La capacidad de aclimatación de los animales y cómo influye en la elección del ganadero

Una buena relación entre los animales y las condiciones del ambiente en el que se desenvuelven reportará mayor probabilidad de éxito a la hora de desarrollar cualquier actividad ganadera.
La capacidad de aclimatación de los animales y cómo influye en la elección del ganadero
Érica Terrón González

Escrito y verificado por la veterinaria Érica Terrón González.

Última actualización: 03 febrero, 2021

Para comprender el por qué de la necesidad de aclimatación de los animales, no hay más que poner un ejemplo práctico: una raza de vacuno originaria de la India se adaptará con mayor facilidad a un clima cálido que las razas continentales de Europa templada. Los animales, para estar en plenas condiciones, necesitan alcanzar lo que se conoce como equilibrio térmico.

Con esta idea clara, los ganaderos analizan las características climáticas de su zona y, en consecuencia, eligen una u otra raza para criar. Un animal que no sufre estrés térmico es más probable que permanezca sano y en bienestar, algo que espera todo ganadero responsable.

La capacidad de aclimatación de los animales

Los animales vertebrados se clasifican, en función de su capacidad de termorregulación, en 2 grandes categorías. Te las mostramos a continuación.

Poiquilotermos o animales de sangre fría

Estos son los anfibios, los reptiles y los peces, cuya temperatura corporal es variable y depende de las condiciones climáticas ambientales. En definitiva, estos seres vivos carecen de mecanismos termorreguladores.

Homeotermos o animales de sangre caliente

La mayoría de animales domésticos se encuentran en este grupo, ya que disponen de un sistema de termorregulación eficiente. Este sistema es bastante complejo, sobre todo en los mamíferos, que disponen de numerosos mecanismos de regulación.

Algunos de estos mecanismos son físicos —como la vasodilatación o el sudor— y otros químicos —como la variación de las hormonas y el metabolismo—.

La aclimatación de los animales depende del ambiente.

Termorregulación: producción y disipación del calor corporal

En ambientes cálidos, es necesario que los animales puedan eliminar el calor corporal, tanto el producido en su interior como el que reciben del ambiente. De lo contrario, su temperatura aumentaría sin límite y acabaría siendo mortal.

Para evitarlo, los seres vivos deben conseguir un equilibrio térmico, es decir, aquel en que el calor producido y el disipado son equivalentes. Un animal produce calor de varias formas:

  • En primer lugar, porque lo adquiere del exterior, debido a la radiación solar o a las altas temperaturas exteriores.
  • En segundo lugar, porque lo produce su organismo, a través del metabolismo basal, la digestión, la actividad muscular y otras muchos procesos metabólicos.

Para disipar este calor almacenado, el animal utiliza distintos mecanismos de evaporación, radiación, convección o conducción. Las 4 vías son efectivas en la medida que la temperatura ambiental sea lo suficientemente baja.

Por eso, cuando la temperatura ambiente supera a la corporal, empiezan a fallar los mecanismos termorreguladores. Un animal que no está aclimatado al ambiente no es capaz de aguantar esto.

Aclimatación de los animales: aplicación al ganado vacuno

La energía proveniente de la radiación solar es retenida por los animales. En algunos casos, esta iguala o supera al gasto de energía producido por el metabolismo basal. Muchos factores influyen en esta retención del calor en la especie bovina.

Por ejemplo, las vacas de capa oscura retienen mucha más energía que las de capa clara. De ahí que, en climas tropicales y subtropicales, húmedos y cálidos, las razas de color claro y brillante sean las más apropiadas. Por el contrario, a grandes altitudes una capa oscura es mejor, ya que la temperatura es menor y se necesita retener todo el calor posible.

El ganado vacuno adaptado a los desiertos tendrá más claro el pelaje del abdomen y sus extremidades serán más largas. Así, su cuerpo quedará lo mas protegido posible del calor del suelo.

Efecto del pelaje en la eliminación del calor

A grandes rasgos, hay 2 tipos de pelo en las vacas:

  • El pelo corto, que está formado por folículos pilosos primarios que poseen glándulas sudoríparas asociadas. Estas formaciones excretan un mayor volumen de agua a través del sudor y, con él, la temperatura «sobrante». Este es el pelaje propio de las razas aclimatadas a los ambientes cálidos.
  • El pelo largo, lanoso, formado por folículos primarios y secundarios, con menos glándulas sudoríparas o de menor tamaño. Es el pelaje propio del ganado continental. Este pelaje crea una capa aislante entre la piel y el medio exterior,  con la que retiene humedad y temperatura. Ideal para los climas fríos; letal en los climas cálidos.

La importancia de la sudoración para la aclimatación de los animales

Las glándulas sudoríparas juegan un papel fundamental en la disipación del calor. Influye tanto su cantidad, como su ubicación y tipo. Por ejemplo, el sudor resulta ser la forma más común de termorregulación mediante evaporación en las vacas. Más aún que el jadeo, utilizado en mayor medida por otros animales domésticos.

El tipo de piel de un animal es el que condiciona el número de glándulas sudoríparas. Más importante quizá que la cantidad es que estas se localicen más cerca de la superficie, cosa que, por ejemplo, el cebú, consigue.

Tamaño de la vaca y conformación

Los animales adaptados a zonas cálidas poseen un cuerpo mucho más fino, con mayor distancia entre la cruz y el esternón, y el vientre elevado. Esta conformación se adecua con mayor facilidad a las altas temperaturas porque presenta una mayor superficie corporal. De esta manera, los animales son capaces de disipar más calor.

Vacas pastando en el campo.

La capacidad de aclimatación de los animales y cómo influye en la elección del ganadero

Gracias a la información recopilada, se puede apreciar como un ganadero con visión de futuro deberá tomar en cuenta muchos factores a la hora de elegir a su ganado en base a su localización geográfica.

Tanto el tamaño del animal, como su conformación, el largo de su pelo o el color del mismo, van a influir en su capacidad de termorregular. Solo un animal capaz de lograr el equilibrio térmico sobrevivirá en climas de temperaturas extremas.


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