Sin duda el caballito de mar o hipocampo es un animal muy curioso que llama nuestra atención y la de los científicos. Nada de frente, tiene hocico como un equino y los machos son los que se ‘embarazan’. Infórmate sobre esta fascinante especie en este artículo.
¿Por qué se llama caballito de mar?
La palabra hipocampo es la que se utiliza formalmente para nombrar a esta especie de la familia de los Syngnathidae, que incluye también a los llamados peces pipa.
Este vocablo procede de dos términos del griego clásico: hippos, que quiere decir ‘caballo’, y kampos, que significa ‘monstruo de mar’. El primero es sin duda por su parecido con los equinos –principalmente en su hocico y cabeza– y el segundo por su forma diferente a otros peces y su peculiar forma de nadar bajo el agua.
Las más de 50 especies de caballitos de mar –debido a su pequeño tamaño han decidido colocar el diminutivo de la palabra– viven en aguas tropicales y poco profundas de temperaturas cálidas, de hasta 28°C. Se pueden encontrar mayormente en corales y manglares de las costas del océano Atlántico y el mar Mediterráneo.
Otro aspecto peculiar es que tienen la capacidad de mimetizarse con el ambiente, ya sea cambiando de color su piel o desarrollando largos filamentos que los hacen parecer plantas o algas. De esta manera, escapan de sus principales predadores: atún, pez dorado, cangrejo y castañeta roja, entre otros. ¡Son muy lentos como para alejarse nadando!
Características físicas del caballito de mar
Uno de los aspectos que más nos asombra del caballito de mar es su cuerpo, el cual está cubierto por una especie de ‘armadura’ con anillos o placas óseas. Y no solo eso, sino que además presenta una cola prensil –enrollada en forma de espiral– que le permite aferrarse a plantas subacuáticas y a corales.
La forma de nadar está íntimamente relacionada con la forma de su cuerpo; lo hace hacia adelante, en posición erguida, gracias a su aleta dorsal bien desarrollada, como si fuese un abanico.
El caballito de mar es un pez que respira mediante branquias, pero cuyo cuerpo se soporta gracias a una columna vertebral. A su vez, cuenta con un tubo bucal alargado que se asemeja al de un caballo, de ahí uno de sus nombres.
Reproducción del caballito de mar
Sin duda es una de las principales curiosidades del caballito de mar porque son los machos quienes se ‘embarazan’ y se encargan de cuidar posteriormente a las crías. La reproducción de los hipocampos es estacional, es decir, que sucede cuando la temperatura del agua aumenta.
Tras un baile ceremonial –que muchos califican como bonito– la pareja entrelaza sus colas prensiles durante 15 minutos. Pasado ese tiempo, el macho expulsa líquido seminal al exterior.
La fecundación de los huevos se produce a medida que estos ingresan en el saco ventral del padre, con la ayuda del apéndice cloacal de la hembra. Esta estrategia femenina sirve para asegurarse de que los huevos proceden de una única pareja. De esta forma, se asegura la monogamia de la camada.
Una vez que el padre se embaraza, carga a sus bebés durante un tiempo máximo de seis semanas (también esto está determinado por la temperatura del agua).
Transcurrido ese lapso, es el momento del ‘parto’, que es bastante doloroso y traumático para el macho. Ayudándose de su cola, se aferra a alguna planta o coral y contrae el cuerpo varias veces seguidas para que los alevines –que son una copia exacta de su progenitor pero en pequeño tamaño– salgan.
De una sola vez puede ‘dar a luz’ hasta a 400 crías. Durante los primeros días, los bebés entran y salen del saco ventral paterno varias veces, en la medida en que perciban cierto peligro.
Merece la pena destacar que los caballitos de mar son una especie monógama, en la cual las parejas se emparentan de por vida. Son una especie bastante territorial, y en la que la hembra se traslada más que el macho: 100 m² y 1 m² respectivamente.
Bibliografía
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González-Hernández, E., Guevara-March, C., Alcalá, A., & Selema, R. (2004). Algunos aspectos biológicos sobre el Caballito de Mar Narizón (Hippocampus reidi Ginsburg, 1933) en cautiverio. In III Congreso Iberoamericano Virtual de Acuicultura.