Armiño como mascota

Tener un armiño como mascota es ilegal en algunas partes del mundo. Aquí te contamos qué hacer si encuentras uno y lo tienes que acoger unos días.
Armiño como mascota
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 06 septiembre, 2022

El armiño tiene un tamaño pequeño y un aspecto adorable, lo que puede empujar a algunas personas a quererlo como mascota. No obstante, se trata de una especie silvestre nada recomendable para tener en casa, pues son animales feroces y no han pasado por el proceso de domesticación de un perro o un gato.

Sin embargo, podrías verte en la situación de encontrarte a un ejemplar herido o huérfano y que debas acogerlo en tu casa hasta que llegue al centro de recuperación. Por eso, en este espacio encontrarás las características del armiño y cómo cuidarlo en caso de que no pueda llegar a las manos adecuadas de inmediato.

Características del armiño

El cuerpo del armiño (Mustela erminea) es de unos 30 centímetros de longitud y no suele superar el medio kilogramo de peso. Su característica más llamativa es el cambio de color de su pelaje, que se torna blanco en invierno en aquellos ejemplares que viven en zonas frías.

Esta especie se distribuye por las zonas rurales de toda Europa, el norte de Estados Unidos, Canadá y  Groenlandia.

Se trata de un cazador ágil y eficiente, gran escalador y capaz de meterse en las madrigueras de sus presas. Además, se mantiene activo tanto de día como de noche, pues reparte su descanso en pequeñas siestas. Su alimentación se compone de un gran abanico de animales: conejos y liebres (a pesar de ser más grandes que él), pequeños roedores, pájaros y reptiles, entre otros.

El armiño se encuentra en un estado de conservación de preocupación menor (LC) según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), y está protegido en varios países. En España, por ejemplo, es una especie nativa de interés especial (anexo II del Real Decreto 439/90), lo que implica que su explotación se debe regular de manera que no se vea comprometido.



Un armiño de cerca.

¿Es ético tener un armiño como mascota?

La respuesta es que no, no es ético tener un armiño como mascota ni se aconseja en ningún caso. Esta negativa se apoya en varios pilares, ninguno de ellos al azar, como puedes leer a continuación:

  1. El armiño no ha pasado por un proceso de domesticación: es decir, no ha desarrollado ninguna característica física o mental que le permita convivir con el humano sin incurrir en su sufrimiento.
  2. Es un animal peligroso: para que te hagas una idea, su técnica de caza se basa en agarrar a sus presas del cuello con un rápido mordisco, matándolas al instante. Los armiños muerden y hacen mucho daño.
  3. Si lo compras, es muy probable que haya sido sacado de su hábitat: en la mayoría de partes del mundo los criadores de armiños son casi inexistentes, por lo que la venta se realiza a través de la extracción de su hábitat natural.
  4. Podrías estar incurriendo en un delito: infórmate de si en tu país es legal su tenencia. Si vives en una región europea, lo más probable es que no.
  5. Merece estar en libertad: como cualquier elemento de un ecosistema, el armiño cumple un papel fundamental en el equilibrio de su ambiente y está especializado en vivir en libertad. Privarle de ella es hacerle vivir bajo sufrimiento el resto de sus días por mucho amor y dedicación que se le brinde.


Es importante ser consciente de que acoger un animal en casa debe ser un acto de responsabilidad, no de capricho. Por muy adorable que sea una criatura, siempre estará mejor en su hábitat natural que en un entorno cerrado, especialmente si es de hábitos solitarios y muerde con fuerza.

Otorgarle el enriquecimiento ambiental pertinente a un depredador no domesticado en un ámbito doméstico es imposible. 

¿Qué hago si me encuentro un armiño herido o huérfano?

Es posible encontrarse con algunos armiños que se han separado de su madre de manera momentánea. Por ello, antes de manipularlo o intentar “rescatarlo”, debes esperar un momento para ver si su mamá regresa por él. Si después de un tiempo el ejemplar sigue solo en el mismo lugar, es probable que sea huérfano o incluso que esté herido.

La acción más recomendable en estos casos es llevar al armiño herido o huérfano a un centro de recuperación de fauna salvaje, no adoptarlo como mascota. En estas instalaciones tienen todo lo necesario para criarlo o sanarlo y darle una oportunidad de volver a su hábitat.

No obstante, te podrías ver en la situación de tener que acoger al mamífero un día o 2 hasta poder llegar a estos centros, o quizá manipularlo para llevarlo a un centro veterinario. Para esos casos, aquí tienes algunos consejos generales que te ayudarán:

1. No intentes curarlo en casa

Si está herido de gravedad, trasládalo a un centro veterinario de animales exóticos. Allí tienen lo necesario para salvarle la vida al armiño, si es que es posible. Una vez se encuentre estabilizado, podrás trasladarlo al centro de recuperación.

2. Reduce el contacto a lo mínimo posible

Evita manipularlo con las manos en la medida de lo posible. Como hemos dicho en líneas previas, los armiños son escurridizos y muerden fuerte. Además, pueden transmitir enfermedades en caso de ser salvajes. Utiliza siempre transportines de plástico rígido y guantes de protección si no te queda más remedio que coger al ejemplar.

3. Alimenta a los cachorros con leche de hurón

Si es un cachorro, aliméntalo con leche de hurón en una jeringa sin aguja. En el veterinario te dirán cuánta cantidad necesita. Si el ejemplar ya tiene dientes, añade algo de carne a la dieta.

4. Acondiciona bien su jaula

Prepara un nido dentro de su jaula o transportín para que duerma. Puedes usar mantas o trapos, dependiendo de la temperatura que haga. Limpia esa zona a diario.

5. Es omnívoro

Los armiños son omnívoros, aunque tienen preferencia por la carne. Es posible darle algunas frutas, carne cruda y vegetales antes de llegar al centro de rescate de fauna. Aunque debes ser cuidadoso porque el ejemplar podría morderte en un descuido.

Un armiño oteando el terreno.

Cuando por fin lo lleves al centro de recuperación, asegúrate de tapar el transportín con una tela para reducir el estrés. Lo cierto es que el armiño es un animal precioso, sobre todo de cachorro, y puedes sentir la tentación de quedártelo de mascota si aún no tiene dientes, pero resístete: es mucho más gratificante salvarle la vida que enfrentarte a una adultez de mordiscos y manejo peligroso.


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