Camello bactriano: alimentación y hábitat

El camello bactriano, conocido científicamente como Camelus bactrianus, es originario de Bactriana y se caracteriza por su resistencia a climas extremos, y es que puede sobrevivir largos períodos sin beber ni ingerir alimento.

La antiguamente denominada Bactriana fue un territorio con soberanía griega, comprendido entre las cordilleras del Hindu Kush y el río Amu Daria, y de donde se cree que hace ya más de 2500 años surgió y se domesticó el camello bactriano.

La morfología de este animal destaca en cuanto a la presencia de dos prominentes jorobas dorsales, que junto con su denso pelaje y su constitución robusta le otorgan la capacidad de tolerar temperaturas límite.

Alimentación del camello bactriano

Esta especie mantiene una dieta herbívora que incluye gran diversidad de vegetales. Sin embargo, cuando las condiciones climáticas son drásticas y los recursos escasean, puede comer carne, huesos y, en general, todo tipo de materia que le aporte nutrientes. Esta capacidad de adaptación es clave en cuanto a su supervivencia en ambientes que se definen tanto por su disparidad como por su crudeza.

Al igual que otros camellos, es rumiante. Es decir, una vez ingerido el alimento y pasar al estómago, es regurgitado para ser masticado de nuevo y completar así el proceso de digestión. La mayor parte de la grasa la acumulan en sus dos jorobas, que actúan a modo de reservorio energético en momentos de desabastecimiento.

En lo que a hidratación respecta, el camello bactriano puede llegar a beber unos 200 litros de agua en un día y compensar así temporadas de sequía en las que puede aguantar hasta 10 días sin ingerir ningún líquido.

Por otra parte, en función del hábitat en el que se encuentren, pueden ser presas de animales nativos como pumas o coyotes, a los que suelen transmitir enfermedades por ser portadores de parásitos.

Hábitat y estado de conservación

El camello bactriano es endémico de las estepas áridas de la antigua URSS, Mongolia y noreste de China. Actualmente, las poblaciones de dichos lugares se han reducido a pequeños núcleos, aunque todavía es posible encontrarlo en el desierto de Gobi u otros ambientes extremos de Asia, donde las temperaturas diurnas en verano pueden superar los 50 grados Celsius.

Progresivamente, ha sido introducida como especie exótica en el norte de México con fines de aprovechamiento, por su fácil domesticación y su capacidad de adaptación a diversos ambientes.

A pesar de dicha dispersión gracias a la intervención humana, la importancia de este mamífero sigue limitándose a la actividad ganadera del continente asiático, sobre todo en Mongolia e Irán. En dichos países, además de como animal de carga, es apreciado por su carne, su leche y su piel.

En la actualidad, para la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en su denominada lista roja, que incluye el estado de conservación de las especies a nivel global, el camello bactriano está en la categoría de peligro crítico.

De hecho, a mediados del siglo pasado se consideró extinta en cuanto a su distribución salvaje natural, lo que fue desmentido tras encontrarse en 1957 un pequeño grupo de individuos en el desierto de Gobi.

A día de hoy se estima que el número de ejemplares en Asia no supera los 1000 ejemplares y la principal amenaza es la destrucción del hábitat por acción antrópica. Así, se puede observar cómo uno de los animales considerados más capaces para resistir a situaciones adversas tiene como principal enemigo el factor humano.