Características del walaró oriental

A pesar de su curioso nombre, el marsupial al que nos referimos es común en toda Australia: descubre al walaró oriental
Características del walaró oriental
Alejandro Rodríguez

Escrito y verificado por el biotecnólogo Alejandro Rodríguez.

Última actualización: 16 julio, 2019

El continente australiano es famoso, entre otras cosas, por sus marsupiales. Y, entre todos ellos, quizá el animal del que hablamos sea uno de los más ilustres y representativos: el walaró oriental. Si no te suena su nombre y quieres descubrir más, sigue leyendo lo que viene a continuación.

¿Qué animal es el walaró oriental?

Como habrás descubierto ojeando las imágenes, el walaró no es ni más ni menos que un canguro, pero quizá el mas común de todos los que se tiene constancia. Esta especie pertenece a un grupo de animales muy especial: los marsupiales.

El rasgo más distintivo de todos los marsupiales es la presencia del marsupio, la bolsa epidérmica que envuelve a las mamas y donde las crías terminan de desarrollarse. Dentro de los marsupiales, los denominados ‘canguros’ se engloban en la familia de los macropódidos. Este grupo de mamíferos se caracteriza por su dieta herbívora estricta y su peculiar forma de desplazarse a saltos.

En lo que respecta al walaró oriental –o walaró común– se puede afirmar entonces que es un mamífero marsupial de la familia de los macropódidos y con el nombre científico de Macropus robustusEl género Macropus es amplio, ya que incluye hasta 14 especies distintas.

Walaró común

Características generales

Dentro de los canguros, el walaró oriental podría considerarse como el más imponente. Su cuerpo es robusto y musculoso, y destaca su pecho de gran anchura y la postura a dos patas, generalmente más erguida que la de otras especies. Su pelaje suele ser rojizo o parduzco, con algunas zonas más negras.

El walaró es una de esas especies animales con dimorfismo sexual, de manera que existen diferencias fisiológicas entre el macho y la hembra. En este caso, el tamaño de las hembras suele ser ligeramente menor.

Las patas anteriores, que usan para desplazarse, son cortas pero anchas y muy desarrolladas. Las extremidades posteriores terminan en unas manos que apuntan hacia adelante. En su hocico, desprovisto de pelo, destaca una almohadilla nasal grande y de color negro.

El walaró oriental es un animal de hábitos nocturnos. Cuando el calor sofocante de las áridas llanuras donde viven está en su punto máximo, estos marsupiales prefieren buscar una sombra y descansar. Al caer la noche, se dedican principalmente a buscar pastos para alimentarse.

Reproducción y conservación del walaró oriental

Un dato curioso con respecto al walaró es que no existe una época de apareamiento como tal, dado que las hembras son capaces de gestar y dar a luz en cualquier momento, siempre y cuando la bolsa marsupial no esté ocupada por otro juvenil. Para ganarse el derecho a aparearse, los machos se enzarzan en combates, que acaban cuando uno de ellos se da por vencido y abandona la pelea.

Macropus robustus

De esta manera, un ejemplar macho de walaró puede aparearse con varias hembras. El periodo de gestación dura entre 30 y 38 días, tras los cuales la cría se alojará en el marsupio. Allí pasará los siguientes seis meses y, a partir de entonces, empezará a pasar la mayor parte del tiempo en tierra firme.

Un walaró oriental alcanza su madurez entre los 18 y 20 meses en el caso de los machos, mientras que las hembras son consideradas adultas entre los 14 y los 24 meses.

Debido a su alto número y su extenso hábitat, el walaró oriental no se encuentra bajo amenaza en términos de conservación. La UICN cataloga esta especie con el sello de ‘preocupación menor’. Desgraciadamente, algunas subespecies del género Macropus –localizadas en islas– están empezando a desaparecer.


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  • Janke, A., Xu, X., & Arnason, U. (1997). The complete mitochondrial genome of the wallaroo (Macropus robustus) and the phylogenetic relationship among Monotremata, Marsupialia, and Eutheria. Proceedings of the National Academy of Sciences94(4), 1276-1281.

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