Con la llegada del verano, se vuelve fundamental poner especial atención a la temperatura del agua de las peceras, para así evitar que se sobrecalienten. A continuación, veremos cómo enfriar tu acuario para prevenir riesgos asociados a las altas temperaturas.
¿Por qué es fundamental enfriar tu acuario durante el verano?
La necesidad de prevenirse en verano puede llegar a parecer evidente, pero muchos cuidadores se olvidan de que los peces también pueden sufrir –¡y mucho!– con las altas temperaturas. No solo por el calor que deben enfrentar al estar encerrados en un recipiente de vidrio, sino también por la reducción de la calidad del agua.
Cuando el agua del acuario empieza a calentarse, el ambiente se vuelve más propicio para la proliferación de algas y microorganismos patógenos. Por otro lado, el calor acelera la evaporación, lo que hace que los gases disueltos en el agua se reduzcan rápidamente.
Las consecuencias de evaporación y calor llevan a una significativa reducción de la cantidad de oxígeno disponible en el acuario, además de volver el agua insalubre. En consecuencia, los peces tendrán dificultad para respirar y quedarán más vulnerables a desarrollar enfermedades.
Por ello, es esencial garantizar que el agua de tu acuario mantenga temperaturas óptimas entre 23 ºC y 27 ºC, siempre considerando las necesidades especificas de las especies que viven en la pecera. Pero, ¿cómo lograrlo?
Consejos para enfriar el agua de tu acuario en verano
Realmente, no hay tantos métodos para enfriar el agua de tu acuario en verano, como sí existen para calentarla en invierno. Y los pocos sistemas de refrigeración comerciales para peceras suelen ser realmente costosos.
A continuación, veremos algunos consejos muy útiles para mantener la temperatura del acuario en verano:
1. Las soluciones caseras pueden ayudar, pero cuidado con métodos peligrosos
Muchas personas se inclinan por métodos caseros para ayudar en la manutención del acuario en verano. La instalación de pequeños ventiladores en el borde del acuario es uno de los ‘trucos’ más empleados; pero el aire que toca la superficie del agua debe siempre salir despedido hacia afuera.
Este método permite la renovación del aire y evita que las masas calientes se acumulen en la superficie. En consecuencia, se logra reducir la temperatura en el interior del acuario y se previene la falta de oxígeno provocada por el fenómeno de la evaporación.
No obstante, es importantísimo saber diferenciar soluciones caseras inteligentes de algunos métodos peligrosos. Por ejemplo, jamás se debe adicionar hielo al agua de tu acuario; el cambio brusco de temperatura podría provocar un shock y llevar al fallecimiento de tus peces.
2. Cambiar el agua de tu acuario es un proceso, ten paciencia
Uno de los errores más frecuentes en el mantenimiento de un acuario en verano es cambiar el agua de una sola vez. En los días más cálidos, inevitablemente el agua en el interior de la pecera estará más caliente que el agua natural.
Si cambiamos toda el agua de una sola vez, corremos el mismo riesgo que el de adicionar hielo al acuario. O sea, ello podrá provocar que los peces sufran un shock y fallezcan a consecuencia del brusco cambio de temperatura de su ambiente. Por ello, recuerda cambiar el agua de tu pecera siempre de forma gradual.
3. Optimiza la oxigenación de tu pecera
Para los que viven en regiones muy calurosas, suele ser indispensable mejorar la oxigenación del acuario en verano. La mejor manera de lograrlo es instalando un compresor de aire, que mejorará el flujo del agua en el interior del acuario; lo que garantizará que siempre haya oxígeno disponible para los peces.
En caso de que tu decisión sea la de instalar un compresor con varias salidas, te aconsejamos también colocar más piedras difusoras –porosas– en tu pecera para mejorar la distribución del oxígeno.
4. Disminuye la incidencia de luz para enfriar tu acuario
La alta incidencia de luz ayuda a elevar la temperatura del agua de tu pecera. Por ello, es fundamental reducir la cantidad de horas de luz que aportamos diariamente al acuario en verano. El límite máximo recomendable es de cinco horas diarias de incidencia solar o luminosidad artificial.
También se aconseja girar suavemente el foco de la luz para disminuir la intensidad de incidencia sobre el acuario. No obstante, si la temperatura se encuentra alrededor de los 25 ºC, esta medida es innecesaria.