Cobra real: características, alimentación y curiosidades

Las cobras reales son utilizadas a menudo por los encantadores de serpientes. Estas prácticas suelen ser éticamente dudosas desde el punto de vista del maltrato animal.
Cobra real: características, alimentación y curiosidades
Francisco Morata Carramolino

Escrito y verificado por el biólogo Francisco Morata Carramolino.

Última actualización: 12 abril, 2021

La cobra real (Ophiophagus hannah) es uno de los representantes más característicos e impresionantes de la familia Elapidae, un taxón de serpientes venosas y potencialmente peligrosas que incluye a las mambas, cobras y serpientes marinas.

Esta especie es la serpiente venenosa más larga del mundo. Aunque su veneno no sea el más potente por sí mismo, las grandes dosis que es capaz de inocular la convierten en una de las serpientes más peligrosas. Por suerte, es generalmente tímida y no atacará si no es molestada. Sigue leyendo si quieres aprender más sobre este reptil tan bello como intimidante.

Características físicas de la cobra real

El aspecto más destacable de esta serpiente es, por supuesto, su enorme tamaño. Aunque su longitud media está entre los 3 y 4 metros, algunos ejemplares pueden alcanzar los 5 metros y medio. Esto la convierte en la serpiente venenosa más grande del mundo.

Cuando son adultas, su color suele ser negro, marrón, verde o amarillo. Generalmente, las cobras reales son más oscuras por la parte dorsal que por la ventral y pueden presentar algún patrón rayado o ser sólidas. Los patrones y colores más impresionantes están situados en la «capucha» que despliegan cuando se sienten amenazadas.

El cuerpo de estas serpientes es bastante robusto. La cabeza es grande, ancha y cuenta con 2 grandes ojos, que le dan una mirada severa e intensa. Su dentición es proteroglifa: los colmillos curvados que inoculan el veneno no son muy grandes, están en la mandíbula superior y no son móviles.

Una cobra real erguida.

Hábitat y rango de distribución

Esta serpiente está ampliamente distribuida por el sur y sureste de Asia. Algunos de los países en que está presente son China, India, Tailandia, Indonesia y Filipinas.

Dentro de esta distribución, la cobra real habita principalmente en bosques no perturbados, aunque también puede aparecer en ecosistemas boscosos degradados, manglares o zonas agrícolas que conserven formaciones boscosas.

Debido a la gran dependencia que tiene esta especie por los bosques no degradados, su población podría disminuido considerablemente en las últimas décadas. Hoy en día, esta serpiente es considerada poco abundante y muy difícil de encontrar en casi todo su rango.

Ecología de la cobra real

Uno de los aspectos más llamativos de este reptil diurno es su dieta, que puede deducirse de su nombre científico. La cobra real se alimenta principalmente de otras serpientes, tanto venenosas como inocuas. También puede consumir otros reptiles, huevos y pequeños mamíferos.

Para ello, estas serpientes utilizan un veneno neurotóxico que afecta a los centros respiratorios del cerebro. Esto puede causar paradas respiratorias y fallos cardíacos. Aunque el veneno por sí mismo no es excesivamente potente, la cantidad que son capaces de inocular de una sola vez podría llegar a matar a 20 personas.

Por suerte —y como ocurre también con el resto de serpientes— las cobras reales no son agresivas por naturaleza. A menos que sean perturbados o acorralados, estos animales intentan evitar a los humanos, escapar o pasar desapercibidos.

Además, estos elápidos exhiben claramente sus intenciones antes de atacar. Al sentirse amenazadas, las serpientes yerguen la parte anterior de su cuerpo, despliegan su capucha y emiten bufidos sonoros. Si se ignoran estas señales, hay riesgo de mordida.

Hay una excepción que debe tenerse en cuenta. Las hembras de esta especie construyen nidos para sus huevos, que defienden ferozmente. Si una persona o animal se acerca demasiado a un nido, la hembra puede llegar a atacar sin provocación.

La reproducción tiene lugar entre enero y abril. Tras ella, las hembras ponen entre 20 y 40 huevos, que son incubados durante la primavera y el verano. Los juveniles eclosionan en otoño. Desde el nacimiento, son independientes, capaces de defenderse y morder.

Estado de conservación

Aunque Ophiophagus hannah tiene un rango de distribución muy amplio, es poco abundante en la mayoría de su territorio. Su situación es algo desconocida, pero se estima que ha podido sufrir reducciones locales de hasta el 80 % en la última década.

La población total de la especiepodría haber disminuido más de un 30 % en las últimas 3 generaciones. Por lo tanto, está clasificada como vulnerable por la IUCN. Asimismo, está incluida en el acuerdo CITES y cuenta con varias protecciones locales.

Una de las amenazas más importantes para esta especie es la destrucción de sus hábitats forestales, ya sea por la tala de árboles para la industria maderera o por la expansión de la agricultura. La deforestación es especialmente alta en el sudeste de Asia, donde afecta a estas serpientes y a sus presas.

Otro gran problema es la sobreexplotación de este animal. La cobra real es cazada como alimento, para conseguir su piel, como mascota exótica y para su uso en la pseudomedicina tradicional asiática.

A pesar de que este animal suela evitar a los humanos, también sufre un gran nivel de persecución y muerte. Está mal considerada localmente por ser una serpiente venenosa de gran tamaño.

Una cobra real mira a cámara.

Este animal es único y realmente impresionante. Como ocurre con muchos otros reptiles, su conservación requiere implementar programas de educación que mejoren la opinión social sobre la cobra. También es necesario mejorar el conocimiento científico de la especie y establecer áreas boscosas protegidas.


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