El comportamiento del jabalí salvaje

Pariente del cerdo, esta especie se caracteriza por su carácter dócil y pacífico, salvo que se vea amenazado

Jabalí: características

Los jabalíes son por naturaleza animales muy sociables, acostumbrados a convivir en manada. El comportamiento del jabalí salvaje se caracteriza por la unidad matriarcal. La manada suele hacer sus trayectos liderada por una o varias hembras adultas acompañadas de sus crías.

Al carecer de una buena visión, el jabalí tiene un sentido del oído y el olfato muy sensibles. Poseen la capacidad de reconocer un olor a más de 100 metros de distancia. Además, es considerado un animal muy inteligente, lo que le convierte en un gran reto para los cazadores.

La memoria es también una de sus virtudes: son capaces de recordar amenazas o situaciones de peligro. Estas virtudes aumentan su capacidad de adaptación y cambio ante el entorno.

Características físicas del jabalí salvaje

 El jabalí es pariente del cerdo doméstico y de ahí su parecido en la fisonomía. Al igual que el cerdo, el jabalí posee patas cortas y cuerpo rechoncho. Su peso varía de acuerdo a la especie y género, pero puede estar entre 60 y 120 kilogramos.

La característica más predominante de este animal son los colmillos que sobresalen de su hocico; estos caninos son de crecimiento continuo y, demás, se mantienen afilados entre sí, por el movimiento de abrir y cerrar la boca.

Comportamiento del jabalí

Posee un pelaje grueso que en edad temprana es oscuro; en verano puede ser más rojizo, mientras que acostumbra a oscurecer en época de invierno. Una vez al año muda su pelo, a excepción de las hembras con crías que tardan más tiempo.

El comportamiento del jabalí salvaje

Los jabalíes se trasladan y conviven en manadas integradas por hembras y machos jóvenes. Por lo general, los machos menores de dos años se mantienen en la periferia de la manada, mientras que los mayores son más solitarios.

El jabalí es un animal nocturno que durante el día permanece en su refugio. Su recorrido comienza al atardecer y se extiende hasta la noche. Es capaz de recorrer de 2 a 14 kilómetros por caminata, casi siempre por el mismo sendero.

En época de apareamiento, los machos se dedican exclusivamente a encontrar una hembra en celo. Abandonan su vida solitaria para unirse a una manada hasta la monta de la hembra; algunas veces esto implica luchar con otros jabalíes para conseguirlo.

Hábitos del jabalí salvaje

La alimentación del jabalí salvaje es principalmente omnívora; su dieta incluye cereales, semillas y raíces, aunque también varios tipos de proteínas provenientes de carroñas, huevos y gusanos, entre otros.

Hábitos del jabalí

Por lo general, la comida es determinante en el estableciendo de una manada. Acostumbran a construir sus refugios a ras de la tierra o, en su defecto, un poco más abajo cavando huecos con sus patas y colmillos.

El aseo representa una actividad importante en su rutina, ya que carecen de glándulas sudoríparas. La forma en la que regula su temperatura corporal es a través de baños de lodo; este hábito le permite, además, liberar su piel de parásitos.

Las hembras son sexualmente activas desde el primer año de vida. El período de gestación dura unos tres meses aproximadamente; la camada puede ser de tres a seis jabatos y depende de la edad de la madre. En el momento del parto, las hembras se alejan de la manada y buscan refugio a pie de los árboles.

Señales sobre el comportamiento del jabalí salvaje

 Existen algunas señales que acompañan al comportamiento del jabalí salvaje en su hábitat natural:

  • La crin. Poseen una crin que recorre su lomo hasta la frente. Una manera sencilla de saber si el animal está encolerizado es cuando se eriza la crin.
  • Los sonidos. Es capaz de reproducir varios sonidos para comunicarse. En caso de peligro, suele emitir un resoplido largo para alertar a sus compañeros, mientras que el gruñido anuncia la huida.
  • Los sonidos también pueden diferenciar una manada de otra, lo que sería una especie de señal de identidad de la manada.
  • La astucia. Debido a su gran memoria, son capaces de recordar las trampas que se les ponen. Una forma de ahuyentarlos es haciendo uso de olores fuertes como petróleo y orina.
  • El carácter. Los jabalíes poseen un carácter dócil, y a menos que se sientan amenazados no intentarán atacar a quien interfiera en su camino. Las hembras pueden ser más celosas por la presencia de sus crías.
Bibliografía

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  • Martínez, J., Sanuy, D & Cervantes, J. (1976). Notas sobre comportamiento de jabalíes. Miscelánea Zoológica, vol. III, 243-250.
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