Al igual que los humanos, los perros son susceptibles a padecer una gran cantidad de enfermedades. Varias de estas no suelen detectarse con facilidad, pero algunas exhiben señales evidentes de su presencia, como lo son los bultos en la piel del perro.
De pronto, mientras acaricias o acicalas a tu mascota, notas una protuberancia en una parte de su cuerpo y saltan las alarmas. Sin embargo, aunque se impone una inmediata visita al veterinario, debes saber que, en buena parte de los casos, los bultos en la piel del perro no presentan gravedad. Sigue leyendo este espacio y conoce más sobre este tema.
Un problema con distintas causas
Son muchas las causas que pueden provocar la aparición de uno o varios abultamientos en la piel de tu compañero. Y es el profesional el que tendrá que determinar su origen y el tratamiento a seguir.
Además, en este y todos los casos, cuanto más rápido lleves a tu can a la consulta veterinaria y se realice el diagnóstico, mayores son las posibilidades de recuperación del animal.
Es probable que el veterinario pueda determinar el origen de los bultos en la piel del perro en la misma consulta. Pero, en ocasiones, puede llegar a pedir una citología e incluso una biopsia.
Los bultos en la piel del perro en la gran mayoría de los casos, no genera graves inconvenientes para la salud del animal. De todas formas, debes efectuar una consulta con el veterinario sin pérdida de tiempo.
¿Por qué se generan bultos en la piel del perro?
Las causas que provocan la aparición de abultamientos en la piel de las mascotas son muy variadas, razón por la cual es pertinente la valoración del profesional. Aun así, recopilamos algunas de las más comunes.
Quistes sebáceos
Entre los bultos de carácter benigno que pueden sufrir los perros encontramos los quistes sebáceos. Estos suelen surgir por una especie de tapón en las glándulas sebáceas. Como bien apuntan desde VCA Animal Hospitals, se caracterizan por presentar una sola protuberancia elevada de color blanco y con un tono azulado.
Por lo común, desaparecen por sí mismos después de un tiempo. En ciertos casos, es necesario realizar una sencilla cirugía para quitarlos. Ocurren con más frecuencia en perros de pelo fino, como el caniche.
Lipomas
Otros bultos benignos en los perros son los lipomas. Están compuestos por células grasas o adipocitos. La American Kennel Club detalla que los lipomas suelen aparecer en canes mayores o que padezcan de sobrepeso y que las razas más propensas son las más grandes (aunque las pequeñas no están exentos de ellos).
Un estudio publicado en la revista Canine Genetics and Epidemiology en el año 2018 detalla que los lipomas son relativamente comunes en la atención primaria. En la investigación se evaluaron 384 284 perros bajo atención médica en 215 clínicas veterinarias. Los autores se encontraron con una prevalencia de 1.94 % de lipomas. Además, informaron de mayores probabilidades de aparecer en canes con más edad y con incremento del peso corporal.
Pápulas
Otra de las lesiones cutáneas que puede sufrir un can y que generan abultamientos son las pápulas. Se trata de pequeños tumores eruptivos provocados por alergias, exposición a sustancias irritantes o tóxicas, o infecciones foliculares. En la mayoría de los casos su tratamiento es rápido y se eliminan por completo.
Verrugas
De la misma manera, hay que prestar atención si el animal tiene verrugas. Aunque suelen ser benignas, podrían llegar a generar algún inconveniente, sobre todo en perros ancianos o inmunodeprimidos. Estas estructuras en la piel son ocasionadas por el virus del papiloma canino, por lo que podrían crecer demasiado si no se les tiene cuidado.
Vacunación
Tras aplicar alguna vacuna a los perros se puede generar un bulto pequeño y duro en el lugar donde se realizó el pinchazo. En estos casos, la protuberancia desaparecerá sola en pocos días y sin presentar mayores inconvenientes.
Enfermedades preexistentes
Ciertas infecciones pueden ocasionar la inflamación de los ganglios linfáticos, lo que a simple vista se ve como un bulto en la piel de perro. Una de las más características para este signo es la leishmaniasis cutánea, la cual es relativamente común en Oriente Medio, algunas zonas del Mediterráneo, América del Sur y Central.
Golpes
Si el animal se golpeó accidentalmente, puede aparecer un área abultada, acompañada de un hematoma, que también tiende a desaparecer con el paso de las horas. Es una causa que no se debe descartar, en especial ente la ausencia de otros síntomas y la mejora rápida del bulto.
Heridas varias
La picadura de algún insecto o una herida mal curada que se infecta suelen ocasionar abscesos en la piel del can.
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Casos en los que los bultos son peligrosos
Algunas de las protuberancias presentes en la piel de los canes pueden ser tumoraciones malignas. Veamos algunos ejemplos.
- Tumor mamario. Es uno de los cánceres más comunes en perras que no han sido esterilizadas. Se producen por la multiplicación anormal y exagerada de las células mamarias.
- Hemangiosarcoma. Una de sus posibles señales son lesiones en la piel en forma de nódulos color rojo o negro, o la aparición de bultos debajo de lo que parece ser piel normal. Es más frecuente en animales mayores, razas de perros grandes y de escaso pelo. Por lo general, se produce en la zona ventral, en abdomen.
- Fibrosarcoma. Se trata de tumores invasivos, de rápido crecimiento, que se pueden propagar a los tejidos circundantes. Son frecuentes en los canes y variables, tanto en su aspecto, como en su tamaño. Por lo general, se presentan en la región del tronco o las patas.
- Carcinoma de células escamosas. Suele comenzar como llagas que no se curan o con la presencia de pequeños bultos. Puede aparecer en cualquier lugar de la piel o las mucosas. Por lo general, aparece con mayor frecuencia en la cabeza, la parte inferior de las patas, en el abdomen o la región trasera. Algunos surgen por exposición solar prolongada.
- Tumor de mastocitos. Presenta variedad de apariencias clínicas, lo que conlleva a que se confunda con otras lesiones, como los lipomas. Puede verse como protuberancias firmes o suaves, carnosas a la palpación, no ser ulceradas o presentarse alopecia alrededor. Asimismo, es más frecuente en tronco, la regional perineal y extremidades, que en cabeza y cuello.
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¿Cómo detectar los bultos a tiempo?
Para detectar los bultos en los perros es necesario poner mucha atención en su piel. Una excelente manera de hacerlo es durante el cepillado de su pelaje. De este modo, puedes mimar a tu mascota mientras haces una revisión general.
La organización The People´s Dispensary for Sick Animals recomienda realizar una inspección minuciosa de la cabeza a la cola. Asimismo, aconseja que, si el médico veterinario pide que controles algún bulto, hay que seguirlo de cerca.
Se debe tomar fotografías y medidas cada 2 semanas. Además, anotar todas las características de la protuberancia (forma, textura, si está dura o blanda, si hay sangre, si produce dolor) o se genera cualquier cambio importante.
También es bueno prestar atención a otros síntomas que podrían indicar la presencia de los bultos. Algunos de ellos son los siguientes:
- Pérdida de peso.
- Pérdida del apetito.
- Depresión.
- Vómitos.
- Tos continua.
- Dificultad para respirar.
- Cojeo.
Las señales anteriores no solo aparecen si existe un bulto peligroso en el cuerpo de la mascota, por lo que no deben tomarse como un diagnóstico. Sin embargo, su presencia significa que la mascota tiene algún malestar que necesita atención inmediata.
Ten cuidado sobre todo con los perros de edad avanzada, pues son ellos los más susceptibles a presentar bultos neoplásicos (tumores). Además, nunca subestimes el crecimiento de estas estructuras y acude de inmediato con el veterinario. Recuerda que existen tumores más invasivos que otros y el tiempo es esencial para el tratamiento.
Consideraciones finales sobre los bultos en la piel del perro
Como siempre decimos, es mejor prevenir que curar. Así que lo ideal es que te dediques a observar periódicamente a tu mascota para estar atento a la aparición de cualquier señal, física o de comportamiento, que esté indicando una anomalía.
En la mayoría de los casos, los bultos en la piel de los perros no suponen mayores problemas, pero pueden aparecer complicaciones que se resuelven mejor con una detección temprana y siempre de la mano de un experto.
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