varias situaciones:

  • Coaliciones familiares: normalmente son machos emparentados y jóvenes, que acaban de separarse de la madre y cooperan para cazar.
  • Coaliciones mixtas: en ocasiones, machos solitarios se unen a otros grupos ya formados sin estar emparentados con ellos. Suelen tratarse de guepardos ancianos o muy jóvenes.
  • Machos nómadas: estos felinos no pasan más de un par de días en cada territorio y no se suelen unir a ningún grupo de machos. Es común ver ejemplares ancianos con este comportamiento o adultos que no son aceptados en ninguna coalición.

Cuando se producen escaramuzas entre machos, normalmente gana el grupo más numeroso. Por otro lado, aceptar a un guepardo nuevo en una coalición familiar suele conllevar un proceso plagado de agresiones y tensiones, pero una vez es incluido en el grupo la unión suele ser de por vida.

Comportamiento reproductivo

Las hembras son polígamas y buscan varios machos por su zona. Su ciclo reproductivo es poliéstrico —más de un ciclo sexual por celo— y están receptivas durante 12 días en cada uno de ellos. Mientras ellas responden a las llamadas de los machos adentrándose en su territorio, estos tratan de proteger la zona para facilitarles el camino, enfrentándose a otros grupos.

No se han reportado rituales de cortejo en el comportamiento del guepardo. Normalmente, es el macho el que inicia la aproximación y la hembra le espera en pose de cópula.

Por otro lado, el cuidado parental lo realizan las hembras de forma exclusiva. Tras el nacimiento de las crías, la madre las mantiene en un lugar refugiado durante un periodo de 8 semanas, aunque suelen destetarse a los 6 semanas.

Los juveniles permanecen con sus madres hasta alcanzar los 15 a 17 meses de edad. Durante ese periodo, acompañan a su progenitora para aprender las técnicas de caza. De hecho, la hembra adulta caza presas y las lleva vivas ante sus prole para estimular su instinto cazador.

Comportamiento del guepardo en cautividad

En casos en los que se ha estudiado el comportamiento del guepardo privado de libertad, se ha observado una tendencia bastante alta a los trastornos de la conducta. Entre ellos, las estereotipias —movimientos repetitivos carentes de sentido— o las autolesiones son los más comunes.

Por otro lado, el comportamiento solitario de esta especie parece diluirse en cautividad. Se han conseguido mantener hembras —las más asociales— en la misma instalación sin conflictos mortales. Los machos han podido formar coaliciones más numerosas.

La reclusión también afecta a la reproducción, haciéndola casi imposible. Esto es un problema para los programas de cría en cautividad, pues parece ser que la falta de espacio anula el instinto reproductor de las hembras.

Técnicas de caza y alimentación

El comportamiento del guepardo en la caza es eficaz y premeditado. De hecho, su efectividad a la hora de matar a sus presas está en un 60 %, comparada con el 25 % de otras especies de grandes felinos.

El guepardo estudia de forma detenida el terreno antes de lanzarse a por su presa, ya que la explosividad de su carrera va en detrimento de su fuerza. Si no consigue alcanzar a su víctima, necesitará descansar durante unos 20 minutos antes de poder ponerse en pie, lo que le deja en una posición vulnerable.

Además, el guepardo escoge la táctica de caza en función del terreno y la situación, prefiriendo siempre lugares que le permitan acercarse lo máximo posible antes de lanzarse al ataque. Su súbita aparición provocará la desbandada de los rebaños de presas, permitiéndole saltar sobre el más cercano.

Si por el contrario el terreno es irregular o no le permite esconderse, el félido esperará a que algún ejemplar se separe del grupo para emboscarle. También puede forzar una carrera de fondo, más lenta, que haga moverse al grupo de presas mientras selecciona una en concreto que sea más fácil de atrapar.

Un guepardo corriendo.

Estos animales, maravillas de la ingeniería biológica que nunca terminan de sorprender, están en un estado de vulnerabilidad ante la extinción. Su población desciende cada año y no queda más remedio que protegerlos en su medio natural. Sin embargo, aún queda esperanza para ellos, pues cada vez son más las personas que se unen a la lucha por su conservación.


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