El ruiseñor es un ave migratoria autóctona de los bosques de Europa y Asia, cuyo canto muestra numerosas tonalidades. Son muy queridos en el continente americano, donde también son conocidos como ‘corochiré’, un nombre de origen folclórico.
Popularmente, se dice que el canto del ruiseñor anuncia la llegada de la primavera, y es un símbolo de amor y optimismo entre las personas; su canto suele ser sinónimo de alegría.
El ruiseñor: características físicas y taxonomía
Los ruiseñores, cuyo nombre científico es Luscinia megarhynchos, son aves paseriformes pertenecientes a la familia Muscicapidae. Adoptan hábitos migratorios y mantienen una alimentación omnívora, mayormente insectívora.
El aspecto de estas aves resulta muy humilde en comparación a su potencia vocal. Son pájaros pequeños, cuyo cuerpo puede medir entre 15 y 17 centímetros de longitud total.
En su plumaje, predominan mayormente discretas tonalidades pardas y marrones, con leves sombras rojizas. Su pecho muestra un tono más grisáceo, con matices rojizos o blancos.
No obstante, los ruiseñores jóvenes suelen distinguirse de las aves adultas por su plumaje mayormente rojizo, con extremidades más apagadas. Además, en la zona inferior de sus pequeños cuerpos predomina el color blanco o gris.
El pico de un ruiseñor es igualmente discreto. Pequeño, agudo, con color pardo oscuro en la mandíbula superior y algo más claro en la parte inferior. Sus patas y pies presentan una tonalidad clara y suave, similar al llamado ‘color carne’.
Dimorfismo sexual en los ruiseñores
Respecto al dimorfismo sexual, el ruiseñor es una de las aves con menor diferencia morfológica entre machos y hembras. Ambos sexos poseen plumajes muy parecidos y tamaños similares. Sin embargo, las hembras suelen mostrar colores más apagados en su cola.
Cuando analizamos el canto del ruiseñor, identificamos que los machos registran una emisión más potente y diversa que las hembras. No obstante, ambos sexos son capaces de emitir melodías complejas.
La riqueza musical del canto del ruiseñor
A pesar de su modesta apariencia, el canto del ruiseñor revela una notable delicadeza y gran potencia. En su emisión vocal predominan los sonidos alegres y vivaces, combinados con un silbido fuerte y algunos barboteos.
Estas pequeñas aves conservan hábitos distintos a las demás y cantan no solo al amanecer y al atardecer, sino también durante la noche, aunque sea en la oscuridad.
Los especialistas apuntan dos principales variables en el canto de estas aves. Durante el cortejo, los ruiseñores registran emisiones más fuertes y sonoras, principalmente en los amaneceres y atardeceres de la primavera. Su canto está dedicado principalmente a atraer a las hembras, pero también puede aparecer como un desafío a los otros machos.
Después de aparearse, los ruiseñores suelen mostrar un canto suave, menos vigoroso, pero más constante. Normalmente, estas emisiones aparecen cuando el verano ya está cerca, que marca el fin de la primavera. En este periodo, podemos apreciar la enorme riqueza musical que revela las infinitas melodías del canto del ruiseñor.
Curiosidades sobre el canto del ruiseñor
En América Latina, principalmente en las regiones misioneras de Argentina y Paraguay, el canto del ruiseñor es parte fundamental del folclore nacional. Sus emisiones están tan presentes en los campos, que muchos poetas y cantantes adoptan este pájaro como fuente de inspiración. En muchas ocasiones, vemos el ruiseñor siendo homenajeado en sus versos y canciones.
Otro dato interesante sobre el canto del ruiseñor es que las melodías son transmitidas entre generaciones. Cada ruiseñor enseña a sus polluelos las melodías que sus padres le transmitieron cuando todavía se preparaban para cantar. Por ello, el canto de estas aves suele ser considerado una bella herencia familiar y un patrimonio natural.
Fáciles de escuchar, pero difíciles de observar
Si queremos escuchar el canto del ruiseñor, podemos acudir a nuestros campos durante la primavera. Ponerse bajo un árbol y disfrutar de sus melodías al atardecer, es una hermosa experiencia para despedir el frío del invierno. Pero verlos resulta una misión verdaderamente desafiante hasta para los fotógrafos expertos en aves silvestres.
Los ruiseñores son aves vivaces y que siempre están alerta, por lo que escapan fácilmente si perciben cualquier estímulo extraño en su ambiente. Utilizan su canto no solo para atraer a las hembras, sino también para comunicar sensaciones y amenazas a su comunidad.
Estos pequeños cantantes suelen ocultarse entre las hojas de los arboles más frondosos, donde saltan rápidamente de rama en rama. Al notar la presencia de cualquier posible depredador, levantan vuelo con rapidez. Por ello, nuestra presencia debe ser discreta y respetuosa para disfrutar de sus melodías sin ahuyentarlos.