Quizás creas que una colmena de abejas solo puede estar en el campo, pero cada vez son más las familias que apuestan por la apicultura urbana. ¿Te gustaría generar tu propia miel y ayudar al medio ambiente criando polinizadores? En este artículo te contamos cómo.
La importancia de una colmena de abejas
Antes de nada, sería bueno saber por qué motivos muchas personas deciden dedicarse a la apicultura, ya sea urbana o rural. Las abejas son insectos muy importantes para el ecosistema, ya que su principal tarea es polinizar las flores que visitan.
Sin las abejas, las personas no tendríamos alimentos… Solo el 10 % de las plantas a nivel mundial se polinizan sin la ayuda de estos y otros insectos. Además, producen miel, que se puede usar para la cocina y para curar enfermedades.
La apicultura urbana está sumando cada vez más adeptos en todo el mundo, sobre todo en las grandes ciudades. Tener una colmena de abejas en la azotea es mucho más común de lo que crees, sobre todo después de que esta práctica haya sido legalizada en varios países.
Primeros pasos para tener una colmena de abejas
La miel urbana suele ser de excelente calidad, a diferencia de lo que se cree. Además, las abejas ayudan a polinizar los jardines cercanos y no son peligrosas para las personas: solo pican cuando sienten un peligro muy fuerte.
Es bueno saber que una abeja cuando pica muere, debido a que se desprende el aguijón y, con él, parte de su cuerpo. Por eso, a diferencia de las avispas, que pueden picar varias veces, deben tener una gran necesidad de atacar para hacerlo.
Criar abejas no es una actividad muy costosa, ya que casi podría decirse que se cuidan solas. La colmena es un sistema completamente eficiente, donde cada ejemplar sabe qué debe hacer.
La instalación de colmenas en la ciudad debe realizarse sí o sí en un espacio abierto, como una terraza, un parque o un balcón grande tras asegurarse de que en nuestra ciudad está permitida la práctica de apicultura urbana.
El mejor sitio para la colmena es cerca de un parque o una zona verde, para que puedan buscar polen sin volar demasiados kilómetros.
Antes de colocar la colmena de abejas asegúrate de tener todo el equipo necesario. Existe un protector de pies a cabeza que evita las posibles picaduras que se producen cuando abrimos el panal o extraemos la miel. Si no quieres comprar todo el traje, puedes usar el sombrero con velo, un par de guantes gruesos, una chaqueta cerrada, pantalones vaqueros y zapatos cerrados.
Para poder abrir la colmena primero tendrás que emular fuego en su interior. ¿Cómo se logra? Con un cilindro especial con fuelles que solo genera humo. Las abejas se calmarán y podrás trabajar mejor.
Puedes comprar un enjambre o núcleo a un productor especializado –mayormente en el campo– o atrapar un enjambre silvestre. Esto último es un poco más difícil, pero suelen ser los más trabajadores. Asegúrate de que la reina está presente: es la única diferente a las demás. El traslado, en cualquier caso, deberá hacerse por la noche, cuando todas habrán regresado a la colmena.
Una vez que las abejas se encuentren en su nuevo hogar, solo tendrás que monitorearlas una vez por semana como máximo. Fíjate en cuánta miel han producido, si hay huevos y qué cambios se notan en los cuadros (rectángulos donde trabajan las abejas).
Deja miel para el consumo de las abejas y el resto lo puedes cosechar para utilizar en casa o regalar a tus amigos y familiares.
Igualmente, te recomendamos que antes de tener una colmena de abejas realices algún curso o taller dictado por un profesional. No hace falta ir al campo, pues muchos dictan clases en las ciudades o incluso por internet a través de vídeos.
Bibliografía
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Echazarreta González, C. M. (2005). Apicultura y producción de miel. El Estado.